Dominancia territorial en gatos: "Es un comportamiento innato para asegurar la supervivencia y un problema común"

Un gato bufando en una imagen de archivo.
Un gato bufando en una imagen de archivo.
PIXABAY
Un gato bufando en una imagen de archivo.

Los gatos son animales territoriales, depredadores y presas, lo cual puede llevarles a mostrar ciertos comportamientos no del todo cómodos para su adaptación humana. Que arañen el sofá, que miccionen para marcar o que se lancen a nuestros tobillos cuando pasamos al lado suyo, a veces son simples signos de territorialidad. Pero, ¿qué ocurre cuando el problema es más grave y la situación comienza a ponerse agresiva?

Fátima Blanco, veterinaria especializada en Medicina Felina, explica lo que es la dominancia territorial, "un intento de control que quiere ejercer el gato sobre su entorno". "Necesita control de la situación, defender los recursos que tenga a mano frente a otros individuos y asegurar su bienestar", añade la experta.

"Es un comportamiento totalmente innato para asegurar la supervivencia y también es un problema común", comenta. "Todos los gatos realizan marcaje de su territorio ya sea a través de la micción o de feromonas, y el conflicto comienza cuando se encuentra con otro individuo (que no tiene que ser de su misma especie) con el que no logre formar un vínculo para crear un mismo grupo social".

De hecho, aunque se dice que la esterilización disminuye este tipo de comportamientos, la veterinaria afirma que "solo eliminaría el marcaje sexual de la zona, pero no evitaría totalmente los conflictos entre individuos si no se tienen en cuenta más circunstancias".

Cómo tratar la agresividad por dominancia territorial

Cuando nos encontramos en el punto en el que nuestro gato no nos considera de su grupo social y, por tanto, muestra comportamientos agresivos hacia nosotros, debemos tomar medidas de forma cautelar. "Se debe valorar qué es lo que está realizando el gato que llame la atención al tutor", explica Blanco.

"Pueden ser micciones fuera del arenero, vocalizaciones, agresividad hacia algún miembro de la familia, agresividad redirigida debido a algún fenómeno externo... todo es objeto de estudio y, en un principio, tratable", asegura. "La agresividad ofensiva sería la más preocupante y difícil de tratar, especialmente si es hacia algún miembro humano de la familia".

Los gatos necesitan control de la situación, defender los recursos que tengan frente a otros individuos y asegurar su bienestar

Lo primero que hay que descartar es que el comportamiento agresivo del gato se deba a una causa física y, desde ahí, nos debemos centrar en el enriquecimiento ambiental. "Proveer de recursos suficientes, uso de feromonas, reintroducción progresiva de los animales del hogar en caso de que haya conflictos entre ellos...", enumera la especialista en Medicina Felina.

Pero, ¿qué puede provocar este comportamiento en nuestros felinos? Según Blanco, "puede causarlo cualquier cosa que suponga una amenaza para el entorno del gato". "Puede ser un nuevo miembro en la casa, tanto humano como animal, visitantes vecinos que acechen su territorio (como gatos del vecindario que entren en el jardín o que vean por la ventana)", concluye.

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