El infierno de una chica víctima de acoso escolar: "Perra sarnosa, te huele la boca a pescado"

Profesora Educación UNIR apuesta por "educar en la confianza incondicional" para hacer frente al acoso escolar
Profesora Educación UNIR apuesta por "educar en la confianza incondicional" para hacer frente al acoso escolar
EUROPA PRESS
Profesora Educación UNIR apuesta por "educar en la confianza incondicional" para hacer frente al acoso escolar

Un curso y medio estuvo la hija de Ariadne Fernández, de 13 años, sufriendo acoso escolar en el IES Primero de Mayo de Las Palmas de Gran Canaria. Durante ese tiempo tuvo que soportar cómo muchas de sus compañeras la insultaban y la vejaban, mientras el instituto y las instituciones hacían oídos sordos a sus denuncias.

"Eres una perra sarnosa", "te huele la boca a pescado", "qué asco te tengo", "te pareces a un alien" o "jodida retrasada" son algunas de las frases que otras alumnas le escribían con frecuencia en el pupitre y que recoge lavozdelsur.es. Estos insultos, que después se trasladaron también a las redes sociales y la obligaron a ir a terapia, es lo que tuvo que soportar hasta que se cambió de centro. Ahora, es su mejor amiga, que se quedó en el instituto, quien recibe este trato vejatorio.

Ni la dirección del instituto ni la inspección educativa ni la Consejería de Educación de Canarias hicieron nada por encontrar una solución. Ni siquiera las denuncias presentadas ante la Policía Nacional sirvieron de nada, al argumentar el Cuerpo que la presunta acosadora tenía 13 años -por debajo de los 14 necesarios para ser imputable-, según cuenta la cadena SER.

En concreto, el instituto afirmaba que los padres de la supuesta acosadora no respondían. Sin embargo, cuando Ariadne logró hablar con ellos, comprobó que no habían sido informados de la situación y de la actitud que tenía su hija. 

Mientras tanto, han recurrido también al Servicio de Prevención de Ayuda contra el Acoso Escolar del Gobierno de Canarias, pero tampoco ha servido para nada: aunque reconocen el acoso, la derivan a la unidad de delitos cibernéticos.

Presa de la frustración, con grabaciones en que unas menores planean cómo agredir a su hija, Ariadne clama por un cambio de los protocolos, que tan difícil le están poniendo conseguir justicia y evitar que otros menores soporten el mismo sufrimiento.

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