Barcelona crea una tasa para las grandes plataformas de reparto a domicilio de productos de comercio electrónico

  • Solo pagarán las empresas que facturen más de un millón de euros y el reparto a puntos de recogida está exento
Una furgoneta de reparto a domicilio en doble fila y mercancías en la vía publica.
Una furgoneta de reparto a domicilio en doble fila y mercancías en la vía publica.
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Una furgoneta de reparto a domicilio en doble fila y mercancías en la vía publica.

El Ajuntament de Barcelona ha anunciado la creación de una tasa a las grandes plataformas de reparto a domicilio de productos de comercio electrónico. En concreto se grava el uso del espacio público para la actividad comercial del reparto a domicilio. Queda excluido de esta tasa el transporte de los productos adquiridos mediante comercio electrónico a puntos de recogida.

La tasa está pensada para gravar a las grandes plataformas y compañías de paquetería que hacen un uso intensivo del espacio público, como son aparcamientos, aceras, o la propia calzada estacionando en doble fila. Solo estarán obligadas al pago de esta tasa las empresas que facturen por encima del millón de euros en concepto de transporte a domicilio de mercancías. 

Según el Ajuntament, con este tope de un millón de euros quedarán fuera de la obligación de pagar esta tasa los autónomos y pequeños repartidores, así como el reparto a domicilio por parte de los comercios siempre que su volumen de negocio no pase ese límite. El cálculo de la tasa, y por tanto la obligación de pagarla, se calcula solo en base al coste del transporte de llevarlo a un domicilio, es decir, restando el coste del producto transportado.   

Porcentaje concreto

En términos concretos, las plataformas o empresas distribuidoras a domicilio tendrán que pagar el 1,25% del volumen de negocio en concepto de transporte de productos de e-commerce a domicilio. Ese porcentaje surge de un estudio realizado por profesores de las Universidades Carlos III y de la Universidad de Barcelona que valora el espacio público de Barcelona en 2,6 millones de euros.

La tasa se aprobará provisionalmente en el pleno de mediados de febrero, y se estima que pueda entrar en vigor a finales del primer trimestre, en febrero o marzo. El gobierno municipal tiene  el apoyo del grupo municipal de Esquerra Republicana, que de hecho fue impulsor inicial de la medida.

Operadores postales

La obligación de pagar esta nueva tasa, por tanto, se circunscribe a los denominados operadores postales, que son los que tienen licencia para transportar una mercancía desde la empresa vendedora hasta el domicilio. Estas compañías están inscritas en un registro, y a partir de la entrada en vigor de la tasa, tendrán que hacer una declaración del volumen de negocio que tienen por el transporte a domicilio en la ciudad de Barcelona. 

La tasa que crea el Ayuntamiento de Barcelona deja fuera las operaciones que hagan estas empresas transportando en la ciudad mercancías entre negocios, es decir, del distribuidor a un comercio, o de un comercio a otro. El volumen generado por este tipo de operaciones no se tendrá en cuenta para calcular si se llega al tope o para calcular el importe a pagar posteriormente.  

Puntos de recogida

El transporte de productos a un punto de recogida o locker tampoco contabilizará para esta tasa ya que desde el Ajuntament se entiende que "es una práctica que se puede equiparar a ir a un comercio físico a comprar", ha indicado el primer teniente de alcalde Jaume Collboni, en la rueda de prensa de esta mañana en la que se ha presentado la iniciativa. Al mismo tiempo, ha señalado que se ha de fomentar la instalación de este tipo de puntos en la ciudad para que "la gente cambie de hábitos" a la hora de comprar a través de internet.

Ballarín, Collboni, Castellan y Martí, esta mañana en la rueda de prensa.
Ballarín, Collboni, Castellan y Martí, esta mañana en la rueda de prensa.
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En este sentido, el regidor de Presidencia, de Economía y Presupuestos, Jordi Martí ha señalado que no es lo mismo que una furgoneta llena de paquetes vaya a un único punto a dejar productos de comercio electrónico, que "transportar un paquete de 300 gramos con un vehículo de tonelada y media hasta el domicilio del comprador". A este respecto, Jordi Martí ha sentenciado que "no es una práctica sostenible, y se ha de eliminar si se quiere descarbonizar la actividad económica en la ciudad".

Protección del comercio tradicional

Uno de los principios básicos de la tasa, y el motivo principal por el que se crea, es la protección del comercio tradicional y favorecer "la igualdad de condiciones de competencia entre comercio tradicional y electrónico", según Collboni. Para el regidor de ERC, Jordi Castellana, presente también en la rueda de prensa como impulsor de la iniciativa, la creación de esta tasa servirá para poder crear "mejores herramientas para que el comercio tradicional pueda afrontar los retos que tiene por delante en unos momentos difíciles, además de eliminar ventajas competitivas del comercio electrónico". 

Jordi Martí, además señala, que se repara "una injusticia, ya que los comercios físicos siempre han pagado por su actividad, además hacer ciudad iluminando y dando vida a las calles, y los que se dedican a mover paquetes en una furgoneta nunca han pagado".

Iniciativa pionera

Barcelona es la primera ciudad de España y de Europa que tiene una tasa de este tipo. Por este motivo, la falta de precedentes ha provocado que se haya tardado mucho en redactarla. Según el Ajuntament se ha apostado por la prudencia valorativa, y se ha tirado a la baja para que jurídicamente sea "muy sólida y no pueda haber impugnaciones", ha matizado Collboni. La regidora de Comercio, Montserrat Ballarín, principal redactora de la medida por parte del equipo del consistorio, ha destacado que "es la primera vez que se grava el espacio público". Ballarín ha insistido en que "hoy podemos estar muy contentos porque había una utilización gratuita del dominio público y creemos que es de justicia que esté gravada".

Sin embargo, Jaume Collboni ha insistido en que el objetivo de la tasa no es recaudatorio sino que pretende fomentar "el cambio de hábitos en los ciudadanos de Barcelona, además de ordenar el reparto de mercancías en la ciudad y evitar esa media de 2,5 o 3 veces que el repartidor tiene que ir a un domicilio a dejar un paquete".   

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