Podemos se reivindica de cara a las locales y autonómicas en un foro con Pablo Iglesias pero al que han declinado asistir Díaz y Garzón

El vicepresidente del Gobierno de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias y la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, cuando compartían Gobierno.
EUROPA PRESS
El vicepresidente del Gobierno de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias y la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz

Podemos trata de lucir músculo político de cara al ciclo electoral que comenzará con las elecciones autonómicas y locales de mayo del año que viene. Este fin de semana, el partido morado celebrará en Madrid su Universidad de Otoño, un foro de debate en el que participarán todos los pesos pesados de la formación -a excepción de la secretaria general, Ione Belarra, de baja por maternidad- y al que asistirá también su exlíder, Pablo Iglesias, que tendrá un lugar de honor en el acto de cierre el domingo. Quienes no estarán, no obstante, serán los aliados directos de Podemos: IU y Sumar, cuyos líderes, Alberto Garzón y Yolanda Díaz, han declinado asistir en un momento de fuertes tensiones en el espacio a la izquierda del PSOE.

El foro se estructurará en 15 charlas sobre diferentes asuntos, y la ausencia de Díaz y Garzón contrasta con la presencia en varios de los coloquios de dirigentes de otros partidos, como ERC o EH Bildu. En algunas de las mesas también participarán escritoras como Elvira Lindo o cineastas como Daniel Guzmán. E Iglesias, además de intervenir en el acto de cierre de la Universidad de Otoño, también conducirá una mesa sobre "Los golpes del poder: Lawfare y Mediafare", en la que estará acompañado por el jurista José Antonio Martín Pallín; la delegada del Gobierno contra la violencia machista, Victoria Rosell; y la coportavoz de Podemos Isa Serra.

La Universidad de Otoño es una cita que celebra anualmente el partido morado. Pero este año tiene una significación especial porque Podemos busca reforzarse ideológicamente y darse un impulso de cara a las elecciones y a las negociaciones que tendrán lugar con IU y otros partidos antes de esos comicios para cerrar candidaturas conjuntas. De hecho, buena muestra de que Podemos está ya a pleno rendimiento para preparar las elecciones es que este viernes presentó en el acto de apertura del foro de este fin de semana a sus candidatos para las autonómicas y también a varios para las locales.

Esos candidatos han sido elegidos en un proceso de primarias en el que se han impuesto todas las opciones del aparato a excepción de la que promovió la dirección de Podemos en Asturias, donde la candidata será la impulsada por el ex secretario general Daniel Ripa, expulsado del partido hace unos meses. Y, habiendo renunciado Díaz a participar en las elecciones autonómicas y locales, los nombres elegidos por los morados serán los que ponga Podemos sobre la mesa en las conversaciones con IU, unas negociaciones que llegarán en uno de los momentos más tensos de la relación entre ambos partidos desde que fundaron Unidos Podemos allá por 2016. 

Un desencuentro que comenzó en Andalucía

El desencuentro entre las dos formaciones comenzó hace unos meses, cuando las negociaciones para conformar una lista única para los comicios autonómicos de Andalucía estuvieron a punto de irse a pique por que tanto Podemos como IU tenían intención de colocar a su candidato como número 1 de la lista para las autonómicas. Los morados acabaron perdiendo esa pugna, entre otras cosas porque consideran que IU hizo una pinza con Más País (el partido de Íñigo Errejón) para orillarles e incluso que actuaron con malas artes para dejarles jurídicamente fuera de la coalición Por Andalucía.

Desde entonces, las relaciones se han mantenido frías y se han producido choques como la destitución del secretario general del PCE, Enrique Santiago, como secretario de Estado de Agenda 2030, el segundo puesto en importancia del Ministerio de Derechos Sociales de Ione Belarra. Y el último roce se produjo la semana pasada, cuando IU se alineó claramente con Díaz en la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), unas negociaciones que Podemos quería romper si Victoria Rosell era vetada por el PP para ser vocal del órgano frente a la postura de la vicepresidenta, quien estaba dispuesta a elegir a otra candidata y dejar fuera a Rosell a condición de que los populares firmasen.

El fondo de estas tensiones, en cualquier caso, no es el CGPJ ni tampoco las eventuales diferencias ideológicas entre Díaz, Podemos y Garzón, que son muy pocas. La clave es que la puesta en marcha de la plataforma Sumar con la que la vicepresidenta podría presentarse a las próximas elecciones ha provocado que todos los actores de Unidas Podemos -IU, Podemos y también la propia Yolanda Díaz- hayan tomado posiciones y estén tejiendo alianzas internas con un mismo objetivo: tener mayor capacidad de decidir puestos, utilizar recursos y, sobre todo, marcar las líneas políticas. 

Quien más tiene que perder en esta reorganización del espacio y en este reequilibrio del peso de cada actor es Podemos porque, hasta ahora, ha sido sin discusión el partido que ha liderado todo lo que está a la izquierda del PSOE. Y de ahí que los morados insistan en que aspiran a ser "aliados electorales" de Sumar en una coalición, lejos de la intención de Díaz de que todos los actores se diluyan en su nuevo proyecto, lo que en la práctica implicaría renunciar a sus siglas en las próximas elecciones generales.

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