
Lo mejor de todas las casas. O eso pretendían proyectar las grandes compañías de televisión cuando intentaban definir su imagen de marca consolidando una familia de comunicadores que se asociaban al canal. Es más, sólo les podías encontrar allí. Sabías cómo era la cadena también por los profesionales que la ponían cara. Pero, claro, las cadenas debían tirar de contratos de larga duración que impedía el coqueteo de sus rostros con otras emisoras. En Mediaset han sido maestros en esta táctica de blindar primeros espadas y anunciarlo fuertemente. Jesús Vázquez, Jorge Javier Vázquez o Emma García resuenan a Telecinco.
Pero la exclusividad ya no se paga como antes. Y cada vez hay menos presentadores vinculados únicamente a una cadena. Anne Igartiburu asociada a Televisión Española en los últimos años ya ha realizado otro espacio de entrevistas, 10 momentos, en Telemadrid y, en estos meses, está grabando su participación en el retorno de Tu cara me suena. Ya no es "imagen" de TVE.
Es más complicado identificarse con los canales actuales, entre otras historias, porque cuesta más crear comunidad de presentadores propios. Aunque siempre han existido las personalidades que acaban acariciando el superstatus de estar por encima de una marca. Son ellos mismos la marca.
Alaska, Mario Vaquerizo o Anabel Alonso son claros referentes de la televisión nacional que, aunque presenten un show en una cadena puedes zapear y encontrarlos en otra emisora ejerciendo cualquier otra vicisitud. De participar en un reality a aparecer en una serie.
El mejor ejemplo de haber logrado ser tan reconocible para la televisión que puede estar en todas las cadenas al mismo tiempo es Boris Izaguirre. Lo mismo presenta Lazos de Sangre (TVE) que participa en un espacio de Cuatro para quitar miedos que es concursante estelar de El Desafío (Antena 3) o que se pone al frente del formato documental Desmontando (La Sexta), la versión nacional de Desmontando Madrid y Desmontando Galicia.
Boris Izaguirre tiene muchas cualidades para la tele, aunque atesora además una virtud latente que no es nada ruidosa pero que está al alcance de muy pocos: hace mucho tiempo que dejó de ser un personaje de un canal para transformarse en una personalidad querida por todos.
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