Paco Rabanne, una vida excéntrica: de su pasión heredada de su madre a sus místicas predicciones

Paco Rabanne.
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Paco Rabanne.

Paco Rabanne, diseñador español y empresario vasco, ha fallecido este viernes a los 88 años en Porstall (Francia), por lo que el mundo de la moda viste ahora de luto al tener que despedirse de un importante nombre en la industria y uno de sus grandes visionarios. Pero no solamente en el mundo de la moda.

Además de hacer el vestido más caro de la historia en los 60, introducir el metal en la ropa y vestir a las estrellas del momento, Paco Rabanne era un hombre místico que aseguraba estar en contacto con otras dimensiones.

Vestidos metalizados (Coco Chanel lo llamaba 'El metalúrgico'), tejidos de cuero de efecto iridiscente, papel, aluminio, oro, diamantes... Estas solo eran algunas de sus creaciones que le hicieron destacar en el mundo de la moda, tanto como para vestir a Elizabeth Taylor, Jane Birkin, Brigitte Bardot, Jane Fonda, Audrey Hepburn o Françoise Hardy. Pero la profesión -y la pasión- le viene de sus orígenes.

Una pasión heredada

Detrás del nombre artístico de este perfumista y couturier se escondía Francisco Rabaneda y Cuervo, nacido el 18 de febrero de 1934 en Pasajes, en la provincia vasca de Guipúzcoa.

Su padre era coronel de las fuerzas republicanas, fue fusilado en 1939, lo que forzó a la familia a abandonar España y exiliarse en Francia, adonde llegaron pasando penurias, internados en campos de concentración del sudeste.

Su madre, por su parte, fue costurera jefa del taller de Cristóbal Balenciaga en Guipúzcoa, era una mujer vanguardista que había escandalizado a la burguesía donostiarra con su pelo corto y luciendo los vestidos sin corsé de Paul Poiret. "Fue ella quien me introdujo el gusto por la rebeldía", decía. Por tanto, parecía inevitable que Paco Rabanne, al tener la moda tan cerca, heredara esta pasión y profesión.

El diseño le acompañó toda su vida, pues financió sus estudios de Arquitectura en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París con croquis de diseños que enviaba a las revistas de moda, dibujos de accesorios y otras creaciones que ya avanzaban su estilo geométrico, minimalista y depurado.

En los años 60, empezó firmando como Frank Rabanne y vendiendo sus accesorios hechos a mano a sus colegas de la alta moda francesa, desde Balenciaga hasta Givenchy, pasando por Nina Ricci o Pierre Cardin. Pero pronto utilizaría el nombre por el que hoy se le conoce, Paco Rabanne, marca de ropa que fue completada con una creciente colección de perfumes que hoy en día está en manos de la multinacional Puig.

Durante su carrera, fue galardonado con numerosos premios internacionales, como el premio de perfumería Oscar en 1975, la Aguja de Oro en 1977, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en el 2000, el Premio Nacional de Diseño de Moda en el 2010 y, también en ese año, fue nombrado Oficial de la Legión de Honor en el 2010.

Rabanne se retiró de las pasarelas en 1999 y su firma quedó en un limbo durante más de una década, con fichajes que fracasaron en su intento por revitalizarla. Pero en 2013, la llegada del francés Julien Dossena dio un vuelco a la marca y consiguió volver a posicionarla revisitando los éxitos de 1960.

Fuera de la parte más empresarial, Paco Rabanne siempre mantuvo una estricta discreción con respecto a su vida personal. Por ello, no se le conoce ninguna relación sentimental.

Excentricidad y misticismo

Excéntrico en la moda y en la vida real, Rabanne publicó varios libros sobre sus experiencias paranormales y defendía haber tenido varias vidas: haber conocido a Jesús, a Luis XIV, haber visto extraterrestres y haber asesinado a Tutankamón.

"Soy Acuario y estoy en la Tierra para anticipar que habrá una Tercera Guerra Mundial", declaró en una entrevista en 1975. El diseñador, fallecido este 3 de febrero en su residencia de Portstall (en la Bretaña francesa), aseguraba tener en realidad 75.000 años.

Redujo sus predicciones en público a partir del año 2000, tras haber augurado (y fallado) que una estación espacial se estrellaría contra París en agosto de 1999, pero siguió compartiendo sus visiones y estrafalarias ideas en revistas especializadas. Y también en algunas de sus prendas y perfumes, como Black XS, que aseguró que estaba hecho con ingredientes de algunas pócimas de brujas.

Con Rabanne, reconocido con los mayores méritos en Francia y endiosado por todos sus sucesores en el mundo de la moda, se ha ido uno de los últimos testigos de una época. Sin embargo, su herencia, que comenzó en su madre, no fallece con él, pues continúa viva no solo en su marca, sino en su sobrino nieto, Daniel Rabaneda, también diseñador y vicepresidente de la Fundación Paco Rabanne.

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