Cómo funcionan las subastas de casas y cómo acceder a ellas

Cartel de 'se vende' en el balcón de un piso de un edificio de Madrid.
Cartel de 'se vende' en el balcón de un piso de un edificio de Madrid.
Eduardo Parra - Europa Press - Archivo
Cartel de 'se vende' en el balcón de un piso de un edificio de Madrid.

En un sector volátil como el de la vivienda, hay métodos para poder acceder a un inmueble en condiciones económicas muy ventajosas. Uno de ellos es el de las subastas.

Tal y como recoge el portal especializado en vivienda Idealista, las subastas de casas son, en realidad, la conclusión de un proceso judicial en el que una persona o entidad ha pedido al juzgado la subasta de una vivienda para pagar una deuda cuando, por ejemplo, el propietario no ha podido hacer frente a la hipoteca y se ha procedido a su embargo.

Las viviendas embargadas que pasan a ser subastadas se publican en el portal de subastas del Boletín Oficial del Estado. A este se puede acceder mediante certificado digital o el sistema Cl@ve. Cuando inicias la sesión, puedes visualizar las subastas activas por provincia.

Para poder pujar, debes entregar entre el 5% y el 25% del precio del inmueble en concepto de depósito. El resultado de la subasta se publica 20 días después. Si resultas ganador, tendrás otros 20 días para pagar el importe restante del precio final, en efectivo o a través de hipotecas o préstamos.

Idealista recuerda que para poder acceder a una subasta debes contar con solvencia económica para pagar el precio final, ya que si rechazas la adjudicación perderás al depósito. Si no te adjudican la casa, recuperas el depósito.

Además, hay que tener en cuenta que debes pagar los impuestos correspondientes, como el ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales), un porcentaje que varía según la comunidad autónoma y ronda el 10% del valor total del inmueble.

Las ventajas de las casas subastadas son su menor precio, que se pueden hacer online, que también se subastan otros inmuebles como garajes o trasteros y que te ahorras la tasación de la vivienda.

Las desventajas son que lo más seguro es que no puedas visitar la casa, que las viviendas suelen tener deudas con la administración y que algunas requieren reformas y gastos extra para su acondicionamiento.

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