Ya se han instalado las primeras pulseras de control telemático para los agresores sexuales que han sido excarcelados por la ley del 'solo sí es sí'. Así lo ha anunciado este miércoles la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, tras recordar que el Ministerio de Igualdad ofreció en diciembre a los jueves esta medida extraordinaria ante las "sorpresivas reducciones de condena" o "excarcelaciones inesperadas" al aplicar la nueva ley del Gobierno. 

Según ha explicado Rosell durante una comparecencia institucional para dar a conocer los datos de 2022 de violencia machista, ya se han instalado estos dispositivos de control telemático que permiten geolocalizar al agresor y controlar su orden de alejamiento. Actualmente, solo se utiliza para casos de violencia de género (en el ámbito de la pareja o expareja), pero el departamento dirigido por Irene Montero extendió esta medida a los casos de agresores que han salido antes de lo previsto de la cárcel para dar "mayor seguridad" a las víctimas afectadas por esas reducciones de condena, que ya suman más de 250 desde que entró en vigor la ley de libertad sexual

Se trata, a criterio de la delegada del Gobierno, una medida que "sí sirve", porque, en principio, debería instalarse siempre que se ordene una orden de alejamiento. Además, ha subrayado, esta medida cautelar que se impone judicialmente siempre que se excarcela a un condenado y debe durar entre 1 y 10 años más que la pena de prisión. "Da seguridad a las víctimas y manda un mensaje claro al agresor de que no se ha terminado su condena y que está sometido a una cierta vigilancia", ha afirmado. Sin embargo, no ha querido revelar el número de pulseras telemáticas instaladas, "por una cuestión de seguridad de las víctimas, pero sí que ha reiterado que "se han instalado todas las que se han pedido".

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"Todavía tiene que cuajar en muchas mentalidades"

El Ministerio de Igualdad insiste: la ley del 'solo sí es sí' otorga "muchísima seguridad a las víctimas" de violencias sexuales, ya que, pese a las revisiones de condenas, ofrece un abanico de recursos de reparación de las propias mujeres y endurece las medidas cautelares para los propios agresores. La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género ha incidido en que la ley de libertad sexual y el cambio de paradigma que conlleva poner en el consentimiento en el centro "todavía tiene que cuajar en muchas mentalidades", entre ellas las de algunos operadores jurídicos que -ha afeado- están aplicando la norma "a trozos". 

"Se ha incidido muy poco que detrás de esas supuestas excarcelaciones hay una libertad vigilada, una inhabilitación profesional de hasta 20 años, una inhabilitación para la patria potestad que protege a sus posibles descendientes, y un tercer grado penitenciario que solo se puede alcanzar con una formación específica", ha subrayado.

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Rosell defiende así, una vez más, la ley que entró en vigor el pasado 7 de octubre y por la cual se han rebajado al menos 250 condenas al aplicarse el principio de la ley más favorable para el reo (porque las penas mínimas se redujeron). En línea con lo que viene señalando el ministerio dirigido por Irene Montero desde que se dieron a conocer las primeras revisiones de condena, la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género ha recordado que la iniciativa contempla, más allá de una propuesta penal, un abanico de recursos de reparación para las víctimas de violencias sexuales. 

Según ha asegurado, antes del 'sí es sí', se sometía a las víctimas a un "calvario probatorio" al basarlo todo en la demostración de que se produjo violencia o intimidación. "El cambio de paradigma al poner en centro en el consentimiento es de tal calibre que creemos que no se ha valorado todavía", ha aseverado Rosell, que ha enumerado cambios introducidos con la ley, como el "mejor trato procesal" con la limitación de preguntas, la "ayuda psicológica" y la "reparación social" o del "daño al proyecto de vida" de la víctima. Ahora, ha insistido la delegada del Gobierno, "estamos en un momento difícil, de reajuste" de las novedades de la norma. 

Medidas cautelares

La delegada del Gobierno ha aprovechado también para defenderse de las críticas que han surgido a raíz de las reducciones de penas y excarcelaciones de condenados por delitos sexuales. Para Rosell, aunque se haya generado "cierta alarma" o "aplicaciones muy automáticas en algunas penas mínimas", son más las sentencias que no se han revisado que las que sí. Además, ha añadido, esas "relativas reducciones" de penas han de ir "siempre acompañadas" de una inhabilitación profesional mucho más larga en virtud de la ley del 'solo sí es sí'. 

Igualmente, en la ley de libertad sexual se ha modificado el tercer grado penitenciario, según ha recordado Rosell, de manera que, para alcanzarlo -y, por ende, poder llevar a cabo excarcelaciones-, el agresor tiene que haber cumplido por lo menos la mitad de su condena y haber demostrado que se ha "aprovechado" del curso de formación para delincuentes sexuales. Algo que, según ha incidido en la rueda de prensa, al final "puede suponer el alargamiento" de la pena, porque "se dificulta la excarcelación". 

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"La rehabilitación e inserción social es básico en este tipo de delitos, no solo estar encerrados. Es algo básico en criminología", ha defendido, antes de recordar que la norma también protege más a la víctima antes, durante y después del proceso judicial, evitando su revictimización en todo momento. "Supone un cambio de mentalidad, sin duda, en los operadores jurídicos que van a recibir una formación complementaria", ha apostillado. 

49 asesinadas en 2022: la mitad había denunciado

Victoria Rosell también ha dado los datos de violencia de género registrados en 2022. En total, según ha informado, 49 mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas o exparejas el año pasado, lo que asciende el cómputo total a 1.182 desde 2003, cuando se empezaron a contabilizar. Es, con todo, la segunda cifra anual más baja -junto a la de 2016 (49), 2020 (49) y 2021 (48)-, tal y como ha apuntado la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. 

De estas 49 mujeres asesinadas, la mitad había denunciado previamente a su asesino, y en 11 de esos casos se habían adoptado medidas de prevención. Además, en el 65,3% de los casos los agresores eran cónyuges o pareja de la víctima y el 24,7% estaba en fase de ruptura o eran exparejas. 

En cuanto a los menores, dos menores han sido asesinados en 2022 -en ambos casos por su padre biológico- lo que representa la segunda cifra más baja, solo superada por la de 2016, cuando se registró un menor asesinado por violencia de género. Por su parte, 38 menores han quedado huérfanos o huérfanas en 2022 por violencia de género; y 377 desde que se tienen registros (2013).

Respecto a las llamadas al servicio de atención telefónica, el 016, Rosell ha destacado que desde su puesta en marcha ya se han efectuado un 1.136.000 llamadas pertinentes, después de que en 2022 fuese el año en el que más se recibieron (102.391 llamadas). ·Esto, ha subrayado, "demuestra sin duda la consolidación del servicio". 

En el año pasado se abrió también una nueva vía de comunicación, el chat online, el cual recibió desde septiembre un total de 2.167 consultas. Al correo electrónico se mandaron 1.499, y al WhatsApp 6.063. Sobre estos servicios, la delegada ha recordado que son "complementarios" al 016, y ha instado a las "terceras personas" que pidan ayuda a través de estos medios para dejar el teléfono libre para las víctimas, ya que es más rápido y seguro. 

También ha aumentado el número de dispositivos de seguimiento (las pulseras o tobilleras de control), y en 2022 se superó por primera vez los 3.000 activos, lo que representa un incremento del 16,64% respecto a 2021. De manera paralela al 016, los dispositivos de seguimiento por medios telemáticos de las medidas y penas de alejamiento también se han incrementado este año 2022. Por último, las usuarias activas en el Servicio de atención y protección para víctimas de violencia de género Atenpro, a 31 de diciembre, eran 17.062, después de que en ese mismo año se registraran 9.750 altas y 9.404 bajas