Además de los propios futbolistas, el Mundial de Qatar, de manera inesperada, está teniendo otro gran protagonista. Se trata de David Beckham, que se encuentra allí para apoyar a la selección inglesa junto a su gran amigo Dave Gardner.

Como es habitual en él, acaparó todas las miradas en cuanto puso un pie en el estadio en el que se disputó el Inglaterra-Irán. Allí recibió el apoyo y cariño de todos sus fans, que no dudaron en acercarse a pedirle una foto.

Antes del comienzo del partido, el exfutbolista saludó a Aleksander Ceferin, actual presidente de la UEFA, y a Arsene Wenger, exentrenador y exfutbolista francés que ahora desempeña la función de director técnico de desarrollo de la FIFA.

El británico apareció con un look muy elegante. Llevó un traje de color gris con camisa blanca y corbata en tonos marrones. Eso sí, lo más destacado era un Black Bay GMT S&G de oro de la marca Tudor, cuyo precio ronda los 6.000 euros.

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Sin embargo, no es el único de los Beckham que se encuentra triunfando. Su hijo Cruz, de 17 años, está cumpliendo uno de sus sueños, que es dedicarse a la música. Para ello ya se está haciendo un hueco en la industria gracias a su relación profesional con Max Wolfgang, uno de los productores musicales más importantes del mundo.