Perfil

María Luisa Balaguer, la magistrada feminista y marxista que rozó la presidencia del Tribunal Constitucional

La presidenta del Tribunal Constitucional, María Luisa Balaguer.
La presidenta del Tribunal Constitucional, María Luisa Balaguer.
Henar de Pedro
La presidenta del Tribunal Constitucional, María Luisa Balaguer.

Activamente feminista y abiertamente marxista y republicana, María Luisa Balaguer (Almería, 1953) es magistrada del Tribunal Constitucional y este miércoles ha rozado su presidencia. Por un voto. Un solo voto que ha aupado al magistrado Cándido Conde-Pumpido y ha frustrado para siempre la intención de Balaguer de llegar a tan honorable posición. La breve votación ha otorgado a la magistrada el respaldo del sector conservador, que ha sido insuficiente para superar los seis votos que ha obtenido Pumpido, los de todo el grupo progresista a excepción del de su adversaria. 

La magistrada tiene una excelente trayectoria profesional y ha publicado numerosos ensayos sobre el movimiento feminista del siglo XXI (adentrándose también en el movimiento queer) o sobre la 'Contranarrativa de la transición política en España'. Dispuesta, como es evidente, a adentrarse en berenjenales, se ha mostrado partidaria de instaurar la paridad obligatoria en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Tribunal Constitucional. También se ha mostrado a favor de abrir el debate para poder investigar los crímenes del franquismo.

A lo largo de su carrera ha desempeñado notables funciones dentro y fuera de la judicatura. Se licenció con excelencia en Derecho por la Universidad de Granada y en 1980 empezó a trabajar como profesora en la Universidad de Málaga. Como parte de esta institución, se convirtió en la primera mujer en acceder al puesto de catedrática de Derecho Constitucional en Andalucía. 

Más adelante comenzó a dirigir la revista Artículo 14, una perspectiva de género, editada por el Instituto Andaluz de la Mujer. Formó parte también del consejo asesor para la modernización del Estado de las Autonomías de la Junta de Andalucía y en 2017 accedió al Tribunal Constitucional, como resultado de la votación del Senado y junto a sus compañeros Cándido Conde-Pumpido, Alfredo Montoya y Ricardo Enríquez. 

La magistrada es conocida por presentar una gran cantidad de votos particulares en sentencias importantes del Tribunal Constitucional: contra la desestimación de una querella por torturas durante el franquismo, los recursos de amparo de los condenados por el procés, el estado de alarma y finalmente contra las medidas cautelares que impidieron al Senado votar los cambios en la Ley Orgánica del Poder Judicial y la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. "Hago voto particular a todas las sentencias con las que no estoy de acuerdo", afirmó el diciembre pasado en una entrevista radiofónica. 

Balaguer se muestra abierta a adaptar las leyes a los avances sociales, incluyendo algunas cuestiones recogidas en la Constitución, y defiende la necesidad de mejorar la comunicación del Tribunal Constitucional con la ciudadanía. El marxismo lo defiende como método de análisis y el republicanismo lo aparta cuando ejerce en el Constitucional, porque prima, según dice, "la obligación de defender la Constitución". 

Balaguer es, de hecho, una firme defensora de la Carta Magna y la Transición española, que considera "modélica". Sobre esta etapa en la historia reciente de España ha publicado un libro titulado 'Contranarrativa de la Transición política en España', en el que señala que el paso de la dictadura a la democracia no fue fruto "del ingenio de unas cuantas personas, algunas de las cuales han pretendido atribuirse este merito, sino del pueblo español en su conjunto". 

"Desde la fuerza sindical a la universidad, las mujeres, las asociaciones de vecinos y los intelectuales, se puede decir que fue obra de todo un pueblo que clamaba por acercarse a las democracias europeas y salir de la larga negrura de la dictadura", señala la magistrada en su publicación. Balaguer no deja de defender, sin embargo, que algunas de las ideas que se recogieron en la Carta Magna hace cuatro décadas deben ser reformadas. La inclusión del derecho a la salud en el artículo 15 o la desvinculación del derecho a la vivienda al derecho de propiedad son algunas de las propuestas que ha comentado en este sentido. 

La magistrada de los cien votos particulares

Balaguer fue, junto a su compañero Juan Antonio Xiol, la única magistrada del Tribunal Constitucional que se mostró contraria a la primera de las sentencias de este órgano sobre la condena del Tribunal Supremo a los políticos catalanes implicados en el procés. La mayoría del pleno confirmó la decisión del Supremo, pero Balaguer y Xiol consideraron las condenas "desproporcionadas" y llegaron a sugerir que el alto tribunal pudo "atemperarlas". 

En su opinión, la pena aplicada no fue "acorde con el principio de proporcionalidad penal en atención a la gravedad de la conducta enjuiciada y a su vinculación con el contexto del ejercicio de derechos fundamentales sustantivos". Y como en esta ocasión, Balaguer reconoce haber presentado votos particulares "en unas 110 ocasiones". 

También junto a su compañero Xiol, Balaguer presentó un voto particular en el que expresó el desacuerdo con la inadmisión a trámite de un recurso que había presentado el exsecretario general del PCE, Gerardo Iglesias, tras el rechazo de sus querellas por torturas durante el franquismo. "Que los tribunales, incluido el Tribunal Constitucional, atiendan al menos a la petición de reflexionar y escuchar a las víctimas, dándoles una respuesta completa, profunda y adecuada, también es una forma de reparación y de hacer justicia, independientemente del resultado final, estimatorio o desestimatorio, de las pretensiones deducidas", afirmaron en su voto. 

La magistrada también se mostró contraria a la sentencia que declaró inconstitucional el primer estado de alarma. Una ajustada mayoría de los miembros del Constitucional consideró que el instrumento jurídico a aplicar debería haber sido el estado de excepción debido a la "gravedad y extensión" de la pandemia, una conclusión que según Balaguer "puede producir cierta perplejidad". 

"Es difícil aceptar como contraria a la Constitución una legislación que ha permitido, de una manera rápida y eficaz, arbitrar medidas sociales efectivas de cara a proteger bienes jurídicos tan importantes como la vida y la salud de las personas", afirmó en su voto particular.

Finalmente, Balaguer estuvo entre los miembros del TC contrarios a la sentencia que, el pasado diciembre, frenó por primera vez en la historia la tramitación de una ley en el Senado. Esta ley, impulsada por el Gobierno a través de varias enmiendas a la derogación del delito de sedición, cambiaba la forma en que los vocales del Consejo General del Poder Judicial escogen magistrados para el Constitucional. Balaguer consideró que se estaba privando el derecho de los parlamentarios a ejercer su voto y se mostró en contra de la adopción de medidas cautelares por parte del Constitucional. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento