Juan Carlos Blanco Periodista y consultor de comunicación
OPINIÓN

Lo de Podemos es soberbia y adanismo, pero también es estrategia

Ione Belarra e Irene Montero
Ione Belarra e Irene Montero
EUROPA PRESS
Ione Belarra e Irene Montero

El enrocamiento de Podemos con la ley del ‘solo sí es sí’ y sus ataques feroces a su socio de Gobierno no responden a los calentones verbales propios del lenguaje mitinero o a un exceso fruto de la bisoñez institucional, sino a una estrategia. Esta campaña primaria y binaria, según la cual o eres de Unidas Podemos o eres facha, les funciona. La formación populista de izquierdas mantiene el foco y logra tensionar a los suyos gracias a la capacidad de convicción de sus dirigentes para dibujarles una situación política en la que estarían siendo atacados por una gran conspiración de fuerzas malévolas.

Esta descripción de brocha gruesa no coincide con la realidad e incluso conspira en ocasiones contra ella como cuando se sueltan barbaridades como denominar al antiguo Código Penal como el de la Manada, pero eso les da igual a Irene Montero, Ione Belarra y a la secretaria de Estado Ángela Rodríguez, conocida como Pam y reina de los virales con sus declaraciones hiperbólicas en las que parece querer enseñar a las mujeres cómo tienen que ser las mujeres.

En esto, insisto, lo que hay es estrategia. También hay esa ya tradicional soberbia de esta izquierda pura y limpia y un sectarismo y un adanismo muy acusados en esta facción del estalinismo cañí que cohabita en la Moncloa. Pero, si le quitamos la hojarasca demagógica, hay que reconocer que, en términos electorales, esta operación está bien diseñada: les sitúa otra vez en el centro de la atención mediática y desplaza a una difuminada Yolanda Díaz, que se supondría que recogería los escombros de Podemos para sumar con Pedro Sánchez en la nueva coalición que saldría de las urnas a finales de este 2023, pero que de momento deja de mostrar liderazgo en el espacio político que hay a la izquierda del PSOE.

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