
Una de las mejores formas de ahorrar a la hora de limpiar la cocina es utilizar un paño o trapo reutilizable, ya que supone un gasto mucho menor en comparación con los rollos de papel absorbente. Evitar el derroche de papel puede tener un impacto positivo para nuestro bolsillo, pero también para el medioambiente.
El papel de cocina es un producto desechable, por lo que utilizar paños en la cocina es una alternativa ideal para reducir el coste ambiental, ya que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía y agua necesario para la producción de papel.
Cómo elegir el paño de cocina
En cualquier caso, es importante elegir bien el material del paño, para que sea más resistente y absorbente. Además, se debe mantener una adecuada limpieza del mismo, puesto que una de sus desventajas es la acumulación de bacterias y otros microorganismos.
En este sentido, la tela de algodón o lino suele ser la opción más rentable a largo plazo y la más resistente para la limpieza de nuestra cocina. Por tanto, es una buena opción para secar nuestros platos o cubiertos.
No obstante, se ha popularizado el uso de trapos de microfibra, que ejercen una función similar a la de una bayeta y tienen una buena capacidad para absorber la suciedad, retener el polvo y limpiar la grasa. Así, serían una buena opción su uso para la limpieza de superficies.
Tan importante es elegir la tela como su mantenimiento. En primer lugar, conviene lavar los paños con regularidad para evitar la acumulación de bacterias dañinas para nuestra salud. Además, es recomendable utilizar un paño para cada tarea, esto es, uno para secar los utensilios de la cocina y otro para la limpieza de superficies, como el fregadero o la encimera.
Se trata de una recomendación de higiene esencial, puesto que las bacterias u otros microorganismos se pueden acumular en el paño y provocar una contaminación cruzada. Por último, es aconsejable utilizar productos de limpieza que no dañen nuestros paños
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