En apenas siete minutos, los bomberos de Bilbao, ubicados en el parque de Garellano, acceden a cualquier incidencia que ocurre en la ciudad. Ese tiempo de respuesta, –entre cinco y siete minutos de media– es una de las mejores cualidades del cuerpo bilbaíno. Y, por ello, el objetivo es mantenerlo o, incluso, mejorarlo.

Pero lo iba a tener difícil con salidas desde el futuro parque de bomberos de Miribilla, el emplazamiento que se pondrá en marcha en 2011 en sustitución al actual de Garellano. Así que los bomberos también se acercarán al centro.

Un nuevo parque de bomberos, más pequeño y ubicado bajo el puente de Deusto –en los talleres de Bilbobus– permitirá a los efectivos asegurar la intervención inmediata en toda la ciudad.

La unidad de Deusto cubrirá un área de unos 100.000 habitantes: los barrios de Zorroza, San Ignacio, Deusto y Uribarri. Aunque ambos parques estarán coordinados y se complementarán en caso de necesidad, según explicó ayer el director de Protección Civil, Andoni Oleagordia.

El nuevo parque, dotado  de 40 efectivos de los 200 bomberos, estará listo para finales de 2010, antes de que se inaugure, a principios de 2011, el de Miribilla.

NO SÓLO APAGAN FUEGOS

La tercera parte de las salidas de los bomberos de Bilbao van dirigidas a sofocar incendios. El fuego y el bombero están tan ligados como el policía y el delincuente.

Pero nada más lejos de la realidad. Los bomberos  no sólo apagan fuegos. Los incendios son, en realidad, la tercera parte de los incidentes que solucionan los bomberos de Bilbao.

Durante el primer semestre del año, el cuerpo de bomberos de Bilbao llevó a cabo un total de 1.535 salidas. Y de ellas, 532 se debieron, en concreto, a incendios.

Es más, de todos esos fuegos, la mayoría (el 55%) fueron incendios de contenedores.

Un pequeña parte de los fuegos –144 del total– tuvieron lugar en edificios y tan sólo 97 fueron incendios ocurridos en viviendas.

El resto de salidas de los bomberos son por diversas causas, pero sobre todo para atender accidentes de tráfico y para evitar la caída de  aleros, cables u otros objetos que puedan causar problemas a los ciudadanos.