El papel higiénico es uno de los productos básicos y de primera necesidad que están presentes en todas las viviendas, por lo que su uso no puede ser más frecuente ni estar más normalizado. Tanto es así que son pocas las personas que se paran a pensar si han colocado el papel higiénico de la manera correcta en el típico portarrollos que también está presente en todos los baños, una duda en la que ha incidido un nuevo estudio científico. 

Concretamente, hay solo dos formas posibles de colocar el papel higiénico en el portarrollos: con el extremo colgando por encima del rollo o con el extremo por dentro, con el extremo colgando pegado a la pared, tal y como se puede ver en la siguiente imagen. 

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El rollo de papel se puede utilizar de las dos formas, aunque hay quienes eligen la opción de la derecha porque el papel sale mucho más fácil y queda más al alcance de la mano. Fuera de estas preferencias, hay otro motivo de peso, demostrado por la ciencia, para colocar el papel higiénico de manera correcta en el portarrollos. 

La forma correcta de colocar el papel higiénico

La forma correcta de colocar el papel higiénico en el portarrollos es, precisamente, la que consiste en ponerlo de tal forma que el extremo quede por encima del rollo, colgando por fuera, de tal modo que no quede el extremo por detrás, pegado a la pared. Esta forma de colocarlo evita la propagación de las bacterias que se encuentran en los baños públicos, incluso, en aquellos que están muy limpios.

De hecho, un estudio de la Universidad de Colorado demostró que en la mayor parte de las superficies de un baño se encuentran bacterias, sobre todo, p. coli de las heces humanas, una fuente común de intoxicación alimentaria, tal y como recogen desde Inc. Estas bacterias se transmiten fácilmente desde las superficies a las manos y, de ahí, a cualquier otro lugar que se toque. 

De este modo, cuando una persona va a hacer uso del papel higiénico es, precisamente, cuando más bacterias puede tener en las manos. Si el papel se coloca de tal forma que el extremo que hay que coger quede por detrás, hay muchas más posibilidades de que las manos toquen el rollo, la pared... y, por tanto, que las bacterias se propaguen mucho más. 

En cambio, colocando el rollo de tal modo que el extremo quede por delante, queda mucho más al alcance de la mano y solamente se tocará el trozo de papel que se va a usar y que, después, se va a desechar en el inodoro.