Las redes sociales y el peligroso mensaje que lanzan respecto a los perros: "Solo quiero acariciarlos a todos"

  • Debemos acostumbrarnos a preguntar primero a sus cuidadores y recibir su consentimiento.
Un dogo alemán recibiendo caricias de varias personas.
Un dogo alemán recibiendo caricias de varias personas.
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Un dogo alemán recibiendo caricias de varias personas.

La adiestradora canina y escritora galardonada por múltiples libros Sassafras Lowrey, de origen estadounidense, ha publicado recientemente un artículo para el Kennel Club americano donde alerta de un problema creciente que tiene su origen en Internet, y es la difusión del mensaje de acariciar a todos los perros, en inglés "Pet all the dogs". Esta frase, adaptada a todos los idiomas, se ha hecho tan popular que puede verse en memes, hashtag, camisetas, tazas y pegatinas.

Tal como explica en su artículo, sin duda su intención es expresar que se siente amor y simpatía por los perros, pero también contiene dos errores fundamentales: no tener en cuenta a los perros ni a sus tutores. "Aunque te gusten todos los perros, déjame decirte que no a todos los perros les gustarás tú", indica S. Lowrey en su artículo.

Por ello, la instructora canina del AKC advierte que, bajo todas las circunstancias y sin excepción, debemos acostumbrarnos a preguntar primero al guía canino y recibir el consentimiento de este antes de acercarnos y acariciar al animal.

Aunque te gusten todos los perros, déjame decirte que no a todos los perros les gustarás tú

“Incluso si un perro amistoso corre y salta hacia ti en la calle, obtén primero el permiso del tutor. Podrían estar trabajando en su educación para que no muestre estos comportamientos en público, y acariciar al perro refuerza accidentalmente dicho comportamiento”, explica con un ejemplo la autora.

Como seres sintientes complejos, pueden tener un mal día

Por otro lado, la escritora galardonada y miembro de la Asociación de escritores sobre perros de América, recuerda que, al igual que a nosotros no tiene por qué gustarnos dar dos besos, la mano o abrazar a cualquiera o no todos los días, lo mismo puede ocurrir con los canes domésticos y no disfrutar especialmente con la invasión de su espacio personal.

Cada vez es más habitual que en el mundo profesional canino, se recomiende sustituir la pregunta "¿es bueno/a?", cuya respuesta puede tener connotaciones negativas hacia el comportamiento del animal y no implica, necesariamente, que sea un perro malo, por "¿le gusta que le toquen?" que, además, resulta más educativa especialmente ante la presencia de menores y proyecta un respeto hacia el espacio personal y los sentimientos ajenos, al margen de su especie animal.

Sassafras Lowrey añade en su artículo que puede haber numerosas razones por las que un tutor canino rechace la interacción con su perro, y que debemos respetar dicho límite por mucho que el animal nos demande caso. Su cuidador conoce mucho mejor al perro y puede saber que tiene reacciones impredecibles hacia los extraños, tener alguna lesión física que pueda ser dolorosa si se la tocamos o bien lo está educando para que ignore las distracciones. “Recuerda que los tutores de perros no te deben una explicación o una justificación por no querer que su perro sea acariciado, y no trates de hacerlo de todos modos”, ataja.

También dedica recomendaciones hacia los tutores de los perros, que pueden llegar a sentirse abrumados si se acercan demasiadas personas de forma continuada en cada salida, especialmente si son cachorros o perros con un aspecto llamativo. Para ellos, Lowrey les indica que, en primer lugar, no tienen ninguna obligación por permitir la manipulación excesiva de su animal si no se sienten cómodos y que deben priorizar el bienestar del perro. Propone que aprovechemos el momento para convertirlo en una charla educativa y explicar, amablemente, que los perros tienen personalidades únicas y no les apetece ser acariciados constantemente, o que pueden ser perros dulces pero tímidos y que varios pares de manos hacia él le llegan a agobiar y ponerle nervioso.

"Cuando veamos un perro al que deseamos acercarnos y acariciar, respiremos hondo, contengamos la emoción y preguntemos primero", resume la profesional, "respetar el espacio personal de un perro es una manera mucho más efectiva de demostrar cuánto nos gustan que tratar de acariciarlos a todos", finaliza.

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