Onnie, el perro que acompaña a víctimas de violencia extrema: "Les permite derribar resistencias y abrirse con los terapeutas"

Onnie junto a la psicóloga Alicia de la Rosa.
Onnie junto a la psicóloga Alicia de la Rosa.
MSF
Onnie junto a la psicóloga Alicia de la Rosa.

Los perros pueden ayudarnos de muchas formas, algunas de ellas a veces ni las imaginamos. No solo su compañía, lealtad y cariño nos resultan beneficiosos, también son capaces de sacar lo mejor de nosotros, de apoyarnos y convertirnos en personas más valientes y confidentes. A esto se dedica Onnie, un precioso perro labrador que realiza terapias asistidas con víctimas de violencias extremas.

Alicia de la Rosa, psicóloga experta en terapia asistida con perros brinda acompañamiento terapéutico a víctimas de tortura y violencia extrema en el Centro de Atención Integral (CAI), un espacio de la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) en la Ciudad de México, y lo hace acompañada de Onnie, un labrador de pelo negro preparado para realizar terapias asistidas con animales.

Onnie está entrenado para brindar acompañamiento terapéutico a niños, niñas, adolescentes, personas mayores y con discapacidad. La asistencia que brindan Onnie y Alicia en el centro es un componente de la atención psicoemocional que reciben algunos pacientes ahí.

"Algunas de las personas que han experimentado situaciones traumáticas de violencia extrema y/o tortura tienen dificultades para expresar sus emociones y confiar nuevamente en los demás y en su entorno" explica De la Rosa. "Trabajar con Onnie les permite derribar ciertas resistencias para que puedan abrirse con los terapeutas y sientan confianza de poder hablar de las situaciones tan duras que han experimentado". 

Perros preparados para situaciones extremas

Los pacientes del centro han sido víctimas de secuestros, torturas, prostitución forzada, amenazas, mutilaciones, violencia sexual, reclutamiento forzado por el crimen organizado o incluso han presenciado el asesinato de algún familiar, lo que resultan situaciones difíciles de tratar.

"Los perros de asistencia son entrenados desde que son muy pequeños", expresan en un comunicado desde la organización internacional. "Onnie comenzó su entrenamiento siendo un cachorro, en el que estuvo expuesto a diferentes estímulos sonoros, de texturas, ambientes, diferentes tipos de personas y objetos". 

Al cumplir un año, inició su entrenamiento para convertirse en un perro de terapia. Dicho entrenamiento estuvo acompañado con clases de obediencia básica como aprender a sentarse, echarse, girar, dar la "patita", brincar y colocarse para que los pacientes con dificultades motrices los cepillen y acaricien.

Los pacientes trasladan la confianza que sienten por los perros hacia el terapeuta. Si Onnie quiere estar conmigo, significa que pueden confiar en mí

La terapia con perros también funciona como una proyección, en la que algunos pacientes reflejan y expresan a través de ellos lo que sienten. "Hay personas con traumas complejos que no pueden decir que están tristes pero que sí dicen que ven triste a Onnie y es cuando el equipo de psicoterapeutas los usamos como sujetos transicionales para conocer sus estados de ánimo", detalla la experta en psicología. 

"Los pacientes también trasladan la confianza que sienten por los perros hacia el terapeuta. Piensan que si Onnie quiere estar conmigo, significa que pueden confiar en mí", añade.

Actualmente Onnie brinda acompañamiento a diferentes pacientes en el CAI; menores de edad, jóvenes y familias que huyeron de sus países de origen y que presentan sintomatología o trastornos de salud mental agudos (estrés postraumático, flashbacks o ansiedad) debido a eventos traumáticos y de violencia extrema cometida por pandillas, grupos criminales y otros actores.

El labrador Onnie.
El labrador Onnie.
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Un paseo con el perro por los recuerdos más dolorosos

"Onnie está apoyando a dos pacientes para que logren verbalizar las experiencias traumáticas a las que fueron sometidos y de esta manera puedan resignificar sus experiencias y aprendan a ponerle nombre a sus emociones y sentimientos", cuenta Alicia. 

Uno de ellos, es un joven que suele suprimir recuerdos dolorosos y se bloquea. Cuando comienza a recordar experiencias traumáticas no es capaz de hablar o pensar. Es entonces cuando Onnie entra en acción. "Juntos hacen diferentes actividades y ejercicios que le permiten sentirse más relajado y con mucha mayor capacidad para hablar de lo que le provocan esos recuerdos y no sentirse amenazado", señala la psicóloga.

La otra paciente de Onnie tiene problemas de desconexión entre su mente y la realidad; también suele lastimarse así misma a propósito, autolesionarse y ha tenido que ser hospitalizada como consecuencia de ello. "Con ella intentamos que logre anticipar cuándo comienzan los síntomas de ansiedad y los pensamientos recurrentes", afirma Alicia. 

Se establecen vínculos afectivos con los perros y es importante cerrar positivamente este lazo de cariño

"Onnie estuvo con ella en una de sus crisis y lo que hizo fue comenzar a ejercer presión con sus patitas sobre el regazo de la joven. Empezó a lamerla para que fuera consciente de su cuerpo en ese momento", añade. "Hoy en día la paciente ha tenido bastante mejoría, llevamos tres semanas sin que se presente ninguna crisis".

Una vez alcanzados los objetivos terapéuticos fijados por el grupo médico interdisciplinario de MSF, durante el proceso terapéutico de cada paciente y de la mano con el equipo de psicólogos y terapeutas que intervienen en el tratamiento, Onnie puede concluir su terapía. 

"Se prepara a los pacientes y con anticipación se les dice que vamos a continuar con nuestras visitas de aquí a tal fecha. Esto es debido a que se establecen vínculos afectivos con los perros y es importante cerrar positivamente este lazo de cariño", señala Alicia.

Hace dos años que Onnie y Alicia forman parte del equipo CAI. "Estamos muy contentos. Junto a los médicos, psicólogos, trabajadores sociales, fisioterapeutas y todas las personas que intervenimos en el tratamiento de los sobrevivientes, hemos logrado llevar a buen término la recuperación de nuestros pacientes. Lograr avances, ver mejoría en la calidad de vida de estas personas que han sufrido tantas cosas y que llegan al centro tan afectadas, es algo que nos genera muchísima satisfacción", concluye De la Rosa. 

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