El Consejo de Energía echa chispas. Los ministros de Transición Ecológica de la UE acuden este jueves a una nueva reunión extraordinaria en Bruselas con un grado de concertación en contra de la Comisión Europea muy pocas veces visto. Una gran rechazará de plano la propuesta de la institución que preside Ursula von der Leyen para fijar un límite de 275 euros al precio del gas, que ha sido recibido con "indignación" en la mayoría de las capitales por tan elevado como inaplicable. "No es una propuesta seria. Es una tomadura de pelo", aseguraba este miércoles la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, que el mismo martes por la tarde ya advirtió de que España se opondrá "con contundencia, con rotundidad".

No será la única. La gran mayoría de los 27 gobiernos europeos dirá este jueves 'nein' a la comisaria de Energía, Kadris Simson, que de nuevo será la responsable de defender ante los ministros una propuesta por la que es previsible que reciba un rapapolvo todavía mayor de los que ha escuchado durante los meses en los que la Comisión ha rechazado las demandas de cada vez más países para que pusiera un límite al precio del gas que compra la UE. "Tengo la impresión de que la Comisión va a oír cosas muy duras por parte de los Estados miembros", apuntaba Ribera la víspera.

Fuentes diplomáticas señalan que salvo un "núcleo duro" formado por Alemania y Países Bajos, además de la Hungría del rusófilo Viktor Orban y de algún que otro país de pequeño tamaño, el resto de ministros rechazará este jueves el precio tope de 275 euros el MWh. Las consultas entre unos y otros empezaron este mismo martes, tras conocerse la propuesta de Bruselas, y parecen movilizados a plantear un precio alternativo, que podría estar en la horquilla de los 150-200 euros, según ha apuntado el ministro griego. 

En caso contrario, son conscientes de que no podrán presionar a la Comisión rechazando una propuesta para intervenir precios que ya ha quedado claro que nunca quiso hacer, por lo que se plantea otra estrategia, consistente en advertir a Simson de si no se pone sobre la mesa un límite aceptable no respaldarán otras propuestas "vitales".

"Me consta que hay Estados miembros que van a pedir que se haga una propuesta seria o directamente dejamos de respaldar las propuestas de la Comisión en otros temas que también son de vital importancia", dijo este miércoles la vicepresidenta tercera, que no ocultó que la idea de poner un tope a partir de los 275 euros ha provocado "un nivel de indignación muy alto" entre los ministros europeos de Energía.

"Yo creo que tiene que cambiar muchísimo la actitud de la Comisión para que pueda haber un acuerdo. Pero lo más dramático es que le hemos pedido que presente una propuesta y esto no es una propuesta seria, esto es una tomadura de pelo", añadió.

Batalla por el tope del gas

El Consejo extraordinario de Energía de este jueves debía ser el final de la "batalla" que, en palabras de Ribera, ha supuesto la creación de un mecanismo que limite el precio del gas que compra la UE cuando alcance un determinado punto. Empezó a forjarse antes del verano y los ánimos ya se calentaron notablemente cuando en septiembre la Comisión siguió escuchando a pies juntillas la oposición de Alemania e ignorando la petición que le hicieron por carta una quincena de países, incluido España, para que pusiera en marcha un mecanismo que limitara el precio del gas cuando llegara a un determinado punto. El tira y afloja continuó a nivel de jefes de Estado y de Gobierno en el Consejo Europeo de octubre, en el que el límite al precio del gas fue el principal escollo, que lograron salvar de madrugada tras vencer la oposición del canciller alemán, Olof Scholz. En consecuencia, los Veintisiete encargaron a la Comisión una propuesta para crear el mecanismo de intervención de precios que ha desembocado en la propuesta para fijar un límite de 275 euros  percibida como "una tomadura de pelo" más que como una respuesta real. Lo que plantea la Comisión es actuar limitando el precio cuando se alcance un nivel al que apenas ha llegado hasta ahora y nunca visto si se le suma la segunda condición, que se sostenga durante dos semanas. 

"No es un límite de precios", declaró al respecto el ministro griego de Energía, Kostas Skrekas. "Es un límite que no funcionaría como un límite", dijo llanamente el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki.

El quorum en contra de la propuesta de la Comisión incluye incluso a Italia, ante cuyo gobierno presidido por la ultra Giorgia Meloni todavía está expectante la UE. "Puede ser una primera señal, pero un límite de esta forma y tan elevado creemos que es insuficiente. Al contrario, se corre el riesgo de alimentar la especulación más que ser una herramienta para contenerla", afirmó el ministro italiano de Energía y Medio Ambiente, Gilberto Pichetto Fratin.

A 275 euros durante dos semanas

Según plantea Bruselas, para que se active el mecanismo de intervención del precio del gas que compra la UE será necesario que alcance los 275 euros el MWh en el índice de referencia, el mercado holandés, TTF, un valor que ha alcanzado pocas veces en este años de crisis energética. El número de ocasiones es igual a cero si se tiene en cuenta la segunda condición para desencadenar un instrumento que ha rechazado Alemania desde el principio, que el gas esté a 275 euros durante dos semanas, algo que no ha ocurrido en ningún momento, sin que esto haya evitado la inflación rampante y que la UE se encuentre a las puertas de una nueva recesión.

Para hacerlo todavía más complicado -e improbable- la diferencia entre el precio del gas natural en el mercado holandés deberá ser 56 euros superior que el que marque el gas natural licuado -muy influenciado por e TTF de momento-, una diferencia excesiva, explicó Ribera, que además deberá darse durante diez días. El mecanismo de control de precios se podrá suspender en cualquier momento, dice Bruselas, que advierte de que su activación traerá consigo la declaración de la situación de "alerta", en la que el ahorro energético del 15% del gas voluntario pasará a ser obligatorio en los Estados miembros.

En este ambiente mezcla de indignación e incredulidad, una cuenta de Twitter satírica sobre la actualidad de la UE tiraba de surrealismo belga e interpretaba que, de acuerdo a las condiciones de Bruselas, el tope del  precio del gas se activará "si es el cuarto domingo del mes con ascendente Júpiter y luna llena".