Un niño de seis años se funde la tarjeta de su padre y gasta 1.000 dólares en comida a domicilio: "¡Solo me queda un centavo!"

Entrega de comida a domicilio.
Entrega de comida a domicilio.
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Entrega de comida a domicilio.

Es sábado por la noche. Un padre se dispone a acostar a su hijo y le deja un rato el móvil antes de dormir. Media hora después, el timbre de casa no deja de sonar y los repartidores de comida a domicilio llegan uno tras otro. En total, 1.000 dólares (915 euros) gastados en gambas, ensaladas, hojas de parra, arroz, sándwiches de pita, patatas fritas con queso y chile, sándwiches de pollo shawarma y muchos helados. El protagonista de esta "chiquillada" es Mason, un niño de seis años de Michigan (Estados Unidos), según cuenta el medio digital MLive.

En la noche del sábado el padre de Mason, Keith Stonehouse, estaba al cargo de su hijo mientras la madre, Kristin, se encontraba en el cine con unas amigas en Michigan (Estados Unidos). Stonehouse le dejó el móvil para jugar a un juego y el niño terminó entrando en la aplicación de comida a domicilio Grubhub.

En declaraciones al citado medio, el padre relataba cómo el timbre no dejaba de sonar: "Los coches entraban en la entrada mientras otros salían". "Cogí mi teléfono y tenía varios mensajes repetidos diciendo que mi comida estaba lista y se estaban entregando pedidos. Miré mi cuenta bancaria y no paraba de bajar", detalla.

Un pago cancelado de 400 euros en pizza

Mason había hecho muchos pedidos y en algunos había dejado propinas de hasta el 25%. Stonehouse empezó a llamar a los restaurantes para ver si podían cancelar sus pedidos y le dijeron que esto lo tenía que solucionar con la empresa de reparto a domicilio, pero logró contactar con ellos. Lo único bueno es que su banco le canceló el pago de 439 dólares (401,98 euros) en una pizzería.

Después de llenar de pedidos la mesa de la cocina, el padre quisó explicar a su hijo lo que había hecho y que no debía repetirse, pero no fue algo sencillo, ya que en mitad de la charla, el niño levantó el brazo y le dijo: "Papá, ¿han llegado ya las pizzas de pepperoni?". En ese momento el padre tuvo que salir de la habitación. "No sabía si enfadarme o reírme. No sabía qué hacer", dijo entre risas Stonehouse.

Por su parte, Grubhub se puso en contacto con los clientes y les ofreció una tarjeta regalo de mil dólares para gastar en su plataforma. De esta forma, la empresa ha querido compensar a los padres por la trastada involuntaria de su hijo, que con seis años no sabía lo que estaba haciendo.

A la familia Stonehouse aún le sobra mucha comida en su casa y eso que invitó a vecinos y amigos para que les ayudaran. Mason dijo en una entrevista a FOX 2: "solo me queda un centavo", después del festín descontrolado del sábado, pero que tiene "un montón de helado para comer"

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