La duda clave para este invierno: ¿Dejamos la calefacción al ralentí todo el día... o es mejor encenderla y apagarla?

¿Dejamos la calefacción al ralentí todo el día o es mejor encenderla y apagarla?
¿Dejamos la calefacción al ralentí todo el día o es mejor encenderla y apagarla?
20minutos | Nicolás Gómez Sañudo
¿Dejamos la calefacción al ralentí todo el día o es mejor encenderla y apagarla?
La duda clave para este invierno: ¿Dejamos la calefacción al ralentí todo el día... o es mejor encenderla y apagarla?

Tras el mes de octubre más cálido de la historia europea (según datos del sistema de observación Copérnico), en noviembre las temperaturas han comenzado a bajar y situarse en valores más normales para esta época, que suele coincidir con el encendido de las calefacciones en los hogares. Y, como cada año, vuelve la duda: ¿es más económico mantener la caldera encendida al ralentí todo el día o encenderla y apagarla a determinadas horas? Los especialistas se inclinan por la segunda opción, si bien hay muchos matices a tener en cuenta como el uso que se le dé a la vivienda, la inercia térmica, las personas que la habitan, la orientación, el tipo de tecnología empleada o la calidad del aislamiento. Y es que cada grado cuenta, pues por cada grado centígrado en que se incrementa la temperatura de un edificio o vivienda, el consumo aumenta en un 7%, al igual que el gasto en calefacción y las emisiones de CO₂, según datos del IDAE.

El responsable de cambio climático de la Fundación Renovables, Juanfer Martín, asegura que el uso que se haga de la vivienda determina el consumo de calefacción. "Si no estamos en casa, hay que encender y apagar", mientras que "para mantener una temperatura constante, no es buena idea encender y apagar". Es decir, un día de fin de semana que estemos todo o casi todo el día en casa, "lo lógico es dejar la calefacción al ralentí a menor temperatura y con ropa de abrigo, pues lo que es totalmente ineficiente es abusar de la calefacción para ir en manga corta y pantalón corto por casa en invierno". 

En la misma línea se pronuncia el especialista de Banqmi, Antonio Gallardo, apunta que encender y apagar la caldera en horas concretas es más barato que al ralentí todo el día, modo en el que "cuesta mucho más mantenerla". "Mantener la temperatura cuesta más energía. Los arranques de las calderas actuales son más eficientes, puesto que las calderas mantienen el calor residual mientras están apagas", agrega.

"En general, es mejor opción mantenerla al ralentí todo el día que encenderla y apagarla, pero hay muchos matices", subraya el jefe de proyectos de Green Building Council España (GBCe), Borja Izaola, que pone como excepción a esta regla que la casa esté la mayor parte del día deshabitada. Los aspectos fundamentales a la hora de evaluar el aprovechamiento de la energía son el uso que se le dé a la vivienda y si el sistema de calefacción es de alta o baja temperatura. Este especialista explica que "conviene mantener la inercia térmica", es decir, que los materiales de la casa (paredes y suelo, principalmente) no pierdan el calor acumulado mientas la calefacción ha estado encendida. 

Por ejemplo, materiales de masa pesada como las piedras, los ladrillos, el cemento o las baldosas y azulejos cerámicos acumulan muy bien el calor y lo pierden lentamente, algo que no ocurre con materiales más ligeros como las telas, el papel o el plástico, que se calientan y enfrían rápido, expone en conversación con 20minutos Borja Izaola. "Si no perdemos la inercia térmica, subir uno o dos grados la temperatura de la casa cuesta poca energía, pero si perdemos más, cuesta mucho más. No conviene dejar que se enfríe la casa, sale caro subir mucho la temperatura".

Izaola explica que no es lo mismo una vivienda con radiadores (sistema de alta temperatura) en la que habita una familia de cuatro miembros que pasa casi todo el día fuera de casa, en cuyo caso lo mejor es "encender y apagar a demanda", que una persona mayor que viva sola, a la que "le sale más barato ir moviendo una catalítica de una estancia a otra de la casa según ella se mueva por su hogar, aunque este sistema no sea el más eficiente energéticamente hablando". 

En la demanda energética también influye las actividades que se lleven a cabo dentro hogar: no es lo mismo una persona toda la tarde viendo la televisión en el sofá, que cuatro habitantes, cada uno a diferentes labores (cocinando, en el ordenador, planchando o haciendo deporte), por lo que Izaola reconoce que es "complejo" establecer una fórmula idónea general. 

En este sentido, Martín añade el tipo de caldera influye en la eficiencia térmica. Y, además, advierte a quien tenga que renovar la caldera: "Igual que ya han prohibido las de carbón y que a partir de 2035 ya no se venderán coches de combustión, quizá en cinco o diez años prohíban las calderas de gas. Es una inversión a largo plazo y hay que huir de combustibles que en España no tenemos, como el gas, y optar por electricidad procedente de fuentes renovables como el sol y el viento, que sí tenemos, con bombas de calor, termos eléctricos o suelo radiante, por ejemplo".

La temperatura recomendada

Desde el Foro Industria y Energía, la profesora de Economía en la Universidad de León Nuria G. Rabanal añade que independientemente de cómo se utilice la calefacción, en el confort térmico influye mucho el aislamiento de la vivienda, tanto de la fachada como de otros elementos como las ventanas. 

De este modo, explica, "si la vivienda no cuenta con un buen aislamiento térmico, aunque se ponga alta la calefacción, podría mantenerse la sensación de incomodidad. En cambio, una vivienda bien aislada solo precisaría para un buen confort térmico una temperatura de calefacción de 20 °C por el día y 18-19 °C por la noche. En este caso, es recomendable programar la calefacción para que no baje de 18 °C cuando no se esté en casa, y subirla hasta una temperatura de confort cuando sí estemos". Sin embargo, "en edificios con mala transmitancia térmica, es mejor poner la calefacción en cortos periodos de tiempo a más alta temperatura que ponerla todo el tiempo al mínimo porque la vivienda no llegaría a alcanzar la temperatura necesaria", expone.

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), aconseja "ajustar el encendido de la calefacción al horario real de ocupación de las viviendas y apagarla por la noche, ya que cuando estás acostado y arropado no es necesaria la calefacción, ya que con 15-17 °C es suficiente para dormir confortablemente. Podría dejarla encendida por la noche con el termostato a 15-17 °C si su casa está muy mal aislada y pierde mucho calor por la noche. Como norma, apagar por la noche y encender unos minutos al levantarse es mucho más eficiente que dejarla encendida toda la noche".

Los especialistas recomiendan asimismo ajustar el termostato a 20-21 °C y "utilizar ropa de abrigo para estar en casa, bajar las persianas por las noches para que no se fugue el calor y corra las cortinas para evitar el frío desde los cristales, es lo que técnicamente se denomina pared fría".

El pasado mes de octubre, el Gobierno aprobó un plan de contingencia para ahorrar energía en las dependencias de la Administración Pública que contempla el teletrabajo dos o tres días a la semana y entra al detalle, incluso, de procurar apagar las calderas cuando un espacio esté vacío.

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