El euríbor lleva ya diez meses sin dar tregua a los millones de españoles que tienen contratadas hipotecas a tipo variable. La principal referencia para calcular el interés de los préstamos hipotecarios ha cerrado febrero en un 3,524%. Se trata de la décima subida mensual consecutiva en este indicador que ha alcanzado un nuevo máximo desde que en 2008 reventara la burbuja inmobiliaria.

La imparable senda del euríbor no para de echar peso a las espaldas de los alrededor de 4 millones de hogares españoles con hipotecas variables vivas. Quienes tengan que revisar el interés de su préstamo con el euríbor de febrero se encontrarán con que la cuota anual que pagan por su hipoteca aumentará entre un 4% y un 55%.

Los más perjudicados serán quienes han firmado su préstamo más recientemente. Por ejemplo, una hipoteca de características promedio (150.000 euros a pagar en 25 años, con un diferencial de 1 punto sobre el euríbor y una revisión anual) firmada en marzo de 2022 se enfrenta a un alza de su cuota de 3.559 euros al año (297 euros más al mes). O lo que es lo mismo, un incremento del 55%.

Para un préstamos de las mismas características pero firmado en 2013, el incremento en la mensualidad ascendería al 34%. Un porcentaje que implicaría una subida de cuota anual de 2.231 euros (186 más al mes). La otra cara de la moneda es la de las hipotecas más antiguas, que apenas notarán el impacto. Para un préstamo formalizado en 1999, el alza de cuota anual es de apenas 315 euros (26 al mes), un incremento del 4%. 

Henar de Pedro

La razón por la que el impacto es tan desigual es el sistema de amortización que se utiliza en prácticamente todas las hipotecas en España: el sistema de amortización francés. Con él, la mayor parte de los intereses que se pagan durante los primeros años del préstamo, mientras que el capital pendiente se amortiza sobre todo al final.

Más presión para el BCE

La mayoría de analistas coinciden en que en los próximos meses el euríbor seguirá subiendo hasta alcanzar el 4% a mitad de año. Conviene recordar que la evolución del euríbor está condicionada por los tipos de interés oficiales que fija el Banco Central Europeo (BCE) en sus reuniones cada seis semanas. A su vez, las decisiones del BCE dependen de los datos de inflación de los países del euro. Y las últimas lecturas del IPC, conocidas este martes, han sorprendido al alza. 

En Francia, el IPC se alzó hasta el 7,2% en febrero frente al 7% registrado en enero. Mientras que en España, la inflación avanzó hasta el 6,1% tras el 5,9% registrado a comienzos de año. A la espera de la lectura de marzo, que será clave porque el mes base de comparación ya recogerá el efecto de la invasión de Ucrania, los últimos datos añaden presión al BCE para llevar los tipos más lejos.

La institución con sede en Frankfurt se reunirá el próximo 16 de marzo para decidir. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dio por descontado que se aplicará una subida de 0,5 puntos, pero lo que ocurra a partir de ahí es una incógnita. Los mercados dan por hecho que el banco central tendrá que ir más lejos y se verá obligado a elevar la facilidad de depósito -el interés que exige a los bancos comerciales por depositar dinero en su balance- hasta el 4%. Actualmente está en el 2,5%.

El efecto de las subidas de tipos del BCE ya se deja notar en el mercado inmobiliario. Aunque 2022 cerró con el mayor volumen de hipotecas formalizadas en 12 años, el diciembre la firma de préstamos se redujo por primera vez tras 21 meses consecutivos de incrementos. Esto se ha traducido en un frenazo en las compraventas de vivienda, que se desplomaron un 21,5% en diciembre en comparación con el mes anterior, la mayor caída desde abril de 2020.