Así son los periquitos, las ninfas y los agapornis roseicollis, los tres loros más comunes en los hogares españoles

Dos ejemplares de periquitos posados en una rama.
Dos ejemplares de periquitos posados en una rama.
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Dos ejemplares de periquitos posados en una rama.

Entre las especies de loros que está permitido tener en los hogares, los periquitos australianos, las ninfas y los agapornis roseicollis son los más frecuentes que podemos encontrar como animales de compañía en España, principalmente porque su comercio no está regulado y son animales que se pueden dar o vender sin ningún tipo de documentación.

Así lo afirma Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic, cuya misión es salvaguardar el bienestar de la psitácidas que viven en condiciones de cautividad. "No están incluidas en el CITES por lo que no se pide la documentación que sí es necesaria para la adquisición de otras especies de loros", añade.

"También son especies con las que es muy sencillo criar en cautividad. Si tienes una pareja, es muy probable que se reproduzcan", añade. "La mezcla de ambos hechos provoca que, al haber tantos ejemplares de estas especies, podemos encontrarlas en las tiendas por precios asequibles para cualquier bolsillo, entre 10 y 50 euros", explica.

No obstante, esto también tiene su parte negativa, ya que "mucha gente los adquiere de manera impulsiva o por capricho", sin pararse a pensar en las necesidades que tienen o las condiciones ideales en las que deben mantenerse.

Cómo son estas psitácidas en cuatividad

A la hora de hablar del carácter de estos animales es muy difícil generalizar, ya que son animales muy inteligentes y entre individuos de la misma especie podemos encontrar diferencias considerables. No obstante, la experiencia lleva al fundador de Avetropic a intentar 

Por ejemplo, de las tres especies, las ninfas son las más tranquilas. "Cuando están contigo se quedan cerca, pero no están buscando hacer otras actividades, algo muy común, por ejemplo, en los agapornis roseicollis", explica Valls.

"En el caso de los periquitos sería un punto intermedio, depende del individuo, unos son más independientes que otros pero, en cualquier caso, lo adecuado en el caso de cualquiera de las tres especies es que estén con los suyos", asegura el experto en psitácidas.

El espacio de los agapornis roseicollis debe ser más complejo que el de los periquitos o las ninfas

En cuanto a tamaño, el periquito es el más pequeño. "Se desenvuelven bien en espacios más reducidos, aunque sigue siendo importante que éste no se reduzca a una pequeña jaula", recomienda Valls. "En este sentido se asemejan a los agapornis roseicollis, los cuales deben estar en espacios que les permita realizar un pequeño vuelo, pero, sobre todo, deben ser complejos, es decir, que tengan muchas opciones a la hora de elegir cómo invertir su tiempo".

"Por lo contrario, las ninfas, debido a su mayor tamaño su hábitat debe ser proporcional y, por tanto más grande", insiste el experto en psitácidas. "Necesitan un espacio mucho más amplio para poder volar cómodamente, por tanto, si no viven en un sitio así, debemos permitirlas salir para que realicen esta actividad".

En cuanto a la alimentación, entre ninfas y periquitos es muy parecida. "Casi todo es a nivel del suelo, disfrutan mucho del forrajeo", comenta Valls. "Esto no quiere decir que los agapornis no lo hagan, pero sí que tienen una dieta un poco más variada".

Desde Avetropic, Roger siempre recomienda dividir la dieta de los loros en tres fracciones diferentes, las cuales se componen de diferentes grupos de alimentos: "Una fracción de pienso, otra de frutas y verduras, y una tercera de alimentos complementarios.

Características distintivas de cada especie

Aunque comparten muchas características, estas psitácidas también tienen sus propios comportamientos. Por ejemplo, de las tres, las ninfas suelen dar más problemas por grito. "Esto ocurre especialmente en ninfas en contacto con el humano o que sufren por separación", detalla Valls.

Por otro lado, en cuanto a periquitos australianos, "las hembras generalmente tienen un carácter más dominante y se dan muchos casos de periquitos que se muestran sexualmente atraídos por objetos de su entorno", añade el experto en psitácidas. "Es uno de los problemas más típicos". 

Sobre los agapornis roseicollis, al ser los más activos de los tres y tender a interaccionar más con otros de sus misma especie, con nosotros y con el entorno, son los más afectados por el picaje. "Es muy común que se arranquen sus propias plumas si sus necesidades no se cuben".

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