El homenaje a las abuelas de la Reconquista de Isabel San Sebastián: "Aquellas mujeres fueron las auténticas heroínas de la época"

La escritora y periodista Isabel San Sebastián
La escritora y periodista Isabel San Sebastián
(c) AMAYA AZNAR / CEDIDA POR PENGUIN
La escritora y periodista Isabel San Sebastián

Una abuela contando a su nieto la historia de sus mayores. Así arranca y termina La dueña (Plaza&Janés, 2022), la última novela de Isabel San Sebastián que, cuando está lejos del periodismo y los medios, se convierte en una novelista habitual de las listas de libros más vendidos. En esta ocasión, en pocas semanas, ya ha colocado en librerías dos ediciones.

La dueña es la nueva entrega de la ambiciosa saga familiar protagonizada por mujeres con la que la autora quiere relatar los ocho siglos de presencia islámica y reconquista cristiana, desde los visigodos hasta la toma de Granada. Esta quinta entrega está ambientada en el siglo XI y arranca con la batalla de Atapuerca, el 1 de septiembre de 1054, entre dos reyes hermanos, Fernando I, de León, y García Sánchez III, de Pamplona.

Tendemos a pensar que la Reconquista fue una sucesión de batallas y no fue así

"Tendemos a pensar que la Reconquista fue una sucesión de batallas y no fue así", explica a 20minutos la escritora. "Lo más importante fue la repoblación, esas tierras que quedaban vacías y yermas tras las batallas. Las protagonistas de ese proceso fueron las mujeres: sin ellas no había familias, ni hogares ni repoblación; más en aquel siglo donde la guerra era la norma, ya fuera con los musulmanes o contra otros cristianos. Fueron mujeres audaces que muchas veces quedaban solas y al frente de todo en aquella frontera, cuando sus maridos iban a luchar. Resistieron acometidas enemigas, criaban a los hijos, mantenían la economía… Y fueron ignoradas por los cronistas medievales", defiende San Sebastián.

Auriola, su protagonista, sería "un prototipo de aquellas mujeres", que vivieron un tiempo de innumerables batallas contra musulmanes, navarros, leoneses, castellanos, gallegos… "un tiempo de continuo enfrentamiento".

Pero, aunque salgan, los protagonistas de esta ficción no son reyes, obispos o grandes personajes. "Me interesa la vida de la gente anónima, que no trasciende a la Historia, como esos pequeños caballeros de frontera que no eran siervos ni campesinos, pero no tenían capacidad para influir ni marcar nada. Apostaban la posibilidad de ascender al valor… Para mí, son el equivalente muy lejano a nuestra sufrida clase media", compara. Y sobre todo, sus dueñas, sus mujeres que, para la autora, "fueron las auténticas heroínas de la Reconquista".

No solo por ser mujeres, La dueña enfatiza especialmente el papel de las féminas… y de las abuelas. "Estoy convencida de su importancia siempre”, explica esta novelista, "fíjate, mientras vivió su madre, los hijos del rey Fernando de León, los famosos García, Sancho y Alfonso del Mío Cid, acataron la herencia de su padre; al morir ella, empezaron a despedazarse como lobos".

Es una novela sobre "el papel de las madres y las abuelas, que no es lucido, pero sí importante": "Son fundamentales para la defensa de la familia y para la transmisión de la memoria. No hay demasiado sobre ellas, pero tenemos fogonazos que nos muestran esa constante. Y aún así, se ha tratado muy poco tanto en Historia como en novela".

La autora, como madre y abuela, también ha volcado su propia experiencia en la novela. "Esta abuela, Auriola llama su nieto mocete o mocetico, que es como mi madre llamaba a mi hijo mayor. Es una emoción muy fuerte que yo experimento cuando estoy con mis nietas y estoy seguro que en la Edad Media sería del mismo modo", asegura.

Polémica Reconquista

Resulta obligado preguntar a esta escritora sobre el debate que hay sobre el término que usa para englobar la época sobre la que escribe: la Reconquista.

Ella es consciente y conocedora del debate, y además no duda en tomar partido, a pesar de que lo considera "una estupidez". "En las crónicas medievales no se habla de Reconquista, pero el concepto de recuperar el territorio a los musulmanes está ahí", explica. "¿Es importante el término? No, lo es el significado y es innegable que desde Alfonso II de Asturias hay una voluntad de reconquistar el territorio del reino gótico", responde. Y afirma que "negar la existencia de ese proceso es un absurdo" y carga contra quienes ahora hablan de, por ejemplo, la conquista cristiana de Toledo: "Había sido la capital cristiana del reino visigodo y Alfonso VI la recupera para la cristiandad".

"Me parecen un poco audaces estos historiadores que pretenden enmendar la plana a los cronistas que vivieron la época", zanja San Sebastián.

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