Un matrimonio de Oviedo muere con 45 minutos de diferencia tras más de cincuenta años casados

  • Ambos residían en la residencia Ovida del barrio de Montecerrao.
Una pareja de ancianos camina por la calle cogida de la mano, a 27 de julio de 2021, en Madrid, (España). La Seguridad Social destinó en el presente mes de julio la cifra récord de 10.202,29 millones de euros al pago de pensiones contributivas, lo que supone un 3,23% más que en el mismo mes de 2020. 27 JULIO 2021;ANCIANOS;MAYORES;JUBILADOS;JUBILACIÓN;PENSIÓN;PENSIONES A. Pérez Meca / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 27/7/2021
Un matrimonio de Oviedo muere con 45 minutos de diferencia tras más de cincuenta años casados
EUROPA PRESS / A. Perez Meca
Una pareja de ancianos camina por la calle cogida de la mano, a 27 de julio de 2021, en Madrid, (España). La Seguridad Social destinó en el presente mes de julio la cifra récord de 10.202,29 millones de euros al pago de pensiones contributivas, lo que supone un 3,23% más que en el mismo mes de 2020. 27 JULIO 2021;ANCIANOS;MAYORES;JUBILADOS;JUBILACIÓN;PENSIÓN;PENSIONES A. Pérez Meca / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 27/7/2021

Apenas 45 minutos separó el fallecimiento de Cándida Cuervo y José Antonio García, más conocido como Pepe, después de más de medio siglo casados. Tras una vida entera juntos, ni siquiera la muerte logró separar a este pareja de ancianos de Oviedo, que contrajo matrimonio en 1970 en la iglesia de San Esteban de Sograndio y fueron despedidos en el mismo lugar 53 años después.

Los dos ancianos vivían en la residencia Ovida, en el barrio ovetense de Montecerrao, y fue allí donde sorprendió la muerte a Cándida a las 13.30 del domingo, después de que su estado de salud se agravase el viernes, según recoge el periódico local La Nueva España. A las 14.15, falleció Pepe en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde llevaba ingresado un par de días.

Él era mecánico natural de Villapérez y ella, ama de casa de Sograndio, y ambos unieron sus destinos en 1970. Desde entonces, fueron inseparables y, aunque no tuvieron descendencia, dedicaron buena parte de su vida a ayudar a los vecinos que lo necesitaban, en el barrio de Teatinos.

Con frecuencia, según el periódico local, se les veía en funerales y dando el pésame a sus vecinos, apoyando a quienes perdían a algún familiar. Este domingo, fueron ellos los protagonistas de la despedida, que entristeció a buena parte del barrio de Teatinos y de la residencia de Montecerrao.

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