Sánchez desembarca en Marruecos con medio Gobierno para lograr la estabilidad definitiva

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al rey de Marruecos, Mohamed VI, en una imagen de archivo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al rey de Marruecos, Mohamed VI, en una imagen de archivo.
MONCLOA
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al rey de Marruecos, Mohamed VI, en una imagen de archivo.

No hay dos sin tres. Este miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desembarcará de nuevo en Marruecos. Lo hará, esta vez, para celebrar una cumbre con el Gobierno marroquí en la que buscará sentar las bases para que la relación entre ambos países cuente, por fin, con una estabilidad permanente. A Sánchez le acompañará medio Ejecutivo -12 de 23 ministros-, aunque no irá nadie de Unidas Podemos. A diferencia del año pasado, todavía es una incógnita si mantendrá una audiencia con el rey Mohamed VI, un hecho que depende exclusivamente de la Casa Real marroquí.

En Moncloa hay una gran expectación por los resultados de un evento que definen como "histórico". Por la "importancia" que tiene Marruecos para España -en nuestro país viven más de 1,2 millones de personas de procedencia marroquí y somos su tercer socio comercial-, los tiempos y los invitados: pese a que deberían ser anuales, hace ocho años que no se celebra una reunión de alto nivel entre gobiernos. La última tuvo lugar en Madrid en 2015, con Mariano Rajoy, aunque contó con la mitad de los ministros que acompañarán al presidente ahora, según Moncloa.

Cabe destacar que ha habido varias intentonas frustradas en los últimos años, en los que se han sucedido las crisis diplomáticas entre ambos países. La última y la más grave ocurrió en mayo de 2021 debido a la atención hospitalaria en Logroño a Brahim Ghali, declarado enemigo de Marruecos al liderar el Frente Polisario, que busca la independencia del Sáhara Occidental. Esa crisis provocó que la embajadora marroquí abandonara España y solo se cerró con una visita de Sánchez a Rabat en la que reafirmó un cambio de posición respecto a dicho territorio, reconociendo como la "mejor" la propuesta de ser una autonomía de Marruecos.

Desde entonces, la postura de España no ha variado y no parece que vaya a ser un tema a tratar en la cumbre, de la que el Gobierno espera sacar una veintena de acuerdos en temáticas como el agua, transportes, el desarrollo del ferrocarril en el país norteafricano o educación. También se firmará un nuevo protocolo financiero, con el objetivo primordial de que haya más inversiones de empresas españolas en Marruecos, pese a que el montante actual ya es importante.

Según los datos facilitados por el Ejecutivo, en 2021 -último año consolidado- hubo 17.000 millones de euros en intercambios comerciales. Más de 17.500 empresas españolas exportaron a Marruecos ese curso, "no solo productos, sino también servicios". Además, hay casi 700 compañías españolas afincadas en este país. Durante el viaje, el futuro papel de estas empresas y de otras que quieran invertir allí tendrá un papel destacado. Sin ir más lejos, el miércoles, día en el que Sánchez llega a Rabat, clausurará un foro empresarial organizado junto a la patronal marroquí al que asistirá José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio.

El jueves es cuando se celebrará la reunión de alto nivel, con encuentros de los diferentes ministros con sus homólogos marroquíes. Y es que, el Gobierno ve una oportunidad en seguir hacer creciendo la riqueza española en la transformación que Marruecos pretende hacer en su territorio. Como ejemplo, desde Moncloa señalan la gran oportunidad que puede haber para compañías peninsulares en el desarrollo del ferrocarril o de la educación privada. Todos los acuerdos firmados no quedarán en papel mojado. Desde el Ejecutivo destacan la importancia de la creación de un mecanismo de seguimiento de los acuerdos, lo que demuestra la "seriedad" con la que se llevarán a cabo las conversaciones. Entrarán ahí los acuerdos que se alcanzaron el año pasado, aunque el Gobierno asegura que muchos de ellos ya están cumplidos. Es el caso de la reapertura de aduanas y la creación de otras comerciales en Melilla, antes no existentes.

Con todo, no solo se espera un éxito económico, sino que desde Moncloa apuntan al objetivo de lograr una estabilidad duradera entre ambos países para dejar atrás las crisis diplomáticas, "por el bien de Marruecos, España y el conjunto de la Unión Europea". Se debe a ello el perfil bajo con el que el PSOE responde a todas las polémicas que atañen a la monarquía de Mohamed VI. Como ejemplo, el voto en contra de los socialistas en defensa de la libertad expresión en dicho país en la sesión plenaria del Parlamento Europeo la semana pasada. 

Además, el Gobierno también defiende que es un buen paso para finalizar con la tensión en las fronteras. Según sus datos, las rutas migratorias hacia España son "las únicas que descienden en Europa". Un 30% de disminución que contrasta con el aumento del 136% de afluencia en la ruta hacia los Balcanes y otro 51% en la ruta del mediterráneo central.

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