El fenómeno de las gasolineras low cost continúa ganando terreno en España impulsado por el alza de los precios, que ha disparado el coste de la vida hasta niveles no visto en décadas. Los conductores españoles se han acostumbrado a las colas y esperas atraídos por el atractivo precio que ofrecen estos negocios en un contexto complicado donde el coste de los carburantes ha llegado a situarse por encima de los dos euros litro. 

De hecho, la clientela que suele repostar en estaciones de servicio low cost se ha duplicado en los últimos tiempos, según refleja el estudio Hábitos de consumo de combustible en España, elaborado por la compañía de hidrocarburos Plenoil y basado en más de 2.000 encuestas realizadas a mujeres y hombres de entre 18 a 65 años. 

En concreto, el documento indica que el 61% de los conductores son ya clientes de las gasolineras automáticas y que de estos "la mitad (30,3%) ha comenzado a hacerlo recientemente con el fin de asumir el menor precio posible". 

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No en vano, el ahorro medio estimado entre repostar en una estación barata y hacerlo en una tradicional ronda el 10%, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). En términos absolutos, los cálculos de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE) estiman el ahorro en unos 300 euros al año .

"Está claro que vengo porque los precios son más bajos", asegura Paola, asidua de este tipo de estaciones de servicio, en una conocida gasolinera barata de San Sebastián de los Reyes (Madrid) mientras recarga el tanque de su coche. A su lado, hace lo propio Alberto: "Últimamente vengo más porque todo está subiendo muchísimo y así ahorro. Tengo una pensión por incapacidad permanente y todo lo que sea ahorrar viene bien". El ajetreo, no obstante, es mayor a primera hora de la mañana y por la tarde. "Cuando la gente entra y sale del trabajo es cuando hay más coches", precisa un empleado de la misma. 

El informe señala que entre los motivos que han impulsado este cambio de tendencia se encuentran el precio del combustible el factor principal que los lleva a elegir repostar en una gasolinera u otra en su día a día (69,60%), seguida de la ubicación (46,49%), los servicios que ofrece más allá del repostaje del combustible (23,37%) y la atención al cliente (15,05%).

¿Por qué son más baratas las estaciones automáticas?

Muchos conductores se preguntan cuál es la razón de que este tipo de estaciones de servicio puedan ofrecer precios más económicos que las gasolineras tradicionales. El motivo es sencillo: este negocio tiene una estructura de costes menor. Se trata de un modelo basado en vender con menos margen, pero vender mucho.

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Por ejemplo, el repostaje tienes que hacerlo y pagarlo tú mismo y no hay tiendas ni cafeterías, con lo que se ahorra gasto de personal y mantenimiento. También su tamaño es menor: una gasolinera automática suele tener unos 600 metros cuadrados, mientras que una tradicional puede estar entre los 1.000 y los 2.000. 

Por otro lado, una de las críticas más habituales que se hace de estos negocios es que la calidad de su producto es inferior que al de una gasolinera tradicional. La realidad es que el combustible es el mismo, proporcionado por Exolum, la antigua Compañía Logística de Hidrocarburos, aunque es cierto que las estaciones de servicio tradicionales ofrecen mayor calidad gracias debido al uso de aditivos especiales que se incorporan al combustible de calidad base.

La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), que grupa a compañías como BP, Cepsa o Repsol, siempre ha defendido que estos añadido reducen el consumo y mejoran la lubricidad del motor, alargando la vida del mismo y reduciendo las emisiones de CO2. La organización asegura que con estos combustibles de mejor calidad se puede obtener un ahorro de entre un 3 y un 4%.