Negligencias veterinarias, cómo defendernos y qué derechos nos amparan

  • Como prevención, debemos guardar todos los documentos e informes facilitados por el profesional veterinario.
Un cachorrito ingresado en un hospital veterinario.
Un cachorrito ingresado en un hospital veterinario.
Markus Winkler. Unsplash.
Un cachorrito ingresado en un hospital veterinario.

En España hay más de 29 millones de mascotas, tal como recoge el censo elaborado por la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC). Hay un claro incremento, no ya en España sino a nivel global, de incorporar un animal al núcleo familiar, y esto implica que las clínicas de salud veterinaria también han visto aumentar su demanda y su clientela.

No se dispone de datos públicos ni oficiales que recojan si ha habido un aumento de denuncias por mala praxis veterinaria, pero María José Mata Montero, abogada y miembro de la Junta de INTERcids, la asociación de operadores jurídicos por los animales, nos ha indicado que “profesionalmente puedo constatar que en los últimos años se ha incrementado exponencialmente el número de denuncias por mala praxis veterinaria, de hecho es un tema que con frecuencia está presente en congresos y jornadas relativas a la protección de los animales en el ámbito del Derecho”.

La mala praxis médica, en su definición jurídica, es “la actuación profesional negligente o con inobservancia de la normativa legal aplicable a los deberes propios del oficio o profesión”. Un concepto simple, pero que se complica porque la mala praxis médica, que afecta a seres humanos, y la mala praxis veterinaria no se encuentran en el mismo estatus y consideración penal. Algo que la jurista María José Mata considera que debería ser un reto a abordar y un tema que toca poner sobre la mesa.

Ante un caso de mala praxis veterinaria, todos los titulares y cuidadores de un animal tienen derecho a efectuar una reclamación que puede ir por tres vías:

Al Colegio Oficial de Veterinarios de la comunidad autónoma donde el veterinario en cuestión esté ejerciendo su profesión, para que un perito veterinario del Comité deontológico analice el caso y determine si ha habido una actuación incorrecta del profesional.

Judicialmente en el ámbito civil, para realizar una reclamación.

Por la vía penal si, además de mala praxis, existen fundamentos de que se haya cometido maltrato animal.

Estas tres opciones no son excluyentes entre sí, lo que quiere decir que podemos efectuar una reclamación al tiempo que buscamos amparo judicial.

Prevención ante posibles negligencias

Tal como nos señala la letrada consultada, evidentemente no sabemos ni esperamos un desenlace problemático cuando acudimos a una clínica veterinaria con nuestro animal y es imposible anticiparnos, pero sí podemos tomar ciertas medidas de precaución.

Entre ellas, debemos pedir y guardar todo tipo de documentación como radiografías, facturas, recetas, analíticas e informes sobre el diagnóstico, la asistencia y el tratamiento. “Cuando dejamos ingresado a un animal, nos hacen firmar lo que se llama "consentimiento informado", y que muchas veces firmamos sin más. No debemos hacerlo si no nos han informado de manera clara y extensa sobre el diagnóstico del animal, pruebas que se harán, opciones de tratamiento, posibilidades de evolución favorable o desfavorable, y toda aquella información relativa al animal que debamos conocer para consentir informadamente, que es lo que persigue ese documento”, recalca María José Mata Montero.

La abogada también nos recomienda pedir una segunda opinión a otro veterinario si tenemos dudas durante la hospitalización o el tratamiento de nuestra mascota. De esta manera, podemos detectar si se está llevando a cabo una mala praxis y evitar posibles consecuencias negativas. Si se confirma que se ha actuado de manera negligente, la abogada señala que es posible reclamar al primer veterinario, incluso si hemos interrumpido el tratamiento que nos había prescrito.

En caso de que se produzca una negligencia o consideremos que debemos tomar medidas, con la recopilación de todos estos documentos podremos acelerar el proceso de la reclamación y justificar la demanda. Para ello, María José Mata recomienda “que acudan a un abogado lo antes posible, el asesoramiento profesional es imprescindible para valorar su caso concreto estudiando el tipo de acción a emprender y la viabilidad, a la vez que recibirán las instrucciones oportunas para que puedan recabar todas la pruebas necesarias”.

Legislación actual y consecuencias

Para la tranquilidad de los titulares de animales de compañía, la profesional de Derecho nos informa que la legislación española cubre adecuadamente estos supuestos: “La reciente reforma del Código Civil reconoce incluso algo que, si bien ya se venía reconociendo en la vía jurisprudencial, no estaba expresamente regulado, y es la indemnización por daño moral”.

Cabe suponer que, en muchísimos casos, una compensación económica por el daño ocasionado al animal y que tenga como resultado lesiones permanentes o la muerte, resulta insuficiente para sus cuidadores y “no calma la sensación de desamparo ni proporciona un sentimiento de justicia”, aporta la letrada. “En estos casos, y entendiendo igualmente que hay daños o pérdidas que no serán compensables realmente de ninguna manera, cabría equiparar al menos al nivel de delito el daño causado a un animal por la mala praxis, sin necesidad de acreditar un "maltrato injustificado", igual que se hace con las personas”, propone la experta como solución que debería incorporarse a la jurisprudencia.

También es importante informar que el procedimiento para efectuar una reclamación ante un caso de negligencia veterinaria es el mismo tanto para animales domésticos comunes como perros y gatos como si hablamos de especies exóticas y mascotas menos habituales que incluyen conejos, reptiles, arácnidos o aves. Un profesional veterinario tiene la misma obligación, al margen de la especie animal, de proporcionar a su paciente las técnicas y medios adecuados para su tratamiento e intervención, así como de facilitar toda la información lo más rigurosa posible al responsable de dicho animal. Eso sí, la operadora jurídica aclara que “es deber deontológico del veterinario abstenerse de intervenir cuando no tenga conocimientos suficientes sobre una especie animal en concreto, debiendo comunicarlo al cliente para que escoja un veterinario con la especialidad requerida”.

Si se puede demostrar que ha habido una negligencia y que el animal ha sufrido consecuencias debido a la intervención del profesional veterinario, ya sean lesiones o la muerte, se tendrá derecho a una compensación por responsabilidad civil. Esta compensación incluirá los daños morales y los gastos ocasionados, así como los gastos futuros si se trata de una lesión permanente que requiera tratamiento crónico. Además, el profesional veterinario responsable recibirá una inhabilitación temporal. La cantidad de la compensación y la duración de la inhabilitación dependerán de la magnitud y gravedad del daño ocasionado.

Los derechos de los veterinarios

Los profesionales veterinarios también tienen herramientas legales que garantizan la posibilidad de defenderse ante una demanda de mala praxis, aportando los informes que consideren oportunos para contradecir la acusación y que evaluarán desde el Colegio Oficial de Veterinarios o el juzgado o ambos.

Hay que recordar que ya se han producido numerosas condenas para clientes que han realizado campañas de desprestigio y acoso hacia una clínica veterinaria por las redes sociales. “La conducta de acoso implica una intensidad, y si esto se produce, sea cierto o no que ha habido una negligencia veterinaria, se podrá denunciar a la persona que lo está haciendo”, puntualiza la jurista. Si además del acoso se suma una campaña de desprestigio por la que el profesional veterinario puede demostrar que ha afectado a los ingresos habituales de su negocio o a la pérdida de clientes, también podrán incorporarlo a su propia demanda. Así como las injurias por redes sociales, que podrán ser denunciadas por vía penal si acredita que las afirmaciones que se están difundiendo son falsas.

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