Una conductora en Milwaukee, en EE UU, ha perdido el control de su vehículo y ha ido a parar a un lago helado. Cuando llegaron los agentes el agua que rodeaba el vehículo ya se había congelado. 

Las temperaturas eran extremas y había que sacarla cuanto antes. Los agentes se subieron al techo e intentaron romper los cristales. Debían evitar que el coche se llenase de agua.  

Cuando llegaron a la ventanilla de la conductora le pidieron que se protegiera, pero se asustó y no quería salir. El agua la llegó a cubrir casi por completo. Y no era capaz de abrir la puerta por la presión. 

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Los agentes le quitaron el cinturón y la sacaron usando una cuerda.  Finalmente lograron sacarla y fue trasladada de inmediato al hospital para tratarla por una fuerte hipotermia.