Se conoce como tilde al signo ortográfico en forma de rayita oblicua, que en castellano baja de derecha a izquierda (´) y se coloca sobre algunas vocales para indicar una particularidad fonética de la lengua.

Es común que algunas personas llamen a la tilde como acento, pero aunque es algo que está admitido por la RAE, la institución académica prefiere que en ese caso se utilice acompañado de una coletilla, como “acento ortográfico”, “acento diacrítico” o “acento prosódico”, debido a que se trata de una palabra polisémica (término con un único origen etimológico pero diversos significados).

En el artículo de hoy voy a hablar de la tilde diacrítica (o acento diacrítico), usada para distinguir algunas palabras que se escriben igual, pero que tienen significados distintos y presentan diferente pronunciación.

Ejemplos

Unos pocos ejemplos de casos en los que se coloca la tilde diacrítica es el pronombre personal “tú” para diferenciarlo del adjetivo posesivo “tu” (Tú vives en tu casa); en también pronombre personal “él” frente al artículo “el” (El coche es de él); en “mí” (otro pronombre personal) para diferenciar del adjetivo posesivo mi (Por mí no hay problema de que te quedes a dormir en mi casa); la 1.ª y 3.ª persona en singular del verbo dar en la forma “dé” para diferenciarla tanto de la preposición como de la letra “de” (Deja que te dé un abrazo de oso).

En los términos interrogativos y exclamativos también se coloca la tilde diacrítica: cómo, cuál, cuán, cuándo, cuánto, dónde, qué y quién.

Cabe destacar que desde hace unos años, ya no se debe poner la tilde diacrítica en el adverbio “solo” ni en los pronombres demostrativos “este, ese y aquel”, tal y como indica la Ortografía de la lengua española, publicada en 2010.