Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Móvil en la mesa pesa

Objetos que sobran encima de la mesa.
Objetos que sobran encima de la mesa.
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Objetos que sobran encima de la mesa.

Cuchillo de ensalada, cuchillo de carne, pala de pescado, cuchara sopera, cuchara de aperitivo, tenedor o cubierto de marisco, copa de tinto, copa de blanco, copa de champán, a veces, copa de Jerez y después, por fin, la servilleta. Y para arreglarlo todo, encima de la servilleta, el teléfono móvil.

Existe un código de colocación de los cubiertos mediante el cual dices si has terminado y si te ha gustado la comida. El buen camarero lo entiende. Si se colocan en paralelo es que ha sido excelente, si se hace en forma de cruz es que algo no ha ido bien. También existe un código de colocación del teléfono móvil en la mesa: si lo pones encima eres un maleducado y si te lo guardas no. Si lo pones boca arriba eres muy maleducado, si lo pones hacia abajo, eres menos maleducado.

La pandemia trajo algunas costumbres raras que no hemos acabado de sacudirnos. El hecho de tener que mirar la carta de un restaurante en el móvil es una incomodidad y ayuda a que los móviles sean los primeros protagonistas de lo que tendría que ser una reunión de personas que deberían estar presentes en el momento en el que están y no en lo que les dicen otros a través de un teléfono. Sería buen momento para recuperar la carta de papel en los restaurantes.

La pandemia trajo algunas costumbres raras que no hemos acabado de sacudirnos

Ya hemos hablado de los que hacen fotos de cada uno de los platos y las ponen en sus redes sociales. Son muy pesados y no parecen tener intención de parar. Hace ya años que un restaurante de Iowa ofreció un diez por ciento de descuento a sus clientes si prescindían por completo del teléfono móvil durante la cena. A estos fotógrafos de comida aficionados habría que ofrecerles un veinte por ciento y no está claro si lo aceptarían. Sería interesante que algún establecimiento volviera a hacer esta oferta para comprobar qué ocurría.

No tiene sentido vaciarse los bolsillos en la mesa donde uno va a comer. No sacamos los pañuelos, la cartera, los caramelos contra la tos ni las llaves de casa.  Si pones el móvil en la mesa, ya se sabe a lo que juegas, estás enseñando tus cartas. No tiene sentido sacar el móvil por sistema como aquellos jugadores de cartas de las películas de vaqueros que ponían la pistola en la mesa antes de empezar a jugar como un aviso a navegantes. Deberíamos ir a comer con quien nos apetezca, guardar la pistola en la cartuchera y sacarla solo cuando sea estrictamente necesario.

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