Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

Lo deseable, lo posible y lo probable en la Guerra de Ucrania

En Samarcanda, en el corazón de Asia y de la antigua Ruta de la Seda, Rusia y China afianzaron este jueves su alianza frente a Occidente. Sus presidentes, Vladimir Putin y Xi Jinping, se estrecharon la mano en la víspera de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y el líder chino instó a Putin a liderar juntos el mundo.
Reunión de Putin y Xi, en Pekín
En Samarcanda, en el corazón de Asia y de la antigua Ruta de la Seda, Rusia y China afianzaron este jueves su alianza frente a Occidente. Sus presidentes, Vladimir Putin y Xi Jinping, se estrecharon la mano en la víspera de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y el líder chino instó a Putin a liderar juntos el mundo.

Entrado ya el segundo año de guerra en Ucrania se entremezclan en los medios de comunicación los tres conceptos que figuran en el título de esta pieza. En primer lugar, lo (que parece) deseable, a los ojos de las sociedades occidentales, sería que las hostilidades cesasen de inmediato, se procediese a unas negociaciones de paz con la salida de las tropas de la Federación Rusa de Ucrania, que se juzgasen ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra a los responsables de su comisión, que se reparasen los daños personales y económicos producidos, y que Ucrania tuviera las garantías del vencedor. Para no caer en el pensamiento voluntarista en el que se confunden los deseos con la realidad conviene tener presente que ese wishful thinking se aleja notablemente de un posible futuro acuerdo de alto el fuego y consiguiente proceso de paz, por muchos y diversos motivos.

Lo posible es el marco de las aproximaciones desde uno y otro lado, además de las presiones que ejercen terceros países y organizaciones para poner fin a este conflicto. Lo posible es probable, lo imposible, no. Lo posible requiere que las percepciones de los adversarios rebajen expectativas, que se haga un cálculo desapasionado de perdidas y beneficios con la prolongación del conflicto y que se busquen soluciones reales que siempre serán perfectibles a lo largo del tiempo. Lo posible requiere el ejercicio de la elección racional, de saber que salvo derrota total del adversario —hipótesis poco realista— se requerirá un esfuerzo de negociación con cesiones dolorosas. Sabemos que uno es el agresor invasor y el otro es el agredido invadido y que tener la legitimidad y el apoyo internacional no significa que la solución deseada sea la posible, por más que se procure aumentar el número de países y el nivel de apoyo que comprometen, todo ello, por supuesto, sin llegar a cruzar un límite difuso e indeseado.

Lo probable es que la capacidad para realizar acciones decisivas sobre el campo de batalla vaya decreciendo a medida que el número de bajas siga creciendo, que el 'músculo ofensivo' vaya perdiendo masa, y que la capacidad de apoyo se resienta por lo prolongado del conflicto y lo crecientemente gravoso de sus consecuencias. Lo probable es que, independientemente de que se produzcan rectificaciones del frente de mayor o menor entidad, la línea de contacto no varíe en exceso y que los frentes se estabilicen cada vez más. Lo probable es que ambos contendientes estén alcanzando el punto culminante y que ya no puedan realizar más que acciones de objetivo limitado intentando conseguir posiciones de ventaja para unas futuras negociaciones que llegarán antes o después. En definitiva, lo probable es que, llegado a un punto, a nadie interese la prolongación del conflicto que puede resultar en niveles de tensión inaceptables más allá de las fronteras de Ucrania. El mundo es global y se comporta como tal.

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