Carlos y Lucía decidieron dedicar su vida a la investigación. Desde campos completamente distintos, la carrera de ambos tiene un recorrido muy parecido al de cualquier investigador español: estudiaron en España, marcharon al extranjero a hacer el posdoctorado y ahora han podido volver para focalizar todo lo que han aprendido en los últimos años. Son dos de los 15 jóvenes talentos seleccionados por la Fundación General CSIC (FGCSIC) para formar parte del programa 'ComFuturo', gracias al cual se pasarán los próximos tres años desarrollando sus respectivos proyectos. No tienen nada que ver, uno se centra en la biotecnología y el otro en la metalurgia, pero los dos comparten un mismo objetivo: avanzar hacia la sostenibilidad y buscar procesos de producción alternativos.

Su trabajo fue seleccionado entre las 82 candidaturas recibidas por su impacto en la sociedad, y ahora disfrutarán de un contrato laboral de tres años en el CSIC y de una dotación anual para gastos asociados al desarrollo de su investigación. Carlos del Cerro, de 37 años, aspira a producir nuevos plásticos sostenibles a partir de la levadura; mientras Lucía Morales, de 38, está buscando la combinación perfecta de elementos químicos para fabricar un nuevo acero inoxidable mucho más resistente y tenaz al conocido hasta ahora.

Pero llegar hasta este punto tampoco ha sido fácil. Más allá de los años, el esfuerzo y la dedicación que han dedicado a su carrera, para ser siquiera considerados como candidatos en el programa 'ComFuturo', debían cumplir unos mínimos: haber defendido su tesis doctoral en los últimos 10 años y no haber residido o llevado a cabo su actividad principal en España durante más de 12 meses en los últimos tres años. 

JOSE GONZÁLEZ.

Fabricar plásticos biodegradables con levadura

Carlos, por ejemplo, estudió biotecnología en su ciudad natal, Sevilla, pero años después de estallar la crisis económica se marchó a hacer un posdoctorado en el Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Golden, Colorado (EE UU).  Volvió a España hace poco, gracias a este programa, que le brindará ahora la oportunidad de poner en acción todo lo que ha ido aprendiendo. "En el momento en el que estamos nosotros en la carrera investigadora es bastante complicado intentar alcanzar una estabilidad científica. Y esta iniciativa es el puente perfecto para ello. Yo habría intentado volver de todas formas, pero este programa es la ventana perfecta para hacerlo", destaca a 20minutos. 

El proyecto que va a empezar a liderar ahora y durante los próximos tres años junto a Cepsa, 'RELAY', consiste en buscar un proceso sostenible mediante el cual se puedan producir plásticos sostenibles o bioplásticos, utilizando la levadura del pan y de la cerveza. "Es un clásico en biotecnología. Aparte de que es el microorganismo biotecnológico más antiguo, se trata de un organismo modelo que se ha usado muchísimo. Uno de los ejemplos más notables es la producción de bioetanol", explica, en referencia al combustible.

JOSÉ GONZÁLEZ

Así, Del Cerro dedicará los próximos tres años a tratar de implementar en esta levadura una serie de capacidades que hagan posible la transformación de ciertos residuos vegetales (que generan, por ejemplo, la industria papelera o residuos de la agricultura), en compuestos químicos de alto valor añadido que sirvan para producir bioplásticos de forma sostenible y sin depender del petróleo.

Para ello será pieza protagonista la lignina, un polímero que se encuentra en las especies vegetales junto a otros componentes y que se obtiene en procesos como la producción de papel, aunque su uso no está muy extendido. El problema, cuenta el biotecnólogo, es que se trata de un polímero "muy recalcitrante", esto es, "muy difícil de degradar". Para solucionar esto, estudiarán las capacidades de unos hongos que se encuentran en la naturaleza y que son los "despolimerizadores de lignina más eficientes". 

"Hace falta un cambio, y se puede impulsar desde la investigación, ofreciendo soluciones para intentar tener un mundo más sostenible"

"Cuando vas caminando por el campo, por ejemplo, ves un tronco que quizás ya está muerto y que tiene unos hongos especiales, que llamamos hongos de la podredumbre blanca. El problema es que no te los puedes llevar al laboratorio porque son muy complejos y no existen protocolos adecuados para trabajar con ellos. Pero lo que sí podemos hacer es coger las capacidades que tienen para degradar la lignina y trasladarlas a una plataforma celular como es la levadura", detalla. 

El objetivo es aunar ambas capacidades (la de la levadura y la del hongo) en un biocatalizador, para ser capaces de despolimerizar la lignina en un solo paso y transformar los monómeros resultantes en productos de valor añadido. Así, este bioplástico podrá sustituir a otros como el que se usa para fabricar botellas, al poliéster con que se fabrican muchos tejidos o incluso el nylon. 

"Creo que tenemos que concienciarnos y hacer un cambio. Y ese cambio se puede impulsar desde la investigación, ofreciendo soluciones nuevas para intentar tener un mundo más sostenible", concluye. 

Un nuevo acero inoxidable mucho más resistente

Lucía Morales hará algo parecido, en el sentido de que intentará ir combinando los beneficios de distintos microconstituyentes en la fabricación de un nuevo acero inoxidable más resistente y tenaz. Esto, cuenta la investigadora, contribuirá a reducir la huella de carbono en todo el proceso productivo, y aumentará la vida del objeto construido con este material, por lo que el impacto será mucho más sostenible. 

Morales es madrileña, pero, como su compañero, se fue al extranjero (a Alemania, en su caso) a hacer su posgrado en 2016. Tras más de seis años allí, ha vuelto a España gracias al programa ComFuturo, con el que podrá consolidar la línea de investigación en la que ha estado inmersa en los últimos años. Lucía se ha dedicado al diseño de microestructuras metálicas y al estudio del fallo por fatiga, es decir, a la respuesta de los materiales ante determinadas fuerzas. "Cargas bajas, que a nivel macroscópico no parece que estén sufriendo ningún daño, pero que, sin embargo, sí que se pueden estar formando grietas que pueden dar lugar finalmente a un fallo catastrófico", incide. 

JOSE GONZÁLEZ

"El proyecto está dentro de un contexto de cambio en la industria del acero"

En esa línea irá enfocado su proyecto, para el cual, en colaboración con la empresa Acerinox, tratarán de fabricar un nuevo acero inoxidable "de altas prestaciones" y mucho más resistente que el habitual. Austanding, que es como han bautizado el proyecto, implementará nuevas tecnologías basadas en la impresión 3D para poder ir, capa por capa, jugando con la composición química, de la aleación, para mejorar las propiedades mecánicas del acero, combinando resistencia y tenacidad. 

Este material, explica la investigadora, será útil para la fabricación de intercambiadores de calor (usados en calderas, calentadores, enfriadores, vaporizadores, condensadores, motores, etc.), y contribuirá a reducir la huella de carbono en todo el proceso productivo. "Está dentro de un contexto de cambio en la industria del acero, que busca lograr a corto-medio plazo una reducción o incluso eliminación de las emisiones de carobono en la producción del material que se usaría para este tipo de fabricación", concluye.