¿Para qué tipo de personas es recomendable una evaluación neuropsicológica?Una evaluación neuropsicológica es válida para todos los públicos. Es más, se realiza desde pequeños hasta personas con deterioro cognitivo. ¿Cuál es el objetivo? Determinar cuál es el rendimiento cognitivo en el día a día, averiguar si existe alguna dificultad que pueda correlacionar lo que está pasando con cómo están funcionando las redes neuronales y si eso tiene un origen.

En los niños se hace si se sospecha de un trastorno del neurodesarrollo o un trastorno del aprendizaje; en adultos tras un accidente cerebrovascular, un traumatismo craneoencefálico; y en mayores si se sospecha de un deterioro cognitivo o de una demencia. 

Muchas familias recurren a las evaluaciones neuropsicológicas por dificultades de atención, memoria o comprensión en el niño, por ejemplo, pero desconocen cuál es el problema real vinculado a ellas...En muchas ocasiones, los papás vienen con una demanda y el origen es diferente al que se hipotetizaba. Yo siempre lo explicó así: la persona viene con tos (síntoma) y lo que debemos descubrir es por qué tiene tos (origen), ¿es faringitis, laringitis, constipado? Aplicado a nuestro campo, el niño acude por despistes, por ejemplo, y debemos averiguar si es porque la propia red atencional está inmadura y presenta un trastorno de tipo déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o es porque está tan preocupado por otras cosas que no focaliza en lo que los demás consideran importante y los despistes vienen derivados de un foco ansiógeno. Eso es una evaluación neuropsicológica, medir cómo están las redes neuronales, ver el rendimiento que tienen y valorar si pueden explicar el comportamiento que estoy teniendo en el día a día.

¿Qué signos deben alertar a padres o familiares? ¿Cuándo es necesario que se evalúe a un niño?Esta pregunta requiere de una respuesta muy amplia, ya que la sintomatología de riesgo es dependiente de la edad y puede ir variando, pero algunos signos de alerta podrían ser: dificultades para aprender a leer o escribir, así como para comprender lo que leo, despistes atencionales, resistencia a hacer los deberes, ausencia de planificación, rabietas descontroladas, dificultades en las relaciones sociales, dificultades para entender bromas, ironías o dobles sentidos, inquietud motora, necesidad de supervisión constante, dificultades para la comprensión de problemas matemáticos... etc.

Llegan las vacaciones de Navidad y, después de los primeros meses de curso, profesores o padres pueden haber detectado alguno de estos signos de alerta y tener dudas. ¿Es un buen momento para evaluar al niño o es pronto para hacerlo?El periodo vacacional de Navidad es una de las fechas en las que aumentan las demandas ya que, tras los primeros meses de curso, se han podido detectar algunas dificultades en el niño. Son fechas muy socorridas para la realización de la evaluación por encontrarnos en periodos de descanso. Los padres pueden aprovechar estos días para obtener un diagnóstico y dar al niño las ayudas que necesite.

¿Por qué es importante realizarlas de forma precoz?La evaluación neuropsicológica es primordial para un diagnóstico temprano. Este diagnóstico es el punto de partida para poder estimular o rehabilitar el daño y compensar el déficit asociado a muchas patologías y que puede reducirse con un tratamiento precoz.

¿Cómo se trabaja cuando la persona no es muy colaborativa? Porque una conducta disruptiva puede afectar al desarrollo de las pruebas…Para eso es importante conocer al niño, a la familia y ver qué puedes hacer para que colabore. En este tipo de niños, en los que en la entrevista puedes intuir que el proceso evaluativo puede verse distorsionado por sintomatología disruptiva, es importante generar una buena vinculación, tanto con los padres como con el niño. Así, los padres me van a ayudar y a dar las pistas para entender por qué pasa y cuándo pasa, aunque la propia sintomatología disruptiva ya está dando muchas pistas para el propio diagnóstico.

¿Se da más importancia a los instrumentos de evaluación cuantitativos (test, cuestionarios, escalas…) o cualitativos (entrevistas u observación de la conducta)?Es importante combinar ambos métodos ya que instrumentos cuantitativos como baterías baremadas nos dan información objetiva, primordial para el diagnóstico, sin embargo, instrumentos cualitativos como observación de la conducta nos pueden aportar información relevante para el diagnóstico que no se obtiene a través de escalas cuantitativas.

¿Qué avances se están dando en la metodología que se utiliza para realizar una evaluación neuropsicológica? La mayor dificultad a la que nos enfrentamos cuando realizamos evaluaciones neuropsicológicas es la de encontrar pruebas que midan los procesos que utilizamos en el día a día y que sean representativas, ya que en ocasiones las baterías que utilizamos no son ecológicas y el tipo de tarea evaluativa no se corresponde con actividades de la vida diaria. En este campo, la evaluación con realidad virtual ha abierto la posibilidad de realizar evaluaciones mucho más adaptadas, como por ejemplo la prueba Aula Nesplora, en la que se utilizan unas gafas de realidad virtual y se evalúa la calidad de los procesos atencionales, el control inhibitorio y el control motor del alumno en el aula.

Además del diagnóstico, la evaluación neuropsicológica es clave para una acertada posterior rehabilitación neuropsicológica. ¿En qué consiste esta intervención?El tratamiento consiste en la estimulación de aquellas redes neuronales inmaduras o dañadas y que están impidiendo un correcto funcionamiento de la persona. Para ello, el profesional realiza un protocolo individualizado con objetivos dependientes de los resultados de la evaluación neuropsicológica y a través de una serie de actividades de distinta índole (tareas de lápiz y papel, juegos de mesa, app de tablet, programas de ordenador, realidad virtual, etc).

¿Las evaluaciones neuropsicológicas ayudan también a saber si un niño necesita adaptaciones metodológicas o curriculares en el entorno escolar?Las adaptaciones metodológicas, aquellas que se realizan sin cambiar el contenido curricular del alumno, pero que favorecen el proceso evaluativo de ciertos niños (aumentar tiempo en exámenes, reducir el número de preguntas por página, aumentar la letra del enunciado, etc), se pueden realizar a partir de una evaluación neuropsicológica de un centro privado. En la Comunidad de Madrid, cualquier niño con diagnóstico de TDAH o dislexia opta por derecho a la aplicación de adaptaciones metodológicas en el aula. 

La adaptación curricular, sin embargo, implica que el contenido a evaluar es inferior al que debería corresponder por el curso escolarizado, y se toma tras la evaluación de los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP), no de una evaluación neuropsicológica externa.

Los niños que ya han sido evaluados, ¿se les puede volver a evaluar a los pocos meses para saber si el tratamiento aplicado está teniendo efecto? ¿Cuánto habría que esperar?Por norma general, cada prueba tiene un periodo para poder readministrarla al existir la posibilidad de un proceso de aprendizaje que pudiera sesgar los resultados. Sin embargo, hay excepciones en las que se debe reevaluar antes de este periodo por encontrarnos en un proceso de cambio farmacológico o tratamiento quirúrgico.