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Por qué Montessori es un método idóneo para los niños con discapacidad: "Fomenta que se sientan autónomos"

  • "Construyen su autoestima. Aprenden además desde el disfrute, desde la felicidad", explica Guacimara Vizcaíno.
Niño jugando con material Montessori
Niño jugando con su padre.
RODNAE Productions / Pexels
Niño jugando con material Montessori

El método Montessori es una propuesta pedagógica que María Montessori ideó a principios de siglo XX. Muy de moda en las últimas décadas, está basada, principalmente, en respetar el ritmo del niño y adaptar el entorno a sus capacidades e intereses. De este modo, siempre aprenden y avanzan por sí mismos, sea cuales sean sus capacidades, lo que contribuye, además, a elevar su autonomía y su autoestima.

Esta filosofía de educación, e incluso de vida, no solo es también aplicable a los niños con discapacidad, sino que es especialmente útil y beneficiosa para ellos, como nos explicaron Beatriz M. Muñoz -Bei- guía Montessori y autora del blog Tigriteando y Guacimara Vizcaíno, maestra de Pedagogía Terapéutica que aplica el método con sus alumnos.

"No es que el método sirva niños con necesidades especiales, sino que es un método ideado para ellos, pues María Montessori empezó a trabajarlo con niños con necesidades especiales", explica Bei. "De hecho, ella, en sus libros, siempre pone como ejemplo a Helen Keller, la mujer sordociega que consiguió, no solo comunicarse, sino que incluso escribir libros y ser una notable oradora. Y lo fue porque alguien confió en sus capacidades", insiste.

Descubrir que son capaces

Tanto para Bei como para Guacimara esa es precisamente la clave: la autonfianza que proporciona este método a los niños, con o sin discapacidad, "María Montessori se dio cuenta de que para estos niños, más allá de las dificultades que pudieran tener, uno de sus principales problemas a los que se enfrentaban era que encontraban su sitio, no se sentían capaces ni tenían estímulos. Pero ella sí confiaba en sus capacidades, pero no para ponerles una medalla, sino porque cuando las personas con discapacidad alcanza su potencial, se siente parte de la sociedad, puede contribuir y se eleva su autoestima…", asegura Bei.

Esto mismo es lo que ha experimentado Guacimara desde que decidió implantar Montessori en su aula, primero, como tutora de niños con necesidades especiales y ahora en su aula de apoyo en un colegio ordinario, "por un lado, lo uso para trabajar conceptos acordes a su currículum y por otro para trabajar vida práctica. En cuanto empecé me di cuenta de que es un método que se adapta de lleno al ámbito de la discapacidad, porque se trabaja mucho el tema de la autonomía, de la vida real, fomenta la necesidad que tiene todo individuo de sentirse autónomo… Es maravilloso ver cómo les cambia la cara cuando les salen las cosas, porque en estos niños la autoestima suele estar muy mermada", asegura entusiasmada.

Cuando una persona con discapacidad alcanza su potencial, se siente parte de la sociedad, puede contribuir y se eleva su autoestima

Otra de las características del método que contribuye a fomentar esa autoestima es que es autocorrectivo, "nadie les corrige ni les dice que han hecho algo mal, sino que se les muestra cómo se hace. Es un método muy respetuoso y les da un feed-back muy positivo de ellos mismos. Esto compensa muchas veces la sobreprotección a la que suelen estar que estos niños tienen en casa. En lugar de sobreprotegerlos, lo que hace Montessori es adaptar el entorno a ellos y a sus capacidades para que puedan hacer las cosas por sí mismos, no hace las cosas por ellos", aclara, "la experiencia de usar el método para esta población para mí ha sido muy esperanzadora y enriquecedora, porque ellos pueden hacer más de lo que creemos y en el sistema curricular ordinario no siempre se ve".

Unos niños aprenden rutinas con el método Montessori
Montessori es un método con estructura pero también libertad
Beatriz M Muñoz / Cedida

Muy beneficioso en autismo, asperger y TDAH

Aunque tanto Bei como Guacimara quieren dejar claro que Montessori es apto para todo el mundo, también reconocen que hay ciertos perfiles en los que estos beneficios son especialmente significativos, "los niños con un cerebro más neurodivergente, como TEA, TDAH… que necesitan mucha estructura, y es un método que se la aporta. Tienen mucha capacidad de elegir, pero también está todo muy estructurado, organizado, marcado… y eso les ayuda a situarse, sobre todo a niños con TEA, que necesitan muchas rutinas. Y los que tienen TDAH, por ejemplo, tienen más libertad de movimiento, que es lo que necesitan", explica Bei.

Es maravilloso ver cómo les cambia la cara cuando les salen las cosas, porque en estos niños la autoestima suele estar muy mermada

Guacimara lo corrobora con su experiencia, "es maravilloso ver cómo niños de tres años, ya con un diagnóstico de TEA, escalón a escalón, avanzan, van aprendiendo por sí solos, siguiendo sus intereses… construyendo su autoestima. Aprenden además desde el disfrute, desde la felicidad. Yo adapto los materiales a los que ellos necesitan trabajar, los contenidos de su currículum, pero lo trabajan desde su propia iniciativa. No es, ni mucho menos, como dicen algunas personas que vienen a mi aula ‘que los niños hacen los que quieren’. Ellos eligen con qué quieren trabajar en función de sus intereses, pero eligen entre un material, que previamente yo he adaptado para que trabajen determinados conceptos. Y es todo manipulativo y vivencial. También, si lo necesitan, trabajamos con agendas visuales, pictogramas…".

Aprendiendo matemáticas con el método Montessori
Aprendiendo matemáticas con el método Montessori
Beatriz M Muñoz / Cedida

Esta profesora compara cómo trabajan estos niños en su aula de referencia, y la diferencia es notable, "en un aula ordinaria, hacen lo mismo que todos porque todos hacen los mismo, y cuando estos niños ven que no llegan o no tienen la capacidad atencional concreta para hacer algo, muchas veces buscan otras alternativas en el entorno, que es lo que la sociedad consideraría que es un mal comportamiento. Sin embargo, lo que realmente busca su cerebro son alternativas a un sentimiento de frustración al no verse capaz de hacer determinadas cosas", algo que no pasa, según asegura, en las aulas Montessori.

Para esto ayuda mucho también los materiales que se usan, que van mucho más allá del cuaderno y el lápiz, "a lo mejor no puede escribir, pero sí es capaz de hacer otras cosas con las manos a través de materiales Montessori adaptados. Como el niño puede elegir, no tiene ese sentimiento de 'no sé hacerlo, no puedo hacerl", explica.

Los niños con discapacidad pueden hacer más de lo que creemos y en el sistema curricular ordinario eso no siempre se ve

"Montessori vio que los niños con necesidades especiales tenían potencial, pero que a muchos les faltaba capacidad de abstracción, por ejemplo, para aprender a leer y escribir, y por eso ideó los materiales más concretos y sensoriales, como el alfabeto móvil, para que algo tan abstracto como aprender a leer se convierta en algo concreto", cuenta Bei, "ese tipo de materiales les ayuda mucho a evocar el código de la letra. Yo incluso les invito a que toquen las letras con los ojos vendados para que creen una imagen mental, también pueden escribir con los dedos en arena, sal, en un pergamino mágico… porque la psicomotricidad fina a veces les cuesta más, no hace falta esperar a que tengan la capacidad de coger un lápiz para que aprendan a escribir. La clave es que disfruten, porque si hay disfrute hay aprendizaje", Asegura Guacimara.

La clave es, una vez más, que se sientan capaces, y eso se consigue, como explica Bei, "ofreciéndoles retos que pueden superar y que se adaptan a sus necesidades. Lo que queremos es que superen estos retos, pero esto no significa que se lo pongamos fácil, sino que tengan la cantidad justa de reto para que suba su autoestima y quieran seguir aprendiendo y avanzando".

La clave es que disfruten, porque si hay disfrute hay aprendizaje

El inconveniente de llevar a cabo este método con niños con necesidades especiales es que, en España, Montessori está sobre todo presenta en la educación privada y, la realidad es que "en centros ordinarios privados casi no hay niños con necesidades especiales. En los países en los que Montessori sé está en el sistema público, está mucho más integrado y lo aplican a todo tipo de alumnos", cuenta Bei.

A falta de colegios, podemos trasladar esta filosofía a casa, "adaptando nuestro hogar a sus capacidades, necesidades… para que se sientan igualmente capaces. Eso sí, es un método que requiere paciencia, no intervención, y entender que el objetivo no es que se lleve un premio, sino que confíe en sí mismo. Evidentemente, habrá dificultades que quizás sean más difíciles de solventar, pero hay que ser conscientes de ellas, de hasta dónde puede llegar y proporcionarle los materiales adecuados", concluyen. 

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