Así es Himar González: física, 'influencer' y presentadora de 'El tiempo' de Antena 3

  • Nacida en Gran Canaria en 1976, cuenta con más de 100 mil seguidores en Instagram.
Himar González, en un evento en enero de 2017.
Himar González, en un evento en enero de 2017.
Carlos R. Álvarez / Getty
Himar González, en un evento en enero de 2017.

Lleva años siendo uno de los rostros más queridos de la televisión. Y eso que una palabra suya puede anticipar el mal tiempo durante toda una semana, lluvias por todo el norte, chubascos por el sur o un acontecimiento tan histórico como la erupción del volcán de Cumbre Vieja, lugar al que se desplazó para informar de lo que estaba ocurriendo en la isla de La Palma -y por los que tuvo algún que otro problema de salud de los que ella misma dio cuenta-. Hablamos de la presentadora de El tiempo de Antena 3, Himar González, quien tiene nombre de chico.

Pero esto tiene una explicación. Es la única hija de sus padres, aunque tiene tres hermanos, siendo ella la tercera. Su padre, un empleado de banca que tenía que doblar su jornada para llegar a fin de mes, cuando su madre estaba aún embarazada -daría a luz el primero de junio de 1976-, se enamoró de ese nombre mientras leía sobre los antiguos guanches que eran vendidos como esclavos en la Península. Cuando nació, le dijeron, ella era la única Himar que habían registrado en la isla.

Porque Himar González vino al mundo en Las Palmas de Gran Canaria. Allí, en el colegio, otros niños se metían con ella por su nombre, si bien ahora, que es mucho más conocida por el parte meteorológico que da cada día, otras parejas han bautizado así a sus hijas. Una pequeña venganza y logro para alguien que ha preferido cierto anonimato y hacer una carrera de fondo.

Aunque ahora sea prácticamente una influencer, con algo más de 110.000 seguidores en Instagram -y subiendo-. Quizá ya no le parece tan buena idea que le dijese a su madre que ojalá le hubiese puesto Estrellita, como contó al diario El País.

En lo que tuvo que transigir fue en hacer una carrera. Himar era actriz e incluso llegó a hacer teatro clásico por todo el mundo ("He sido muchas veces doña Inés, por ejemplo", rememoraba), pero como le llamaba tantísimo la astronomía, cursó Ciencias Físicas por la Universidad de La Laguna, en Tenerife, en la especialidad de Física Aplicada y de la Atmósfera. Y a partir de ahí comenzó su carrera en medios televisivos locales canarios.

En ella se fijó el también meteorólogo y presentador Mario Picazo, quien se la llevó entonces a trabajar a Telecinco, cadena que dejó en 2011 para fichar por el canal principal de Atresmedia. Y a quienes dicen que entró por su belleza no les hace ni caso.

"Nunca he tenido la sensación de que se infravalore mi cerebro. Ha podido haber algún rifirrafe o algún comentario desafortunado y, en eso, a veces no solo son los hombres los que te pueden poner una zancadilla, sino también alguna compañera. Pero no gasto energía en eso, no entro, corro un tupido velo y paso a lo siguiente", declaró al citado medio.

Pero desde aquella entrada no ha cesado de acumular seguidores y fama, algo para lo que fue un gran impulso el ser portada de la revista Sportlife o el reportaje de GQ titulado Las chicas del tiempo, junto a otras presentadoras y meteorólogas españolas. Ahora forma parte del equipo de Informativos de la cadena, trabajando en la edición de fin de semana con Matías Prats y Mónica Carrillo.

A pesar de que cuida su cuerpo de mil maneras, pues la lista de deportes que practica es infinita (desde gimnasia rítmica a running, hípica, esquí, surf, yoga, natación..., y ha afirmado que no concibe la vida sin movimiento), no le gustan las dietas, añadiendo que aquello de lo que llena su plato es de sentido común. Y de platos exóticos, utilizando a sus comensales de conejillos de indias. Esa pasión por la gastronomía le viene por parte materna, ya que su madre, ama de casa de origen libanés, guardaba grandes enciclopedias con multitud de recetas.

Otra de sus pasiones, que sin embargo no está muy presente en sus redes, es el mundo audiovisual: le encantan el cine y las series, y de pequeña cuenta que le gustaban mucho las películas en blanco y negro, pero hoy en día prefiere relajarse viendo documentales de ciencia e historia. Y esto, además, entronca con otro de sus grandes hobbies: viajar. No solo al extranjero, como sus viajes a Marruecos, Grecia, Italia, Francia, Perú o Costa Rica, sino también por toda la geografía canaria.

Quienes la conocen aseguran que es muy natural y muy directa, aunque en ocasiones esa espontaneidad le juegue malas pasadas, como el día que aseguró que, en referencia a una ola de calor, había "temperaturas subnormales", lo que hizo que se convirtiese en viral en redes. Esa naturalidad, sin embargo, no admite terrenos como su vida privada, donde es totalmente hermética y se desconoce si tiene o no pareja.

Eso le hace decir que tiene una doble vida, una en Madrid y otra en Canarias. Pero ambas, si se quiere decir así, estuvieron a punto de acabar durante la pandemia. No por el coronavirus, sino porque contrajo septicemia, lo que pudo haberle costado la vida, llegando a 40 de fiebre y en urgencias.

"Es una infección que una vez que pasa a la sangre es muy peligrosa porque en 48 horas, aproximadamente, ya te despides de este mundo. Me dijeron que [si hubiese ido] 24 horas más tarde, no podrían haber hecho nada por mí", explicó, así como que la consecuencia es que casi se quedó prácticamente calva.

Asegura que teme al cambio climático "por nosotros, por mis sobrinos, por las generaciones que aún no han llegado a este planeta" y que hay que hacer aún "mucho más de lo que hacemos". Ella, por ejemplo, afirma que recicla, no consume ciertos productos, siempre está pendiente de que los grifos queden bien cerrados o pone su aire acondicionado siempre "a 27 grados, todo lo más lo bajo a 26". Y contra los negacionistas, ni caso: "No les presto atención. No hay discusión".

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