Mueren ametrallados ocho miembros de una familia, tres de ellos niños, en una matanza que Ucrania atribuye al Grupo Wagner

Devastación de paredes y ventanas en un edificio durante un bombardeo sobre un pueblo de Donbass.
Devastación de paredes y ventanas en un edificio durante un bombardeo sobre un pueblo de Donbass.
Celestino Arce Lavin / Europa Press
Devastación de paredes y ventanas en un edificio durante un bombardeo sobre un pueblo de Donbass.

Todos los miembros de una familia de ocho personas, entre los que había tres menores de edad, han perdido la vida después de haber sido atacados por personas armadas con ametralladoras que se dieron a la fuga en un automóvil en la ciudad de Makiivka, en la autoproclamada república de Donetsk. Ucrania atribuye los hechos al comando de mercenarios del Grupo Wagner.

"Una familia de ocho personas ha muerto, les dispararon. Presuntamente con armas automáticas. Tres niños estaban entre los muertos", ha aseverado la administración local en un comunicado en Telegram.

Todas las víctimas recibieron disparos en la cabeza, incluido los niños, que tenían edades de uno, siete y nueve años. Los hechos tuvieron lugar el pasado lunes en el barrio de la Guardia Roja de la ciudad.

Las fuerzas de seguridad locales están trabajando en el lugar del incidente, si bien aún no han determinado el motivo del tiroteo ni quien lo habría perpetrado.

La denuncia la realizó este martes Petro Andriushchenko, asesor del alcalde de Mariúpol en el exilio desde que esta ciudad de la región de Donestk fue tomada por los rusos, informó el medio local Ukrainska Pravda.

Andriushchenko indicó, en su cuenta de Telegram, que en contra de la versión de los "ocupantes rusos", el "asesinato en masa podría haber sido cometido por mercenarios del Grupo Wagner", un grupo paramilitar privado a las órdenes del Kremlin.

Además y según el asesor municipal, "este crimen fue de naturaleza abiertamente racista, ya que era una familia de etnia gitana la que había sido asesinada. Todos los muertos presentaban impactos de bala en la cabeza a quemarropa".

Andriushchenko, que no concretó la fecha en la que se produjo el suceso, agregó que los propios residentes de Makiivka informaron de que el crimen había sido cometido por militares. Agregó que "él y su equipo pasaron casi toda la noche pasada monitoreando fuentes públicas y trabajando con información de primera mano y puede afirmar que este asesinato fue cometido por varios monstruos con uniforme militar".

"Pero los ocupantes encubrirán el crimen de los rusos, como lo hicieron con todos los que se cometieron en Mariúpol", una ciudad ahora bajo control de Moscú, añadió.

Andriushchenko sugirió que estos crímenes pueden continuar, ya que Rusia ha reclutado "no a seres humanos, sino criminales, neonazis y otra basura" para luchar en el frente, en referencia al grupo de mercenarios y a los presos que Moscú ha liberado para desplegarlos en Ucrania.

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