La UE mueve ficha para que los 27 exijan test negativos a los viajeros procedentes de China ante la explosión de casos de covid

Controles anti Covid a pasajeros chinos en el aeropuerto de Amsterdam.
Controles anti Covid a pasajeros chinos en el aeropuerto de Amsterdam.
EFE
Controles anti Covid a pasajeros chinos en el aeropuerto de Amsterdam.

La Unión Europea no quiere una situación ni parecida a la vivida hace ahora tres años: la covid no se puede descontrolar y para ello 'blindarse' ante los importantes rebrotres en China. Así, se encamina hacia la exigencia un test negativo en origen no más de 48 horas antes de volar y planea incluir una recomendación para los turistas sobre el uso de mascarilla. Es el acuerdo al que han llegado los expertos en la materia de los 27, que se han reunido durante horas este miércoles en Bruselas. Ahora la pelota queda en el tejado de los Estados miembros.

"Se recomienda con firmeza a los Estados miembros que introduzcan, para todos los pasajeros procedentes de China el requisito de una prueba de covid-19 negativa realizada no más de 48 horas antes de la salida" del país asiático, se recoge en un comunicado difundido tras una reunión del grupo de Respuesta Política Integrada a las Crisis (IPCR). 

Asimismo, se comprometieron a "emitir recomendaciones a los viajeros internacionales entrantes y salientes con origen o destino en China" y al personal de aviones y aeropuertos, en relación con las medidas de higiene personal y de salud. Se animó además a complementar esas medidas con pruebas aleatorias de los pasajeros al llegar a los Estados miembros y a llevar a cabo la secuenciación de todos los resultados positivos, para reforzar la vigilancia de la situación epidemiológica.

También se invitó a los países a realizar pruebas y la secuenciación de las aguas residuales de aeropuertos con vuelos internacionales y aeronaves que lleguen desde China. En la reunión, por otro lado, la UE acordó continuar promoviendo las vacunas, incluidas las dosis de refuerzo, en particular entre los grupos vulnerables.

China, en este escenario tan complicado de nuevo, accedió a compartir ya datos sobre los rebrotes con la Organización Mundial de la Salud. La OMS considera, por una parte, que las cifras oficiales del gigante asiático "no reflejan la situación real" del virus en el país, pero al mismo tiempo, por otra, reconoce que el 97,5% de los casos que se están dando están producidos por variantes que ya circulan por Europa. Los expertos, además, consideran que la situación en la UE no tiene visos de empeorar dado el alto nivel de inmunización.

Pero, con todo, no las tiene todas consigo pese a los contactos con el Gobierno de Xi Jinping. "Creemos que las cifras que se publican actualmente en China no reflejan el verdadero impacto de la enfermedad en términos de ingresos hospitalarios, en términos de ingresos en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y, sobre todo, en términos de muertes", avisan. De hecho piden a Pekín desde hace días "datos más rápidos, regulares y fiables sobre hospitalizaciones y muertes, así como una secuenciación vírica más completa y en tiempo real".

Además, desde la OMS se mostraron a favor de las medidas que pretende implementar Europa. "Con una circulación tan alta en China, y sin datos completos, es comprensible que algunos países estén tomando medidas que creen que protegerán a sus propios ciudadanos", sostienen, y no consideran que la exigencia de un test negativo "sea una medida excesiva". Y es que algunos países de la UE, entre ellos España, ya someten a pruebas a los viajeros en cuanto aterrizan y al mismo tiempo rechazan las críticas que han llegado desde China.

Es comprensible que algunos países estén tomando medidas que creen que protegerán a sus propios ciudadanos

Y es que Pekín respondió de forma muy rotunda a los movimientos no solo de Europa, sino también de Estados Unidos o de otros países asiáticos como Corea del Sur. Consideran que los controles son "indiscriminados" y amenazaron con "represalias" si esas medidas se llevan a cabo. De primeras, China podría recuperar la exigencia de cuarentenas -de hasta ocho días en los últimos meses- además del sometimiento periódico a test durante ese confinamiento obligatorio. Estas restricciones Pekín las ha ido retirando paulatinamente una vez que ha decidido dejar atrás su política de Covid Cero, vigente desde el inicio de la pandemia.

Frente a los movimientos ante los rebrotes, la OMS ha querido defender los progresos que se hicieron frente al coronavirus en 2021. "Durante la mayor parte del año pasado, el virus estuvo en declive. La vacunación aumentó en todo el mundo, y hubo un progreso sostenido en muchos países de ingresos bajos y medios que se habían quedado muy rezagados en 2021 debido al nacionalismo de las vacunas y a que la capacidad de fabricación se limitaba a un puñado de países", explicaron. La situación, en general, está controlada, pero la entidad huye del optimismo desbocado. "Sigue habiendo grandes desigualdades en el acceso a las pruebas, el tratamiento y la vacunación y, en última instancia, la covid-19 sigue siendo un virus peligroso para nuestra salud, nuestras economías y nuestras sociedades en general", alertaron este miércoles.

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