Seis años de cárcel por amordazar a una menor tutelada en el sótano de su tienda

Comisaría de la Policía Nacional en la calle Leganitos de Madrid.
Imagen de archivo de varias patrullas de la Policía Nacional en Madrid.
Europa Press
Comisaría de la Policía Nacional en la calle Leganitos de Madrid.

El Supremo ha confirmado la condena de seis años de prisión a un hombre que amordazó y ató a una silla a una menor tutelada por la Comunidad de Madrid en un sótano en su local de la capital, atemorizándola con un serrucho para sacarle información sobre un supuesto robo de un ordenador.

La Sala de lo Penal ha dictado una sentencia que rechaza el recurso del condenado contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que había rebajado de ocho a seis años de cárcel la condena impuesta previamente por la Audiencia de Madrid por un delito de detención ilegal.

Al margen de la pena de prisión, el Supremo ratifica la prohibición de contactar con la menor en ocho años y la multa de 3.150 euros.

Los hechos ocurrieron el 16 de julio de 2021, cuando el condenado se encontró por una calle de Madrid con la menor, de 15 años, a quien conocía previamente y de la cual tenía sospechas de que ella y otros amigos suyos le habían robado un ordenador portátil.

El hombre la pidió que la acompañara al local que regentaba para charlar sobre ello y una vez en el interior, como el condenado planeaba retenerla hasta que obtuviera la información que deseaba, cerró la persiana metálica y condujo a la chica al sótano donde la amarró con cinta americana a una silla, y él salió del local.

Al quedarse sola, la menor logró desatarse y subió a la planta principal, donde intentó huir sin éxito, porque el condenado había cerrado con llave, ante lo cual cogió un cuchillo para protegerse y realizó una llamada a emergencias con un teléfono que encontró y que al carecer de tarjeta SIM solamente permitía ese tipo de llamadas.

Cuando regresó el hombre, al percatarse de que la menor se había soltado, y tras lograr quitarle el cuchillo, la bajó de nuevo al sótano, donde la ató fuertemente con unos cables, poniendo la música a gran volumen, y seguidamente procedió a sujetarle todo el cuerpo con cinta americana fuertemente apretada, quedando amordazada e inmovilizada desde debajo de los ojos hasta los pies.

Y con la finalidad de acentuar su temor, había colocado junto a ella un serrucho, un cuchillo de grandes dimensiones, unos alicates y un martillo, colocándose encima de ella, mientras le preguntaba por el ordenador, diciéndole que la cortaría a pedazos si no le daba la información.

Pero justo entonces, la Policía, que había sido alertada por la llamada de la menor, llegó al local y dio con la puerta del sótano que se hallaba oculta bajo el mostrador, para así reducir al condenado y liberar a la chica, que se encontraba tutelada por la Comunidad de Madrid desde el 11 de junio de 2018.

En su recurso, el condenado alegó que la intención de retener a la víctima era única y exclusivamente para entregarla a la policía por el asunto del ordenador, pero el Supremo deja claro que "no hay voluntad alguna de presentarla a la policía, sino en todo caso intentar que ella le dijera quien le había robado el ordenador".

Y más aún teniendo en cuenta la escena que se encontraron los agentes, con un hombre que opuso cierta resistencia a su detención mientras "la víctima estaba llorando, atada por completo con mordaza en la boca, muy fuerte y los párpados abiertos por estar tan apretada la mordaza", agrega la sentencia.

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