Díaz ignora la crítica de Iglesias y mantendrá su independencia respecto a Podemos

La vicepresidenta Yolanda Díaz (d) y el escritor Luis García Montero
La vicepresidenta Yolanda Díaz (d) y el escritor Luis García Montero
EFE
La vicepresidenta Yolanda Díaz (d) y el escritor Luis García Montero

Yolanda Díaz hace oídos sordos a las duras palabras contra ella del ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. La vicepresidenta no quiso este lunes valorar las acusaciones que vertió el domingo el antiguo líder morado, que deslizó que Díaz tiene el deseo "estúpido" de que la izquierda sufra un batacazo en las elecciones municipales y autonómicas de mayo y le advirtió de que "ay de aquel o de aquella que se atreva a faltarle al respeto a la militancia de Podemos". No obstante, su entorno asegura que Díaz no va a variar ni un milímetro su hoja de ruta, pese a que Podemos busca que se certifique su papel preponderante a la hora de construir el proyecto Sumar para las elecciones generales: por ahora, afirma el equipo de la vicepresidenta, ella seguirá centrada en reunirse con los militantes y ciudadanos en su "proceso de escucha".

La vicepresidenta tuvo este lunes una agenda pública bastante poco abultada para lo que es habitual en ella, y solo atendió brevísimamente a los medios a la entrada del acto de reconocimiento a la escritora Almudena Grandes que se celebró en Madrid. No obstante, Díaz fue tan parca en palabras como habitúa con asuntos internos del espacio de Unidas Podemos y, ante la pregunta de si se sintió interpelada por las críticas de Pablo Iglesias, se limitó a ofrecer una escueta respuesta: "Estoy trabajando por mi país y seguiré haciéndolo". Lejos, muy lejos de la "ingenuidad estúpida" que le achacó el domingo Iglesias.

El equipo de la vicepresidenta, al igual que ella, también rechazó ofrecer cualquier respuesta al ex secretario general de Podemos, que hizo líder de Unidas Podemos en el Gobierno a Díaz. Pero en el entorno de la dirigente hay voces que consideran que las encendidas palabras de Iglesias son una muestra de debilidad del partido, en lugar de una manera de proyectar su importancia y de defender que Podemos debe ser clave en la futura configuración del espacio a la izquierda del PSOE, como precisamente buscaban los morados.

Las fuentes consultadas interpretan que Iglesias quiso, con su duro discurso, reivindicar que la potencia de Podemos es aún mayor que la de cualquier otro actor del espacio de Unidas Podemos. O, en palabras del propio exlíder, que Podemos "tiene que apostar por confluir con Sumar" pero "debe ser respetado" como el actor central y tener un papel privilegiado con respecto al resto de las organizaciones. Pero esa concepción no es la que tiene Díaz, que considera que la formación morada está en horas bajas y que no quiere darle un protagonismo especial dentro de Sumar. Y su entorno asegura que el discurso de Iglesias no va a cambiar ni un ápice esa idea.

La clave, el peso de cada actor 

En cualquier caso, el episodio de este domingo constata una diferencia fundamental que lleva anidando meses en el seno de la izquierda: las visiones radicalmente diferentes que tienen Díaz y Podemos sobre el peso que mantiene el partido morado y sobre su capacidad de arrastrar voto. Y el enfrentamiento entre ambos es tan profundo que esas visiones parecen abocadas a confrontarse en las próximas elecciones municipales y autonómicas, a las que Podemos concurrirá sin el apoyo de Díaz. 

Esos comicios servirán como termómetro para determinar cuánto empuje tiene aún la formación morada sin el liderazgo de la vicepresidenta. Y de su resultado dependerá, en parte, la futura negociación para presentarse en una lista conjunta en las elecciones generales, unas conversaciones para las que Podemos ya no descarta ninguna opción. Según señalaron este lunes los morados, la "idea" del partido sigue siendo llegar a una "coalición" con el "partido Sumar". Pero "es Yolanda la que debe decidir si es candidata" y la decisión final se tomará cuando Díaz "termine de organizar su partido político" y Podemos escuche "su propuesta", señalaron.

Para eso, no obstante, aún quedan meses. Sumar ya ha dejado claro que no se presentará a esas elecciones locales y autonómicas y que no presentará su proyecto para las generales hasta 2023. Pero sí concurrirá Podemos, cuyo reto fundamental de aquí a final de año es cerrar el mayor número posible de pactos con IU para presentar listas conjuntas en las comunidades y ayuntamientos. Hay lugares en los que esas alianzas nunca se han producido y donde es complicado que tengan lugar, como Asturias. Pero en otras comunidades, como Madrid o la Comunitat Valenciana, no cerrar una coalición entre Podemos e IU supondría romper una alianza que si se cerró en 2019 y, además, exponerse a que uno o los dos partidos se queden fuera de los parlamentos autonómicos.

De hecho, el propio Iglesias se refirió a esta posibilidad durante su discurso del domingo, en el que acusó veladamente a Díaz de querer que Podemos "tenga un mal resultado" e "IU desaparezca" en las próximas elecciones municipales y autonómicas "porque eso dejará todo el campo abierto para una nueva izquierda" que no cuestione las bases del sistema y el apoyo de España a la OTAN y que no choque frontalmente con los medios de comunicación con la esperanza de recibir un mejor trato. "El grado de ingenuidad [de ese razonamiento] es sonrojante", afirmo Iglesias. Y fue aún más claro en su referencia a Díaz al preguntarse "quién piensa que le puede ir bien a una candidatura a las generales si a Podemos le va mal en las autonómicas". "¡Hay que ser estúpido!", exclamó.

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