
Barcelona y otros seis territorios catalanes tendrán desde ya una coordinador que gestionará de forma centralizada los recursos sanitarios a los que hayan que recurrir menores de edad y personas mayores con diversas patologías. Tendrán acceso a esta atención sociosanitaria de 'ventanilla única' un millón de catalanes con estas necesidades de atención integrada y el despliegue de este modelo innovador comienza en Barcelona capital; Amposta (Tarragona); El Prat de Llobregat (Barcelona); las comarcas gerundenses de la Garrotxa y el Ripollès, la ciudad de Manresa (Barcelona) y la comarca de Osona (Barcelona). Amposta fue el primer territorio catalán en el que se implantó, en 2014, este modelo que ahora se quiere globalizar pero los sucesivos Governs no han conseguido desplegar la atención integrada de una forma definitiva hasta ahora.
Los departamentos de Salut y de Drets Socials de la Generalitat confían en que este modelo se vaya ampliando antes de finales de este año a más territorios catalanes y que quede completamente implantado a finales del próximo año 2024.
En 2031, uno de cada cuatro catalanes tendrán más de 65 años de edad y que se habrá doblado la población de más de 85 años en Cataluña
"Este año no solo es de despliegue sino de evaluación y en 2024 se seguirá ampliando por el resto del territorio en paralelo al despliegue de la Agencia de Atención Integrada Social y Sanitaria (AGAISS) que gestionará el modelo a nivel global de Cataluña", ha explicado este martes el conseller de Drets Socials, Carles Campuzano.
"La gestión única no será la misma en todos los territorios, según sus características, habrá una evaluación continua de este despliegue y en paralelo se tramitaría la ley", ha matizado Campuzano desde el Palau de la Generalitat. Para poder poner en marcha este modelo, los presupuestos catalanes de este 2023 tendrán un suplemento de un millón de euros en cada uno de estos siete territorios donde funcionará inicialmente. También se contarán con fondos Next Generation.
Por su parte, el conseller de Salut, Manel Balcells, ha recordado la importancia de el desarrollo de la Atención Integrada Social y Sanitaria (AISS) en Cataluña está muy vinculado al hecho de que, en el año 2031, se calcula que "uno de cada cuatro catalanes tendrán más de 65 años de edad y que se habrá doblado la población de más de 85 años en Cataluña". En 2060, en Cataluña habrá un millón más de personas mayores de 65 años que en la actualidad y los mayores de 85 años se habrán triplicado.
Además, este 2023 comienzan a jubilarse muchos catalanes perteneciente a la generación del 'baby boom', ha puesto en valor el conseller Campuzano, subrayando el proceso de envejecimiento al que se enfrenta la población catalana y, en consecuencia, la atención a sus múltiples patologías asociadas a la edad avanzada.
Entre los beneficiarios de este ambicioso programa sociosanitario de atención integrada mediante un coordinador único para cada paciente (que podrá ser de salud o de servicios sociales) se encuentran niños y jóvenes con problemas de salud crónicos y complejos; mayores con múltiples dolencias crónicas, incluidas las de salud mental. También personas con discapacidad, con dependencia o con vulnerabilidad social.
La respuesta a estos casos que se da desde ahora desde el sistema de salud y servicios sociales "es demasiado a menudo poco coordinado", destaca la Generalitat. Y tiene consecuencias negativas tanto en la salud de las personas, que quedan con necesidades no cubiertas, como también en el uso de los recursos disponibles, entre duplicidades, sobrediagnósticos, hospitalizaciones innecesarias.
Los casos reales de Joan y Maria
Los consellers Campuzano y Balcells han aportado dos ejemplos reales de dos pacientes que se beneficiarán de esta atención integrada. El primero, el de la señora Maria, que tiene 81 años y que es viuda desde hace tres años. Vive sola y su familiar más cercano vive lejos, en Granada. Maria se plantea ingresar en una residencia de mayores pero no lo ve claro. Básicamente es una persona mayor autónoma y con algunas patologías crónicas: artrosis, insuficiencia cardiaca y renal, hipertensión y episodios de depresión.
En el último año ha sido atendida por 30 profesionales diferentes de 12 dispositivos distintos: cinco de servicios sociales y siete de salud entre trabajadores sociales, familiares, equipos de centros de día, terapeutas ocupacionales, de teleasistencia, médico de familia, enfermera de curas y médicos especialistas en cardiología, nefrología y traumatología, entre otros. "Todos ellos han trabajado de forma fragmentada y no coordinada", ha relatado Balcells.
Ahora, con el despliegue de la atención integrada sociosanitaria, "habrá una coordinación de todos estos profesionales a través de un gestor del caso de Maria, que organizará las visitas o ingresos para que los recursos empleados sean más eficientes y la paciente cuente con un mayor confort".
En el caso de Joan estamos ante un niño de seis años con síndrome de Rett que le afecta a la movilidad. Su grado de discapacidad y de dependencia es elevado. Vive con sus padres y con sus dos hermanas y tiene frecuentes crisis de epilepsia. Va a la escuela y lo atienden 24 profesionales de 14 dispositivos entre servicios sociales, trabajadores sociales, trabajadores de atención domiciliaria, terapeutas ocupacionales, de atención primaria, emergencias médicas o fisioterapia. "Gracias a este coordinador de referencia para Joan y sus cuidadores, un único profesional coordinará los servicios que necesita el menor y acompañará y capacitará a la familia", ha indicado Campuzano.
Comentarios