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Búhos y halcones que ayudan a las personas con discapacidad: "Expresan reacciones que no se observan fuera de la terapia con aves"

  • Desde hace 2 años, la Asociación de vuelo libre La Tercia incluye terapias para personas con discapacidad.
David Morales y Turbia, una hembra de cuervo grande.
David Morales y Turbia, una hembra de cuervo grande.
David Morales. Cedida.
David Morales y Turbia, una hembra de cuervo grande.

La Asociación de vuelo libre La Tercia, en Murcia, es un núcleo zoológico dedicado a las aves desde donde Raquel Ruiz y David Morales, fundador y presidente, dedican todo su tiempo al rescate y la recuperación de aves procedentes del cautiverio, imparten charlas educativas y, desde hace un par de años, han incorporado un proyecto, escaso y desconocido en España, para realizar terapias con aves y personas con discapacidad donde trabajan con algunas de las rapaces y córvidos procedentes de su centro. 

Hablamos con David Morales y también con Francisco José Moreno Martínez, el director del Centro para personas con discapacidad de Churra, dependiente del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS), para saber cómo ha sido su experiencia tras trabajar con la Asociación de vuelo libre La Tercia.

¿Cuáles son los orígenes de la asociación La Tercia?D. MORALES. Mi interés hacia las aves empezó a los 14 o 15 años cuando fui a la casa de un amigo que tenía una lechuza. Aprendí, a través de mi amigo, las técnicas de cómo volarla y los cuidados básicos. En nuestra propiedad familiar a las afueras de Murcia iniciamos una residencia canina, pero yo seguía fascinado con el mundo de las aves y había comenzado a instruirme de forma autodidacta, en cuanto tenía un momento libre. Con el tiempo, tuve acceso a un pollo de grajilla y durante varios años estuve trabajando con ella mientras seguía aprendiendo sobre aves y córvidos en especial. Se me daba lo suficientemente bien para que otro amigo me ofreciera otra lechuza que ya no podía mantener, y aquello fue el punto de inflexión donde me introduje de verdad en el mundo de las rapaces. Después llegó una urraca, un búho real, un cernícalo americano... Hasta que, en 2019, esa vocación finalmente tomó forma en la Asociación de vuelo libre La Tercia, que se creó para darles una segunda oportunidad a las aves criadas en cautividad, ya que por ley está prohibida su liberación, y que los Centros de Recuperación y Recepción de Animales Silvestres están saturados y no disponen de suficientes medios para atender todas y cada una de las solicitudes que les realizan. También prestamos atención veterinaria a las aves salvajes heridas, tratamientos que salen íntegramente de nuestros bolsillos, o terminamos de criarlas si son polluelos, y una vez terminado el proceso, las volvemos a poner en libertad. Con la asociación impartimos charlas educativas tanto en colegios como en nuestro centro. Hace dos años surgió la oportunidad de hacer terapias en centros de discapacitados con nuestras aves y el resultado es muy satisfactorio para los usuarios de los centros y para nosotros mismos.

¿Cómo surgió la oportunidad de hacer terapia con aves y personas con discapacidad?D. MORALES Pues así, casi casualmente, un día el Centro para personas con discapacidad de Churra nos planteó la idea de hacer terapia con sus usuarios y accedimos sin pensarlo demasiado, ya que después de informarnos sobre los beneficios que podía darles nos pareció muy gratificante. Después llegaron el Centro de día de personas con discapacidad intelectual de Mazarrón o la Residencia para personas con diversidad funcional de Torrevieja. Estas sesiones las realizamos en los mismos centros, ya que muchos de los usuarios no tienen disponibilidad de desplazamiento por sus características de movilidad limitada y además los centros tampoco disponen de recursos propios para moverlos adecuadamente. Sin embargo, estamos invirtiendo en obras en nuestro centro para habilitarlo y poder recibir personas con cualquier condición.

¿Cómo comenzó esta terapia con las personas que atienden en la Churra?F.J. MORENO. Bueno, a mí me gustan mucho las aves y también el mundo de la investigación, por lo que ya había leído previamente estudios sobre el impacto y beneficios de las terapias con aves. Busqué, expresamente, asociaciones de aves por redes sociales para iniciar este proyecto con nuestros usuarios. 

¿En qué consisten esas terapias y qué tipo de ayuda ofrecéis?D. MORALES. Nuestro propósito principal es ayudarles a integrarse con su entorno, a mejorar sus capacidades sociales, de adaptación y comunicación, así como favorecemos el desarrollo muscular y la coordinación psicomotriz. Bien mediante el tacto acariciando a nuestras aves, con estimulación visual o con el guante de cetrería, que depende de la situación personal de cada usuario y su cuadro clínico. En los casos más graves de movilidad, que intenten levantar el brazo para tocar una de las aves ya es un enorme esfuerzo por su parte y una victoria para todos cuando lo logran. Por ejemplo, en una de las últimas sesiones que realizamos en diciembre del 2022, tras varios meses de terapia, una de las usuarias con grandes dificultades de movilidad, en silla de ruedas, levantó el brazo para tocar a Einar, nuestra lechuza, realizó contacto visual con el ave y sonrió. Fue un momento muy emocionante. Para ver avances en la terapia es necesario que sean constantes, lo idóneo serían una o dos sesiones semanales, y prolongadas en el tiempo, mínimo seis meses. Por desgracia, los presupuestos de las comunidades autónomas son limitados, y tanto los centros y sus empleados como nosotros, debemos adaptarnos y trabajar con lo que hay, tratando de que la terapia llegue a cuantos sea posible.

David y Einar, la lechuza común de 3 años.
David y Einar, la lechuza común de 3 años.
David Morales. Cedida.

¿Con qué tipo de discapacidades o colectivos trabajáis?D. MORALES. Hemos tenido casos que van desde la parálisis cerebral al autismo, síndrome de Down, pacientes con Parkinson, personas con esquizofrenia o trastornos de desarrollo generalizado hasta personas con secuelas traumáticas. Solemos dividir los grupos dependiendo de su gravedad, y de esa forma dedicamos sesiones personalizadas a los grupos más leves y otro día a los más severos. Para muchos de estos pacientes, emitir una sonrisa o focalizar la mirada en el ave es motivo suficiente para que sus cuidadores se vuelvan locos de alegría al ver una respuesta que es muy, muy infrecuente. En ocasiones, ha sido tan duro y abrumador presenciar ciertos casos que nosotros mismos necesitamos tener una charla con los psicólogos y empleados de los centros, que son una presencia, y una ayuda, inestimable.

Qué beneficios, estímulos y efectos tiene para las personas que participan?D. MORALES. Los beneficios de las terapias con aves son múltiples y notorios, ya que el choque cultural que producen favorece la interacción y hay una evolución hasta en los casos más complicados. Trabajamos mano con mano con los empleados de los centros, que conocen cada caso individual de sus usuarios y nos orientan e indican sus limitaciones, de forma que adaptemos la terapia a sus necesidades específicas. La información sensorial mediante el tacto, por ejemplo, para personas invidentes es muy importante, por lo que sabemos qué ave es la más apropiada, dentro de las que utilizamos para el programa, para ese usuario y que ella también pueda disfrutar de las caricias. En los casos en los que no es adecuado el contacto físico, los usuarios reaccionan cuando hacemos que nuestro búho real, Europa, abra completamente las alas, que alcanza unas dimensiones de metro y medio de punta a punta. Los pacientes se ríen, envían besos, toda reacción es bienvenida y les hace conectar con su entorno. Los trabajadores nos guían a lo largo de las terapias y hasta ahora el equipo ha funcionado muy bien y todos estamos muy contentos.

¿Cómo ha sido la experiencia para el centro y sus usuarios? F.J.MORENO Mucha gente considera que las aves como rapaces y córvidos no son especies adecuadas para las terapias, están acostumbrados a verlas en otros medios, sobre todo exhibiciones de vuelo. Pero una terapia no se trata de eso y no es lo que hemos hecho aquí. Hicimos, primero, unos meses de forma continuada y después en Navidad hemos realizado algún taller suelto. Para que sirva como terapia y tenga beneficios para los usuarios tienen que ser continuas. Es una interacción a largo plazo y aunque sí pueden mostrar algún vuelo de las aves, el objetivo es que las acaricien, las toquen, las observen... que se relacionen con ellas y adquieran confianza. Cuanto más prolongada sea la terapia, más se familiarizan con las aves y es cuando se nota y aparecen realmente los mejores resultados, que es el propósito de una terapia. Hay estudios científicos que les dan mejores resultados que las terapias con otros animales como perros, caballos e incluso delfines. Las terapias con equinos, por ejemplo, se usa mucho para mejorar la espasticidad, tiene unos objetivos muy concretos. Con perros o con gatos se busca más la integración. Pero la terapia con aves consigue los mejores resultados. Con la discapacidad, por ejemplo, logra que se relajen y mejoren la coordinación psicomotriz. Algunos usuarios no pueden levantar la mano o no se mueven, y cuando ven estas aves hacen todos sus esfuerzos para intentar llegar a acariciarlas. Muchos de nuestros usuarios son autistas, y tienen dificultades para relacionarse y muestran interacciones muy limitadas con el medio que les rodea, y hemos visto que interaccionan con las aves de este programa. Expresan reacciones a nivel de comunicación que no se observan fuera de la terapia con aves, y a medida se familiarizan con ellas, se abren un poquito más. Además, los miembros de la Asociación de vuelo libre La Tercia conocen perfectamente a sus aves y eso facilita que el acercamiento con los usuarios sea personalizado, según sea el carácter de la rapaz o del córvido. La experiencia ha sido genial y esperamos retomarla este año y seguir con la terapia con continuidad.​

Europa, un búho real de 10 años.
Europa, un búho real de 10 años.
David Morales. Cedida.

¿Qué aves forman parte de estas terapias?D. MORALES. Trabajamos con un búho real, un búho africano, un búho virginiano, una lechuza, un águila de Harris, un halcón, un cernícalo vulgar y un cernícalo americano, un cuervo, una chova piquirroja, una grajilla y una cucaburra. Dependiendo de la discapacidad del usuario, utilizamos diferentes métodos: visuales, a través del tacto o sensoriales como el aleteo. Las aves están sociabilizadas e improntadas mediante la alimentación y trabajadas para el contacto humano, durante todo el proceso se mantienen tranquilas e incluso a alguna le encanta que la acaricien, como a Einar, la lechuza, que tiene tres añitos y es capaz de adormecerse bajo la mano y echarse en el regazo como si fuera un gato. También son muy sociables la grajilla, que se llama Pica, y la chova piquirroja, un macho llamado Tomillo, que dan toques con el pico cuando dejan de tocarlas, para que sigan acariciándolas. Turbia es una Corvus corax, o cuervo grande, que sin embargo tiene un carácter más fuerte y lo mismo se le afloja el cuello de gusto con las caricias que cuando no quiere interactuar, lo expresa con claridad dando un buen picotazo. Como conocemos muy bien a nuestras aves, sabemos cuál es adecuada según la situación y el método de terapia.

¿Cómo se educa o adiestra a las aves para intervenir en estos programas?D. MORALES. El proceso de sociabilización es un trabajo diario y constante. No hay días libres ni vacaciones, de lunes a domingo dedicamos un mínimo de cuatro horas diarias de trabajo, y todos los días, sin excepción, vamos rotando entre ellas y las metemos en casa con nosotros para mantener la habituación al entorno humano y que reciban la estimulación ambiental de un entorno casero como parte de su adiestramiento. Esto es lo que permite que podamos trabajar con ellas tanto en centros de personas con discapacidad como en cualquier otro ambiente.

Para centros o personas interesadas en este tipo de terapia, ¿qué les recomiendas?D. MORALES. Algunas personas tienen miedo a las aves y creen que no son aptas ni aportan ningún beneficio en las terapias. Quisiera recomendarles que abran la mente, que prueben un día y asistan a las sesiones y comparen el antes y el después y verán con asombro qué maravilloso es cuando un paciente que está perdido en su mundo se da cuenta de lo que tiene enfrente. Verles sonreír e incluso acabar a carcajada limpia de pura emoción hace que sean momentos únicos e indescriptibles. Los que lo vemos a diario sabemos el enorme potencial que tienen estas terapias y seguiremos trabajando duro para poder ayudar a cuantos lo necesiten, precisamente porque hemos visto grandes resultados.

David con Tomillo, un macho de chova piquirroja.
David con Tomillo, un macho de chova piquirroja.
David Morales.Cedida.

¿Hay alguna anécdota o experiencia en el desarrollo de las terapias que os haya marcado especialmente?D. MORALES ¡Ja, ja, ja! ¡Sí! Difícil olvidarse de Iván, un paciente que siente verdadero amor por las aves, estaba loco por Einar, nuestra lechuza, y no paraba de besarla y abrazarla. Einar estaba encantado con él también, y se mostraba muy dulce y cariñoso cuando Iván lo besaba. O de Mariano, que cada vez que ve un ave y le preguntamos: "¿Qué hace el pájaro?", nos responde con un gran “pííío”. Otro momento muy tierno y que da idea de los beneficios de esta terapia fue cuando otro paciente, al que le colocamos el guante de cetrería, se fue dando un paseo con Einar y lo escuchábamos contarle su vida, le decía que lo quería mucho y que lo iba a cuidar. Son muchas anécdotas graciosas y emotivas las que tenemos y, por suerte, ninguna triste.

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