El nuevo edificio de vivienda social hecho de contenedores acoge a sus primeros inquilinos

  • Forma parte de la iniciativa APROP, alojamientos provisionales de calidad para familias en riesgo de exclusión social 
Djalmia Bensabeur. una de las inquilinas del nuevo edificio APRO de Glòries.
Djalmia Bensabeur. una de las inquilinas del nuevo edificio APROP de Glòries.
Edu Bayer
Djalmia Bensabeur. una de las inquilinas del nuevo edificio APRO de Glòries.

En plena plaza de las Glòries, en la denominada zona de nueva centralidad de Barcelona, nadie diría que un edificio de color gris oscuro y granate está hecho con antiguos contenedores de transporte marítimo. Flanqueado por la imponente Torre Glòries y el Design Hub Barcelona, se levanta el segundo de los Alojamientos de Proximidad Provisionales, conocidos como APROP, que permiten que personas en situación de emergencia habitacional puedan disfrutar de una vivienda digna. En este caso, son alrededor de 100 personas las que se pueden beneficiar de esta iniciativa, en un edificio de 7 plantas, con 42 viviendas, 35 dobles para familias y 7 individuales, para personas que viven solas.

La construcción se ha realizado con 77 módulos prefabricados en base a contenedores de transporte marítimo. La planta baja está construída con sistemas tradicionales de hormigón, hierro y materiales basados en el cemento y la cerámica. La construcción de todo el inmueble, acabados incluídos, ha tardado alrededor de 26 semanas, tan solo medio año, cuando una obra de estas características, construida completamente con métodos tradicionales, puede llevar años, según el Ajuntament. Desde el consistorio se apunta, que la rapidez en la ejecución de los proyectos es una de las grandes ventajas de estos sistemas industriales de construcción.

Así se construyó el segundo edificio de Alojamientos de Proximidad Provisionales (Aprop), este ubicado en la plaza de las Glòries, con 42 pisos para un centenar de personas en situación de emergencia habitacional construidos en contenedores marítimos reciclados.

Rapidez y eficacia

Esta mañana, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha presentado a los medios este segundo edificio del programa APROP, y ha destacado de ellos, precisamente, “que se trate de una tipo de construcción rápida, eficaz y de calidad”. De las 42 viviendas, 35 tienen dos dormitorios, pensadas especialmente para familias, con una superficie útil de 52,7 metros cuadrados distribuidos en una sala comedor con la cocina abierta, dos habitaciones dobles, armarios empotrados y un baño completo.

Los alojamientos de un dormitorio, para parejas o personas que viven solas tienen una superficie útil de 25,8 metros cuadrados, con las mismas características que los otros pero tan solo con una habitación. En ambos casos, son accesibles para personas con discapacidad, a través de una pasarela exterior que cumple funciones también de espacio de relación entre vecinos, y cuentan también con un balcón exterior que da a la remodelada plaza de las Glòries. En total se ha construido un total de 3.666 metros cuadrados.

Un apartamento normal

Al entrar en los apartamentos, nada indica que estemos dentro de contenedores. Mediante revestimientos y divisiones con placas de cartón-yeso, conocido como pladur, pavimento y revestimientos cerámicos en partes de la cocina y el baño, el aspecto de las viviendas es el habitual en cualquier apartamento de la ciudad.

Departamentos de uno de los pisos del edificio APROP de Glòries.
Departamentos de uno de los pisos del edificio APROP de Glòries.
20minutos

A este respecto, la alcaldesa, Ada Colau, durante su visita de esta mañana al edificio, ha reprochado que, en su momento, esta iniciativa se recibió con mucho “escepticismo”, y ha recordado que incluso “se nos llamó cutres”. También ha señalado que se les recriminó que era “indigno” porque iban a “meter a personas en contenedores”. Colau se enorgullece ahora de haber sido “imaginativos” para “priorizar el derecho a la vivienda” con soluciones “dignas y estables frente a un mercado privado asilvestrado”.

Desde el Ajuntament se defiende que estas técnicas constructivas industriales, que por otra parte son más ecológicas, se aplican en muchos otros países. Ada Colau destaca que el consistorio ha estudiado esas experiencias, y que su aplicación en Barcelona ha sio “muy positiva”. Ha insistido en extender la fórmula a otras iniciativas e incluso se ha permitido a animar a otras administraciones, como la Generalitat, a “aprovechar la experiencia” para construir vivienda pública.

Servicios sociales

La iniciativa APROP se trata de unos alojamientos dignos provisionales, que además cuentan con atención socioeducativa, especialmente dirigidos a personas y familias con menores a cargo en riesgo de exclusión social. Atendidas por los servicios sociales, o bien no tienen domicilio, o su vivienda está en grave situación de precariedad. La teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laura Pérez, durante la presentación del edificio, ha destacado que “el 86% de las familias que han venido a este edificio llevaban más de dos años viviendo en pensiones”.

De las 35 familias que entran a vivir, 25 son monoparentales. Según Laura Pérez, éstas son las que “sufren más el problema de la vivienda porque tienen que destinar más de la mitad de sus ingresos” a sufragar los gastos que supone tener un techo donde vivir. La estancia prevista para estas familias es de entre dos y tres años, aunque puede ser menos si en ese tiempo son capaces de optar a una vivienda estable, o se puede ser flexible y estar más tiempo si esas circunstancias no se dan.

Respecto a los ingresos, el 60% de las familias que vivirán en este edificio APROP de Glòries están entre el 1 y el 1,25% del Índice de Renta de Suficiencia de Cataluña, IRSC, y el 20% entre el 0,5 y el 0,75% de IRSC. El acceso a estos pisos viene determinado por el dictamen de lso servicios sociales, y las familias pagan su estancia en función de sus ingresos, que está entre el 20% y el 30% de éstos.

Falta de vivienda social

La alcaldesa Ada Colau, ha querido esta mañana poner de manifiesto la falta de política de vivienda social en Cataluña, y por extensión en toda España. Y para ello, ha sido gráfica con al cifras señalando que “Barcelona hace más vivienda social que toda Cataluña y la comunidad de Madrid juntas”. Ha resaltado que cuando entraron a gobernar tan solo había un 1% de vivienda social, cifras que ha aumentado significativamente en los últimos mandatos, así como que la Generalitat “nos debe 1.000 viviendas de la mesa de emergencia”.

Fachada del segundo edificio APROP hecho con contenedores, en Glòries.
Fachada del segundo edificio APROP hecho con contenedores, en Glòries.
EUROPA PRESS

Finalmente, en el marco de esta presentación de viviendas de carácter social, Ada Colau se ha dirigido directamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y le ha reclamado la aprobación de la nueva ley de la vivienda, recalcando que es imprescindible “limitar el precio de los alquileres y frenar la especulación”. En este sentido, la teniente de Derechos Sociales, Laura Pérez, ha indicado que “la falta de vivienda es el factor principal que agrava las situaciones de muchas personas y familias”.

Vidas duras

Una de la personas que entra a vivir en este edificio APROP de Glòries es Djalmia Bensabeur. Tiene 25 años, es de origen argelino y tiene dos hijos, uno de tres años y otro de cinco. Según cuenta, lleva en Barcelona unos 8 o 9 años. Entró ilegalmente en el país, y eso provocó que finalmente acabase en un centro de menores.

De allí salió a los 18 años, “con papeles pero sin permiso de trabajo”, cuenta. Ha ido cambiando de casa continuamente, e incluso ha vivido en la calle. Lleva dos días viviendo en el edificio. Incluso tiene la maleta aún sin guardar.

Djalmia Bensabeur, tiene dos hijos y llevaba 2 años en un piso compartido.
Djalmia Bensabeur, tiene dos hijos y llevaba 2 años en un piso compartido.
A.H

Estaba viviendo en un piso compartido, y según explica, “los niños estaban muy nerviosos siempre, porque tan solo disponíamos de una habitación”. Cuenta que los niños no querían estar nunca en casa, que preferían estar en la calle. Sin embargo, la relación en el barrio era muy buena con los vecinos, y los niños en la escuela se encontraban cómodos.

Este piso estaba en el distrito de Sant Andreu. Los niños siguen yendo a ese colegio, pero en tan solo dos días de estar en este nuevo piso, Djalmia ya ha notado diferencias en el comportamiento de sus hijos. Están mucho más tranquilos, también porque antes, los otros inquilinos del piso se quejaban del comportamiento de los niños, “que si corrían, que si hacían ruido.Y yo los reñía. Sé que sin razón, pero…”.

Ahora quiere reunir un poco de dinero ya que está trabajando, y aprovechar este tiempo para poder acceder a un alquiler o a un piso social y empezar de nuevo una nueva vida.

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