«Desde que se distinguen un hilo blanco y otro negro, hasta que se confunden». Así describe el Corán el tiempo que debe durar el ayuno para un musulmán durante el ramadán, el mes de la espiritualidad. Más de 100.000 personas (entre inmigrantes y españoles reconvertidos) están viviendo en Andalucía desde hace 17 días el noveno mes lunar.

20 minutos pasó una tarde en una de las muchas mezquitas de la región para conocer cómo vive la comunidad islámica este tiempo sagrado. En la mezquita del barrio de la Macarena, la más grande de Sevilla, los fieles se saludan, todos se conocen. Y todos coinciden en señalar que se sienten respetados.

«Vivimos el ramadán sin problemas en Andalucía, igual que en nuestro país», dice Saladhin, que es carpintero y lleva 25 años en Sevilla. Explica que los fieles tienen cinco momentos de oración al día: uno al amanecer, otro a las 14.30 h, otro a las 18 h y a las 21 h y el último a las 22.30 h. «Los viernes somos tantos que no cabemos».

"Es Fe, leer el Corán, dar limosna..."

Otro musulmán que viste chilaba añade: «La gente se cree que lo importante del ramadán es no comer, pero es mucho más. Es Fe, leer el Corán, compartir, dar limosna, no hablar mal de tu vecino...», y sonríe.

A las 21 h, como ya ha caído el sol, se les da en la mezquita un cuenco de harira (la sopa típica), leche, dátiles, mantequilla y miel. «Después volvemos a casa, donde la mujer tiene una gran cena preparada. Luego, ellas se van a visitar a familiares o amigos y los hombres nos reunimos a tomar té o charlar», añade Rachid, de 40 años.

Desde la mezquita de Granada, la más grande y conocida de Andalucía, señalan que "hay cientos de miles de musulmanes en Andalucía y, contando los que están sin papeles, muchos más», dicen.

EN LA MEZQUITA DE AL-HIDAYA (SEVILLA).

Hassán Idrissi. Es el Imán de la mezquita. Lleva aquí 23 años. «Cumplimos el Ramadán igual que en Marruecos. Hacemos cinco rezos al día. Por la tarde y por la noche es cuando viene más gente. Y también los viernes. Se reúnen hasta 500 fieles. La noche es el mejor momento para los fieles, porque se rompe ya el ayuno».

Jamal. 22 años. Vive en Sevilla. «Vivo en el barrio de San Jerónimo con mi mujer y mis dos niños y vengo todos los días a esta mezquita con mis amigos. Nos sentimos muy alegres de venir juntos a orar, hacemos grupo. El último día del ramadán montamos una gran fiesta todos, con pollo, ternera, dulces, té...».