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Inés Gortázar, campeona de España de esquí adaptado: "El deporte me da herramientas que utilizo en otros aspectos de mi vida"

  • También es miembro de la junta directiva del Club Siempre, especializado en esquí para personas con discapacidad.
Inés cortázar (a la derecha), junto a su guía, Alba.
Inés Gortázar (a la derecha), junto a su guía, Alba.
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Inés cortázar (a la derecha), junto a su guía, Alba.

Inés Gortázar nació con cataratas y, pesar de haber sido operada, su dificultad para enfocar le ha ocasionado una discapacidad visual que, aunque no va a más, le impide ver con claridad, "no perdí totalmente la visión, pero no tengo cristalino en el ojo, y eso hace que no pueda enfocar la imagen. Es como cuando quieres hacer una foto, pero la cámara nunca te deja enfocar", explica, "uso corrección con lentillas para el astigmatismo e hipermetropía, entre otras cosas, pero con la gran cantidad de dioptrías que tengo no me corrigen del todo y por esa razón, tanto de lejos como de cerca no veo bien, veo borroso". 

A pesar de su discapacidad, Inés ha conseguido ser campeona nacional de esquí adaptado en dos ocasiones. A pesar de no haber tocado unos esquís nunca, decidió apuntarse a una de las salidas que organizaba la ONCE, de la que es afiliada, "planea desde Madrid dos o tres salidas al año a pasar un fin de semana a una estación de esquí de España. En un principio, lo hacía solo para mayores de edad con alguna discapacidad visual y con un grupo de voluntarios que les hagan de guías, pero, justo cuando yo tenía 11 años, decidieron formar un grupo con menores y una amiga y nos apuntamos". Fue entonces cuando, a pesar de no haber tenido, ni ella ni su familia, ninguna relación con el esquí antes, se convirtió en su gran pasión. Doce años después, ha sido dos veces campeona de España en categoría senior y ha obtenido otros tantos galardones en la juvenil.

Un deporte de equipo

El esquí adaptado para personas con discapacidad visual es un deporte muy versátil y que se adapta, como explica Inés, a las necesidades de cada persona, "los profesores tienen que adaptarse a la capacidad visual de cada persona, pues no es igual yo, que tengo resto visual, que una que sea ciega total. Teniendo en cuenta esto, todo el mundo puede hacer practicar este tipo de esquí". 

Lo que diferencia de las adaptaciones que necesita una persona con un resto visual a una que no ve nada casi nada es, básicamente, la forma en la que se comunican con su guía, "la manera que tenemos nosotros de esquiar se basa en poder contactar con nuestro guía. Las personas que tenemos un resto visual nos comunicamos con ellos a través de un intercomunicador, un aparato Bluetooth, que se conecta en el casco y que lo que hace es que podamos, mientras estamos bajando, hablar con el guía, que nos va diciendo cuándo girar, hacia dónde, etc. Con los ciegos totales o que tienen un resto visual muy bajito, lo que se utiliza es un altavoz para que ellos tengan la referencia del sonido y poder localizar al guía en todo momento, un guía que además les indica si tiene que ir a la derecha, a la izquierda, etc.", explica.

Inés Cortázar y su guía durante una competición.
Inés Gortázar y su guía durante una competición.
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El esquí, por lo general, es un deporte individual, pero en el caso del adaptado para personas con discapacidad, es un deporte de equipo, pues la figura del guía es imprescindible, "cuando vemos a una persona con discapacidad visual en esquiando en las competiciones, tanto a nivel nacional como internacional, el guía siempre va adelante, a una distancia que marca el tipo de esquí, la prueba... y la distancia tiene que ser lo más estable posible lo que hace más complejo e interesante este deporte. Hace falta mucha coordinación, pues hay que tener una comunicación constante con el guía y mucha compenetración con él".

De hecho, cuando un esquiador con discapacidad visual gana un trofeo, el premio es para los dos, "al guía le dan una medalla igual que nos la dan a nosotros, y el reconocimiento es para ambos. Si un guía se cae, se nos descalifica a los dos, tiene el mismo peso, es una herramienta imprescindible para poder practicar el deporte", insiste.

Ese compañerismo le da a este deporte un valor especial, pues, como destaca Inés Gortázar, "puedes compartirlo con otras personas", personas que, además, le han ayudado a tener más confianza en sí misma, "el deporte es una manera sana de pasar el tiempo, de distraerse… pero también nos sirve para ponernos metas. Y más en mi caso, que he competido. El simple hecho puede tener una planificación de entrenamiento, ver que vas aprendiendo cosas, perfeccionando la técnica, te hace confiar en ti y trabajar para conseguir tus objetivos, y eso te hace ganar mucha seguridad". Una seguridad que, asegura, que "he podido extrapolar a otros aspectos de mi vida, como lo académico, pues estoy a punto de finalizar la carrera de psicología".

Centrada en los estudios y en el club

Hasta ahora, Inés siempre ha compaginado muy bien sus estudios con su carrera deportiva, "cuando empecé a esquiar estaba en la ESO, e incluso cuando empecé a competir a nivel nacional, a tener concentraciones, campeonatos… siempre lo he compaginado con bachillerato, la carrera y ahora con el un máster en psicología general sanitaria que estoy estudiando. Trabajando, siendo flexible… he podido sacar adelante las dos cosas", explica.

Sin embargo, cree que ha llegado la hora de toma una importante decisión. No tiene que elegir entre el esquí o estudiar, pero sí si competir o no al más alto nivel, "estoy intentando buscar un equilibrio entre el deporte profesional y mi carrera, y voy a poner un poco por delante mi profesión, que ahora mismo es la psicología. No quiero dejar de lado el deporte, pero tampoco quiero competir a nivel internacional ahora mismo. Sigo entrenando, compitiendo a nivel nacional y disfrutando del esquí, pero no quiero dar el salto a internacional", asegura.

Cree que ha llegado el momento de disfrutar del esquí de otra manera y, sobre todo, de hacer disfrutar a otros, "me estoy involucrando más y estoy en la directiva del Club Siempre", cuenta.

El club Siempre lo fundaron en 2008 un grupo de afiliados cuando vieron que las salidas que hacía la ONCE no eran suficientes para las personas a las que les gustaba el esquí de verdad. Aunque no es imprescindible querer competir para formar parte de él, pone a disposición de los socios que quieran la posibilidad de prepararse para la competición, "tenemos grupos de niños muy pequeños, desde los 6 o 7 años, para que se vayan disfrutando y adentrándose en el esquí, y otros de competición, de 13-14 hasta adultos, que tienen más nivel de esquí para quienes les interese competir". 

Para potenciar la competición, entrenan con regularidad de septiembre a mayo todos los domingos por la tarde en el SnowZone de Xanadú (Madrid) y cuando pueden, intentan salir a salidas a montaña a diferentes estaciones, Sierra Nevada, Formigal...

Cada domingo por la tarde, puntual, ahí está Inés Gortázar, quien, aunque competir ya ha quedado para ella en un segundo plano, sigue manteniendo la ilusión por este deporte, "una ilusión que quiero ahora trasladar a los niños, para que lo conozcan y disfruten del esquí adaptado tanto como lo he hecho y lo hago yo".

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