Diferencias entre lactosa y proteína de la leche

Desarrollan un preparado comercial a base de probióticos y enzimas contra la intolerancia a la lactosa
La lactasa es una enzima que puede provocar intolerancia.
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Desarrollan un preparado comercial a base de probióticos y enzimas contra la intolerancia a la lactosa

Una joven de 17 años ha fallecido este miércoles después de estar varios días ingresada en el hospital tras ingerir un café "contaminado con lactosa", tal y como han confirmado en un comunicado la Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Campo de Criptana y el Ayuntamiento de Manzanares. Tras beber el café, la joven sufrió una parada cardiorrespiratoria y fue trasladada a la UCI de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), ya que, al parecer, era alérgica a la leche. Pero, ¿qué es la lactosa? ¿Cuál es la diferencia entre intolerancia a la lactosa y alergia a la proteína de la leche? En primer lugar, son "dos trastornos distintos, pero que a menudo tienden a confundirse", explican desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD)

La alergia a la leche es una enfermedad caracterizada por "una respuesta exagerada del sistema inmunitario a las proteínas de la leche, principalmente a la betalactoglobulina y caseína", indican los expertos, recordando que la primera "no se encuentra en la leche materna". Por su parte, "la intolerancia a la lactosa aparece cuando no se puede digerir adecuadamente la lactosa por déficit de lactasa".

Cómo se produce la alergia a la leche

La leche de vaca contiene proteínas, glúcidos y lípidos, además de vitaminas y minerales. La caseína es la proteína más abundante en la leche de vaca, con cerca del 80% de la composición, mientras que la betalactoglobulina es otra proteína que se encuentra en la leche de este animal, pero no en la materna. 

Otras proteínas que contiene la leche de vaca son la alfa-lactoalbúmina, la lactoferrina o lisozima. Cuando una persona tiene alergia a las proteínas de la leche, el cuerpo las reconoce como extrañas e inicia "la producción de anticuerpos, entre ellos la inmunoglobulina E", detallan en la FEAD. Así, segrega sustancias químicas como la histamina que provocan los síntomas de una reacción alérgica. 

La causa de la alergia a las proteínas de la leche es genética y "suele aparecer desde el nacimiento".

"Los síntomas comienzan con picor en la zona de boca y farínge, habones en la piel con un picor intenso y, en los casos más graves, angioedema", indican desde la Clínica Universidad de Navarra (CUN). También son frecuentes los síntomas respiratorios, "como rinitis, conjuntivitis y crisis de asma". En los casos más graves, se puede desarrollar un shock anafiláctico, que puede llegar a ser mortal. 

La causa de la alergia a las proteínas de la leche es genética y "suele aparecer desde el nacimiento por el paso de las proteínas de la leche de vaca ingeridas por la madre a través de la lactancia materna o al sustituir la lactancia materna por una fórmula artificial". No obstante, "los niños pierden la alergia a lo largo de los tres primeros años de vida en el 85% de los casos, y en los adultos es muy excepcional", aclaran en la FEAD. 

¿La lactosa puede provocar alergia?

Por su parte, la intolerancia a la lactosa es un trastorno que "se origina por una alteración en la digestión del azúcar de la leche, la lactosa, a nivel intestinal", indica la alergóloga Pilar Cots Marfil en Quirón Salud. Esto sucede porque existe "una disminución de la enzima que tiene que digerir este azúcar", que es la lactasa, lo que provoca que "la lactosa pase al resto del intestino, produciendo una serie de síntomas muy característicos". 

"Cada 100 ml de leche contienen 5 gramos de lactosa".

La lactosa es un azúcar que se forma por la unión de una molécula de glucosa y otra de galactosa, y que está presente en los productos lácteos. "Cada 100 ml de leche contienen 5 gramos de lactosa. Este contenido de lactosa es básicamente el mismo en la leche entera como en la desnatada, independientemente de si es de vaca, oveja o cabra", subrayan en la FEAD.

Los síntomas de esta intolerancia se manifiestan únicamente a nivel digestivo y pueden cursar con "dolor abdominal, diarrea, defecación explosiva, náuseas, meteorismo o distensión abdominal", añade la doctora Pilar Cots. No obstante, "nunca va a originar síntomas en otros órganos del cuerpo y nunca van a desencadenar una reacción grave como la anafilaxia, por lo que el riesgo de muerte con la ingesta de lácteos en los intolerantes a la lactosa es imposible". 

La producción insuficiente a la enzima de la lactasa puede aparecer en tres situaciones diferentes, recoge la FEAD. En primer lugar, puede existir un déficit primario congénito, por lo que es heredada desde el nacimiento. Asimismo, puede deberse a un déficit secundario, "que ocurre cuando a consecuencia de una enfermedad intestinal se pierde temporalmente la capacidad de producir lactasa". Sin embargo, la causa más frecuente entre la población adulta es por un "déficit primario adquirido de lactasa", en el que esta enzima se produce correctamente desde el nacimiento, "pero a partir de la infancia se produce una disminución de la actividad de la lactasa".

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