Llegado el mes de febrero, el invierno enfila su recta final y va disipándose del todo la acuciante duda con la que arrancó la temporada invernal: si habría suficiente gas para alimentar la actividad económica y la calefacción o si, por el contrario, el conflicto energético con Rusia provocaría desabastecimiento. La realidad es que las reservas de gas en la UE y en particular en España están aguantando a unos niveles elevados, del 71% de la capacidad europea en conjunto, que se eleva hasta el 89,9% en el caso de España a 2 de febrero, con reservas que han aguantado las dos semanas de borrascas frías que han atravesado el país.

De acuerdo a los datos de reservas de gas y cantidades utilizadas que reúne Gas Infraestructura Europe (GIE), una organización con sede en Bruselas que representa compañías, operadores e infraestructuras de energía de toda Europa, desde el 16 de enero hasta el 2 de febrero, las reservas españolas de gas sólo menguaron un 4%. Las dos semanas de temperaturas bajo cero en buena parte del país que dieron comienzo con las borrascas Gerard y Fien hicieron que las reservas españolas de gas pasaran de 93,56% a mitad del mes pasado al 89,9% en el segundo día de febrero.

En el contexto europeo, España es el tercer país por detrás de Portugal y Suecia que tiene las reservas nacionales más llenas y la media en la UE se sitúa en el 71,6%, tres meses después de que sus países debieran tenerlas llenas obligatoriamente al 80%. Para el invierno de 2023-2024, los Estados miembros se han comprometido a llegar a noviembre con el 90% de las reservas llenas, algo que prácticamente cumple ya España.

Ribera reorganiza las reservas mínimas de gas: de 27,5 días de consumo a una fórmula que integra la regla de la UE de almacenes al 90%

Los países de la UE con las reservas más exiguas son Letonia (44,4%), Hungría (50%), Rumanía (62,8%), Francia (63,5%) y Países Bajos (68,1%). 

Liberar reservas

De acuerdo a los datos de GIE, España tiene un consumo anual de gas de 338 teravatios por hora -cada teravatio equivale a mil millones de kilovatios/hora-, la cantidad máxima de gas que puede almacenar es de 35,2 teravatios/hora -de los que ahora hay 31,6- y el máximo que puede retirar cada día de sus reservas son 126 gigavatios/hora.

Las reservas españolas, bien surtidas, están sin embargo a la cola de la capacidad de almacenamiento que tienen otros países europeos. Solo es mayor que en Rumanía y Letonia y mucho más en Portugal, Dinamarca, Croacia, Bulgaria y Bélgica, donde no superan los 10 teravatios/hora. Están a mucha distancia de Alemania (244,2 TWh), Italia (193,4), Países Bajos (138,9) y Francia (11,6).

Durante las dos últimas semanas de días especialmente fríos, los días que más gas hubo que retirar de las reservas se sitúan en los últimos días de enero y los dos primeros de febrero, aunque a una distancia notable del límite diario. El 26 de enero se retiraron 101 GWh de gas de los almacenes y el 27 y el 28 de enero, 107 GWh cada jornada. La necesidad de echar mano de las reservas de gas volvió a bajar a principios de esta semana y el 30 y 31 de enero solo fue necesario echar mano de 10,5 y 125 GWh respectivamente. Volvió a aumentar la necesidad el 1 y 2 de febrero, cuando la retirada fue la más acusada desde el inicio de 2023, 127 GWh cada día.

Más gas para electricidad

Con estos datos se confirma las garantías que desde que antes de que empezara el invierno ha venido dando el Gobierno en general y la vicepresidenta tercera y ministra competente en materia energética, Teresa Ribera, de que no se contemplaba el desabastecimiento. Todo a pesar de que la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES) acaba de confirmar que, como ya se venía detectando, 2022 cerró con un consumo de gas para generar electricidad muy por encima de 2021, un 50%.

Solo en diciembre del año pasado el consumo de gas descendió un 27,5% y se observó en las tres categorías que contempla CORES, uso convencional -en hogares e industria- que cayó un 32,3%), en el gas natural licuado de uso directo (-31,4%) y menos del utilizado para generar electricidad (-14,5%).

La tendencia diferente se produce si se toma en cuenta la evolución en todo 2022. El consumo convencional de gas se redujo un 20,2% a lo largo del año pasado y aumentó un 50,8% en el caso del usado para generación eléctrica, una tendencia que viene observándose desde que se puso en marcha el mecanismo ibérico y empezaron a aumentar las exportaciones de electricidad desde España hasta Francia y Portugal.