Los precios de la electricidad y el gas continúan disparados, y muchos hogares tratan de ajustar su consumo energético para reducir el gasto en la factura mensual. Según un análisis reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un hogar gastará de media unos 750 euros anuales en calefacción, aunque este coste puede variar según el sistema de climatización, del tipo de vivienda, del tamaño y de los hábitos de consumo.

Pero, ¿cómo podemos conseguir un mayor ahorro energético y económico sin reducir el confort térmico de nuestro hogar? El jefe de ventas nacional de Bosch Termotecnia Residencial, Alejandro Baschwitz, ofrece una serie de soluciones para mantener la temperatura adecuada en los espacios de la vivienda, al mismo tiempo que se reduce el consumo de energía.

Temperatura y aislamiento de la vivienda

El primer paso consiste en mantener la temperatura de confort media, que se situaría en 21 grados centígrados. Subir o bajar la temperatura tendrá un impacto en nuestros recibos. "Se recomienda que la temperatura por la noche o cuando no estemos en casa se mantenga alrededor de los 15-17 grados, lo que puede resultar en un ahorro del 13%", explica el experto de Junkers Bosch.

Por otro lado, se debe evitar las pérdidas de calor en la vivienda con un buen sistema de puertas y ventanas, ya que "actúan como puente térmico provocando una mayor utilización de los sistemas de calefacción debido a que el calor que el mismo sistema genera sale de la propia vivienda", destacan en el comunicado. De hecho, un buen aislamiento térmico puede disminuir en un 30% las pérdidas de calor, lo que contribuye al ahorro energético. Para ello, se pueden incorporar los siguientes hábitos:

¿Y cómo podemos reconocer si necesitamos reforzar el aislamiento? La OCU indica que si la temperatura es demasiado baja en invierno o muy cálida en verano, probablemente se deba a un mal aislamiento térmico. Otros aspectos que podrían indicar este problema serían las condensaciones en las ventanas, humedades en las paredes o filtraciones de aire por las ventanas y puertas.

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Apostar por tecnologías más eficientes

El uso de controladores modulantes con conexión integrada es otra de las recomendaciones de los expertos de Junkers Bosch. "Gracias a este dispositivo, se puede programar el encendido o apagado de la calefacción antes de la vuelta a casa para que al llegar esté a una temperatura confortable", con la consiguiente reducción del consumo.

Por otro lado, conviene renovar los equipos y dispositivos antiguos por otros más eficientes y sostenibles. De hecho, es posible adherirse a los programas de las diferentes comunidades, como el plan renove, para la subvención de nuevos equipos. Cuanto más eficientes sean, más se ahorrará en el recibo. Por ello, una de las opciones es cambiar la caldera antigua por una de última generación. Las de condensación, por ejemplo, tienen un elevado rendimiento y al ser más eficientes, el consumo es menor. 

Asimismo, para el ahorro de agua, los expertos recomiendan elegir calentadores estancos con eficiencia energética de hasta A+. Las nuevas tecnologías incorporan elementos para el control termostático de la temperatura, para reducir el consumo de agua y gas.

Por último, conviene realizar un mantenimiento regular de todos los equipos de la vivienda a través del servicio técnico oficial. "Realizar este mantenimiento, ayuda a evitar sorpresas por la aparición de posibles averías", indica. Así, prolonga la vida útil del aparato y ayuda ahorrar energía.