Paloma Gómez Borrero fue la primera mujer corresponsal en el Vaticano desde TVE. Su popularidad imparable fue fruto de que no recitaba la información, la narraba con una naturalidad tan entrañable como apasionadamente próxima. Y ese entusiasmo hizo que saliera de Televisión Española, cadena en la que años después regresaría ya fuera de informativos como colaboradora de magacines.

Siempre vinculada a la divulgación de la Santa Sede, sobre todo desde los micrófonos de la Cadena Cope, María Teresa Campos dio  a Gómez Borrero la oportunidad de tratar otros temas desde el programa Pasa la vida. Y se convirtió en una imprescindible, pues su entusiasmo era magnético en pantalla.

La propia María Teresa Campos explicaba que la cualidad de Gómez Borrego estaba en enriquecer cada historia con anécdotas que a ojos de otros pasaban desapercibidas, cuando eran las que hacían el relato más interesante, curioso e incluso peculiar para la atención del espectador. Esa intuición para vivir en primera persona aquello que otros no veían se mantuvo hasta el final de su vida. Y va estrechamente unida al entusiasmo por la congregación.

María Teresa Campos y la clase maestra para conseguir que una aburrida entrevista de promoción no lo parezca

Paloma Gómez Borrero no despreciaba la invitación a un coloquio. Su vocación era participar. De hecho, su vida esconde la lección de qué importante para un periodista es ser accesible. Gómez Borrero lo era, obraba el intercambio generacional constantemente facilitando entrevistas hasta al canal de Youtube más perdido.

Seis años después de su muerte, Youtube sigue plagado de clips y clips con conversaciones para la posteridad con Gómez Borrero. Lo normal en una periodista de alta popularidad es que caiga en el hartazgo del aluvión de propuestas y terminar encerrándose en uno mismo, pero Paloma Gómez Borrero sabía que la comunicación es un ejercicio de ida y vuelta en el que la manga ancha a compartir y escuchar es esencial para mantenerse despierto, motivado y entusiasmado. Es más, sabía que estar activo también es estar en contacto con aquello que se está estrenando. Y lo disfrutaba, casi con la misma veneración que trataba a los Papas.

Lola Flores y la mentira que enriquece la realidad