El primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanuch, ha reconocido este miércoles el "valor" del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al cambiar la posición de España respecto a la solución "realista" del Sáhara Occidental como autonomía dentro de la soberanía marroquí un año después de que el Gobierno ejecutara un giro -que entonces negaban definir como tal- para apaciguar las aguas con el vecino del sur y cerrar una de las mayores crisis de los últimos años entre ambos socios. Eso sí, la decisión también provocó una pequeña crisis en la coalición, las críticas de la oposición y la ruptura de las relaciones con Argelia.

"Las relaciones" entre España y Marruecos "viven una nueva etapa en el marco del apoyo de vuestro gobierno al plan de autonomía [para el Sáhara Occidental] bajo la soberanía marroquí", ha lanzado Ajanuch en la clausura de un foro económico en el que ha sido el primer acto del jefe del Ejecutivo en el viaje a Rabat que terminará mañana con una reunión de alto nivel entre ambos países y en el que no será recibido por Mohamed VI. Antes de que el plenario se pusiera a aplaudir, el primer ministro de Marruecos ha insistido en la "valentía y el realismo histórico" del Gobierno, algo que "elogia altamente".

No es la primera vez que las autoridades de Marruecos se congratulan por el paso dado por Sánchez el pasado mes de marzo, pero sí es una nueva constatación de que, al contrario de lo que defendía Moncloa entonces, el Ejecutivo modificó una posición que habían mantenido anteriormente otros gobiernos. De hecho, el rey Mohamed VI ya envió una misiva en agosto en la que celebraba el apoyo de España a su propuesta y opinaba que esa "posición constructiva" contribuiría a "abrir una nueva página en las relaciones de confianza" entre los dos países.

El rey de Marruecos evita recibir a Sánchez y le emplaza a una próxima visita a Rabat

Ese fue uno de los objetivos que buscaba Sánchez cuando llevó a cabo el giro. Lo hizo en una carta a Mohamed VI, en la que el jefe del Ejecutivo aseguró que el plan de autonomía para el Sáhara Occidental planteado por el país norafricano en 2007 constituía "la base más seria y realista" para lograr una solución a este conflicto. Consciente de su parte de responsabilidad en los comienzos del conflicto -el Sáhara Occidental era una colonia española-, los distintos gobiernos siempre se vieron interpelados directamente por las partes en conflicto y también por Naciones Unidas de cara a buscar una solución. España se había mostrado neutral, hasta que Sánchez decidió tomar partido.

Esto cerró la crisis abierta con Marruecos por la atención hospitalaria en Logroño de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, aunque abrió grietas en la relación con Argelia -otro importante socio comercial para España- y en la coalición con Unidas Podemos. Los 'morados' se han mostrado distantes y críticos con Marruecos desde su comienzo, dejando incluso plantado al presidente en la reunión de alto nivel que se celebrará este jueves.

Un horizonte "de prosperidad compartida"

En el mismo foro, el presidente del Gobierno ha reafirmado la voluntad de España de avanzar con Marruecos hacia un horizonte "de prosperidad compartida en diálogo y amistad". "Cuanto mejor sea la relación, mejor para España, para Marruecos, para Europa, para las empresas y para los ciudadanos", ha señalado Sánchez, que ha afirmado también que la relación entre los dos Estados "se levanta en una sólida confianza mutua" y ha destacado el "intenso proceso de modernización de la economía marroquí".

Entre enero y octubre del año pasado, según Sánchez, más del 55% de las exportaciones españolas a África fueron a parar a Marruecos. Además, en la última década se han doblado las exportaciones, llegando hasta los 9.700 millones de euros en los diez primeros meses de 2022. En cuanto a las importaciones, crecieron un 21% hasta alcanzar los 7.300 millones.