El galgo inglés, noble, independiente y con un pasado en común con el galgo español

  • Al grupo de los lebreles, que incluye a los galgos, se le estima una antigüedad superior al 4.000 antes de nuestra era.
Un galgo inglés atigrado y blanco.
Un galgo inglés atigrado y blanco.
20minutos
Un galgo inglés atigrado y blanco.

Si bien los orígenes concretos del galgo inglés son desconocidos, la zooarqueología ha descartado que los lebreles, grupo al que pertenecen los galgos, existieran en Gran Bretaña antes de la ocupación romana (del año 43 al 410 después de nuestra era).

Posteriores estudios genéticos a las razas caninas y que incluyen al galgo inglés y a nuestro galgo español en busca de relación, han encontrado que ambas razas comparten una ascendencia común, pero también han identificado diferencias genéticas significativas a causa de la selección reproductiva sobre ambas razas.

Con los hallazgos paleontológicos con los que contamos en la actualidad, sabemos que el galgo español es notablemente anterior al galgo inglés dado que su presencia en la península se remonta a la Edad del Bronce, por lo que numerosos expertos sostienen que es muy posible que nuestro galgo tuviera algún tipo de participación en el desarrollo del galgo inglés, especialmente durante la Edad Media. No obstante, hay que recalcar que se trata de una hipótesis que no ha sido confirmada.

Para hablar del galgo inglés como tal, debemos remontarnos a los primeros libros genealógicos caninos del siglo dieciocho en Reino Unido, donde en el siglo posterior, el galgo inglés se inscribió como perro funcional para la caza de liebres y en las carreras de perros, muy populares en Inglaterra

La diferencia más evidente entre el galgo inglés y el español es el tamaño, siendo el inglés algo más alto que el nuestro, y también en la forma de la cabeza, donde el inglés presenta una relación entre el ancho del cráneo y el hocico muy marcada, con forma de cuña. En general, el galgo inglés da una impresión de ser más fuerte y con los músculos más redondeados y sobresalientes.

Fue, en cualquier caso, una de las primeras razas caninas en participar en exposiciones internacionales y en entrar en los registros de las novedosas asociaciones caninas de la época. 

Tras el declive de las carreras de perros y de la caza, los galgos ingleses se adaptaron a una nueva función como perros de compañía en su país de origen, pero es necesario apuntar que las carreras siguen en vigor en la actualidad tanto en Reino Unido como en Australia. En este país oceánico, un artículo publicado el 21 de febrero en The Guardian revela que las lesiones y las muertes en las carreras de galgos ingleses han aumentado y que durante tres meses de 2022, desde julio a septiembre, hubo 67 animales heridos de forma “catastrófica y grave”, de los que 19 fallecieron. El artículo, en inglés, puede leerse aquí.

Reservados con extraños y poco conflictivos

Los galgos ingleses se describen como afectuosos, considerados y atentos con sus familias. En el hogar, suelen ser muy tranquilos y relajados, pero como todo lebrel, necesitan hacer ejercicio diariamente de moderado a alto para mantener su forma física y psicológica. En la convivencia con niños muy pequeños, se recomienda supervisión de los adultos, ya que pueden mostrar tendencia a mostrar protección de recursos (sus juguetes, sus platos, su cesta, etcétera).

Pueden ser desconfiados con los extraños pero los galgos ingleses no suelen expresar, salvo algún problema de comportamiento o amenaza directa, señales de hostilidad. Son animales que, simplemente, ignorarán y esperan ser ignorados por personas o perros que no conocen.

Para ampliar información sobre la raza, se puede contactar con la Real Sociedad Canina de España. No obstante, contamos con numerosos ejemplares de nuestra raza autóctona en situaciones críticas y esperando una adopción responsable o una casa de acogida, por lo que recomendamos que se valore esta opción y brindemos una oportunidad a uno de estos nobles animales.

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