El salto de Mediaset a Atresmedia de Sonsoles Ónega ha abierto una visible lucha entre los dos grandes grupos televisivos. Antena 3 ha lanzado 'Y ahora Sonsoles' y Telecinco ha demostrado que 'Sálvame' sigue fuerte como referente del entretenimiento de tarde, ya que lidera sobre la nueva apuesta de su rival a pesar de que las primeras semanas el flamante magacín va sin cortes publicitarios.
El foco centra demasiado su atención en si 'Y ahora Sonsoles' acabará con 'Sálvame'. Aunque hay más variables que definen que el programa de Atresmedia tiene otro buen rival: 'El Cazador' de TVE. El espacio de La 1 está acogiendo espectadores fieles del desaparecido 'Boom' de Antena 3. Ese público asiduo al género de los concursos que, mientras espera a 'Pasapalabra', va encontrando un interesante aliado en la oferta de TVE, donde se intenta asentar también otro juego 'El Comodín'.
Con el inicio de 'Y ahora Sonsoles', 'El Cazador' está acariciando máximos de audiencia (el viernes superó a Sonsoles) que, a la vez, definen la tendencia de que los contenidos del magacín de Antena 3 no acaban de atraer con fuerza ni al público ya habitual del canal, ese que ansía con que llegue el rosco de Roberto Leal. Tampoco atraen la atención de los asiduos de Telecinco, a los que también les gusta ver el rosco de Roberto Leal. Ahí es donde Ónega y su equipo deberán ir planteándose qué pasa o 'YAS' se quedará estancado sin influencia.
El fuerte de 'El Cazador' y 'Sálvame' es que dialogan con el espectador con un lenguaje muy popular. 'El Cazador' con concursantes veteranos de la tele que son queridos por la audiencia, 'Sálvame' con su pluralidad de personajes que son tan reconocibles como impredecibles. En cambio, 'Y ahora Sonsoles' es más pronosticable. Incluso es más impostado, a pesar de que la propia Sonsoles está muy próxima, tanto moderando a sus contertulios como intentando que el público en plató participe. Pero el formato ha confundido refinamiento con contar con demasiados personajes de pedigrí sin apenas discurso, como Esther Doña, como fichaje destacado. Son reclamos efímeros, sin recorrido y encima despegados de la transversalidad de la realidad social. Difícil empatizar, mejor jugar con concursantes que podrían ser de tu barrio o la familia de Jorge Javier Vázquez que no tiene ningún problema en acudir a tu portal y llamarte al telefonillo.
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